miércoles, 22 de enero de 2014

CARTA A UNA AMIGA ENFERMA (CÁNCER)








Hola amiga. Quiero que sepa, que no tengo ni la menor idea de como se siente en este momento. Ni siquiera una pizca de mí, puede imaginarse lo dificil que su vida se ha vuelto en estos últimos meses. Pero quiero que sepa, que no esta sola, que tiene a su familia y sus amigos; que estamos con usted, aun sin tener la mas mínima idea del dolor que hay en su cuerpo y en su mente, se que su situación es muy dificil, pero recuerde a tanta gente ha estado en la mismo condición en la que usted se encuentra hoy, y han salido triunfantes. Estoy consiente que cualquier cosa que yo le diga, para usted no tendrá valor, pues solo el que esta viviendo esa desdichada e injusta enfermedad, podrá entender su pena. Quiero contarle que a mi me a tocado vivir una experiencia dura, y que llevo hasta el día de hoy  37 años conviviendo con ella, y que durante este proceso he tenido recaídas, pero me he levantado y que nunca he estado solo, siempre han estado conmigo: DIOS, mi familia, amigos y conocidos. Todos han dado su opinión y yo les he escuchado y que supe ver, en sus comentarios que nadie tenia la mas mínima idea de lo que yo sentía, pero aun así supe agradecerles, el esfuerzo que han hecho para reconfortarme. Quiero contarle que, algunos me animaban, otros me aconsejaban, otros me prescribían medicinas mágicas. Y que, otros me veían, con ojos de pena, de dolor, de lástima, de indiferencia, de cólera, de incredulidad, pero yo siempre estuve dentro de mis crisis lo mas estoicamente que pude. Sus ojos, me expresaban mas que mil palabras.  Algunas miradas las comprendí, a otras las agradecí, y a otras las olvide. Mientras que,  otras me fueron indiferentes.
Insisto en decirle, que no tengo ni la mas mínima idea de su dolor, de su pesar, de sus pensamientos, sus momentos de  agonía, sus desvelos, sus traumas, sus pesadillas, su decepción, su cólera contra DIOS, su depresión, su aislamiento, su falta de fe, su desgano por la vida,  y las ganas de salir corriendo.
     Pero recuerde, que mientras haya vida, por muy dolorosa que esta sea, habrá esperanza. Hoy quiero decirle, que usted a llegado a un punto, en  que no habrá nadie; absolutamente nadie, que le pueda ayudar y que, su fe en DIOS, no llega ni al tamaño de un grano de mostaza. Que solo usted, puede levantarse de donde se encuentra y decidir continuar con su cruz, pero de una manera digna. Saque fuerzas; de sus debilidades, de esos tremendos dolores, del dolor de su madre al verla sufrir; y levántese. Recuerde que ya hubo alguien que se levanto de entre los muertos..., pero usted esta viva -si a esto se le puede llamar vida- piense que todos llegaremos al final de nuestra vida, y sea esto cuando tenga que ser, hagamoslo con la frente en alto.
     Piense en esto: "la vida es como una vela, su luz se enciende cuando nacemos y se apaga cuando morimos, pero hay momentos en nuestra vida que sentimos que llega un fuerte viento y éste nos apaga la llama de nuestra vela... Pero, vea esto: Al soplar la llama de la vela, ésta desaparece y se apaga.  Solo queda una escandalosa nube de humo, pero cuando esta se empieza a difuminar queda en la punta de la mecha una bracita roja, que se tarda unos segundos en expirar por completo. Pero esta lucecita roja en la punta de la mecha solo necesita un leve rocío de aire para volver a encenderse". Estas personas son las que han recibido en su vida: un milagro de vida; una segunda oportunidad y salen vencedoras de cualquier eventualidad, sea este: un accidente aparatoso, una balacera, una enfermedad terminal, etc. Pero, hay una condición para que esto pueda suceder... Esa condición es, la forma en que usted va a afrontar su inclemente situación, en este caso su maldita enfermedad. Levántese, que por muy pesada que parezca su cruz, no lo es, como para que no pueda hacerlo. Cuando la mente y el cuerpo ven una acción y un pensamiento positivo, nuestro sistema inmunológico, reacciona en beneficio nuestro y entonces nuestro cuerpo toma fuerzas para luchar contra ella, desde adentro. A esto, querida amiga, es lo que la ciencia a denominado: MILAGRO!


