martes, 11 de febrero de 2014

EL VIAJE DE VERONICA

Hace mucho, mucho tiempo, hubo un niño, él que un día, descubrió que la radio existía.....
       Mi hermana mayor, se compró una maquina de coser marca Singer, y por su compra le obsequiaron un radio receptor de la misma marca. Eso fue, una gran novedad en nuestra humilde casa, la cual carecía de muchas cosas modernas de la época. En esos tiempos, vivía en nuestra casa una prima muy querida por nosotros; que habia llegado a estudiar a la capital y a ella junto con mi hermana, les gustaba escuchar un programa que se transmitía en una radio difusora local y que tenia un excelente raiting. Se trataba de una serie de radio teatros, de terror. Y yo, con mi corta edad, a sabiendas de que por la noche tendría pesadillas, siempre me sentaba en las piernas de una de ellas para oír la historia. A ellas les gustaba escuchar aquel programa a oscuras, para darle un toque de horror, yo cerraba mis ojos y ponía mucha atención, a lo que los actores y actrices de la radio transmitían. Ésta, es una de las tantas historias que alguna noche escuche:

"La noche habia caído y yo conducía solo por la carretera, por mas que trataba de sintonizar alguna emisora, la zona montañosa no permitía que éste funcionara; y yo que ya me dormía al volante. Luego, de algunos kilómetros mas adelante, algo me llamo la atención, se veía como un bulto, así que, disminuí la velocidad y a manera que me acercaba, me percate que se trataba de una persona pidiendo jalón. Pase de largo, sin hacer caso a la parada que me estaban haciendo, pero al pasar frente a la persona, me detuve una cuadra adelante, pues la persona que solicitaba que la llevara, era una señorita. Retrocedí un poco, mientras ella corría hacia mi. 
-Buenas noches, perdón por la molestia, pero podría llevarme por favor. Me dijo la joven a través de la ventana de mi escarabajo.
-Con mucho gusto, señorita, pase adelante. Abrí la puerta, desde adentro del carro y ella entro, luego de acomodarse, continuamos nuestro viaje.
-Hacia donde se dirige?
-Hacia la capital! 
-Que bien, pues yo voy para haya también.
-Me llamo Armando!
-Mucho gusto, yo soy Verónica! Y, así continuaron platicando por la carretera hasta llegar a la capital.
Mientras viajaban, intercambiaron una serie de temas, a la señorita le preocupaba llegar lo mas pronto posible a su casa, pues la noche del día siguiente, su novio, les pediría su mano a sus padres y quería estar ya en su casa con sus padres, para estar descansada y fresca para cuando su novio llegara la noche siguiente, a la pedida de su mano.
Al fin llegaron a la capital, ésta parecía un gigantesco  nacimiento, con todas esas luces encendidas, las cuales brillaban en el horizonte, mientras el carro desciende de la montaña, para llegar al valle, donde se encontraba asentada la ciudad. 
-Me dará mucho gusto llevarla hasta su casa; Verónica.
-Le agradezco Armando, pero ya con traerme hasta acá, es mas que suficiente...
-Por acá tomo un taxi, para que me lleve a mi casa. -No se preocupe.
-No, de ninguna manera, dígame por favor donde vive, que yo la llevaré hasta su casa.
-Bueno... -Que pena!... -Pero gracias!
-Vivo, en el Gallito