     "A la memoria de: Nidia Edelmira Bonilla Reyes" 



SergioRaga 22.01.14




Corregida 
MIÉRCOLES, 22 DE ENERO DE 2014
CARTA A UNA AMIGA ENFERMA DE CÁNCER

Hola amiga. Quiero que sepas, que no tengo ni la menor idea de cómo te sientes en este momento. Ni siquiera una pizca de mí, puede imaginarse lo difícil que tu vida se ha vuelto en estos últimos meses. Pero quiero que sepas, que no estas sola, que tienes a tu familia y tus amigos; que estamos contigo, aun sin tener la más mínima idea del dolor que hay en tu cuerpo y en tu mente, sé que tu situación es muy difícil, pero recuerda a tanta gente que ha estado en la mismo condición en la que tú te encuentras hoy, y han salido triunfantes. Estoy consciente que cualquier cosa que yo te diga para ti no tendrá valor, pues solo el que esta viviendo esa desdichada e injusta enfermedad podrá entender tu pena, tu dolor, tu miedo, tu enojo con Dios y la vida, tu impotencia por saber que nada puedes hacer. Quiero contarte que a mí me a tocado vivir una experiencia dura, y que llevo hasta el día de hoy  37 años conviviendo con ella, y que durante este proceso he tenido recaídas, pero me he levantado y que nunca he estado solo, siempre han estado conmigo: DIOS, mi familia, amigos y conocidos. Todos han dado su opinión y yo les he escuchado y  supe ver, en sus comentarios, que nadie tenía ni la mas mínima idea de lo que yo sentía, pero aun así supe agradecerles el esfuerzo que han hecho para reconfortarme. Quiero contarte que, algunos me animaban, otros me aconsejaban, otros me prescribían medicinas mágicas y que otros me veían con ojos de pena, de dolor, de lástima, de indiferencia, de cólera, de incredulidad, pero yo siempre estuve dentro de mis crisis lo mas estoicamente de pie cuanto pude. Sus ojos me expresaban más que mil palabras.  Algunas miradas las comprendí, a otras las agradecí, y a otras las olvidé, porque no eran sinceras y no valían la pena, fueron por compromiso. Mientras que otras me fueron indiferentes. Insisto en decirte que no tengo ni la más mínima idea de tu dolor, de tu pesar, de tus pensamientos, tus momentos de agonía, tus desvelos llorando al igual que tu familia, tus traumas, tus pesadillas, tu decepción, tu cólera contra DIOS, tu depresión, tu aislamiento, tu falta de fe, tu desgano por la vida y las ganas de salir corriendo. Pero recuerda, que mientras haya vida, por muy dolorosa que esta sea, habrá esperanza. Hoy quiero decirte, que tú has llegado a un punto en que no habrá nadie; absolutamente nadie, que te pueda ayudar y que tu fe en DIOS, no llega ni al tamaño de un grano de mostaza. Que sólo tú puedes levantarte de donde te encuentras y decidir continuar con tu cruz, pero de una manera digna. Saca fuerzas de donde puedas; de tus debilidades, de esos tremendos dolores, del dolor de tu madre al verte sufrir; y levántate. Recuerda que ya hubo alguien que se levantaron de entre los muertos..., pero tú estas viva -si a esto se le puede llamar vida- piensa que todos llegaremos al final de nuestra vida, y sea esto cuando tenga que ser, hagamoslo con la frente en alto. Piensa en esto: "la vida es cómo una vela, su luz se enciende cuando nacemos y se apaga cuando morimos, pero hay momentos en nuestra vida que sentimos que llega un fuerte viento y este nos apaga la llama de nuestra vela... Pero, lee esto:" Al soplar la llama de la vela esta desaparece y se apaga.  Solo queda una escandalosa nube de humo, pero cuando esta se empieza a difuminar queda en la punta de la mecha una bracita roja que se tarda unos segundos en expirar por completo. Pero esta lucecita roja en la punta de la mecha solo necesita un leve rocío de aire para volver a encenderse". Estas personas son las que han recibido en su vida: "Un milagro de vida; una segunda oportunidad y salen vencedoras de cualquier eventualidad", sea este: un accidente aparatoso, una balacera, una enfermedad terminal, etc. Pero, hay una condición para que esto pueda suceder... Esa condición es, la forma en que tú va a afrontar tu inclemente situación, en este caso tu maldita enfermedad. Levántate, que por muy pesada que parezca tu cruz, no lo es, como para que no puedas hacerlo. Cuando la mente y el cuerpo ven una acción y un pensamiento positivo, nuestro sistema inmunológico reacciona en beneficio nuestro y entonces nuestro cuerpo toma fuerzas para luchar contra ella, desde adentro. A esto, querida amiga, es lo que la ciencia a denominado: ¡MILAGRO!


     "A la memoria de: Nidia Edelmira Bonilla Reyes" 

SergioRaga 22.01.14

Esta carta se la envié a esta bella mujer porque ya no me permitió verla. 
Esta cara desde esta fecha ha sido compartida (y lo digo con orgullo, en todo el mundo) más de 2 millones de veces y aún siguen compartiéndola. Mi amiga, no supo el alcance y lo "famosa" que ella es después de muerta y que sin ella saberlo ha inspirado y ayudado a muchas personas en el mundo que padecen esta tremenda y horrible enfermedad 



  

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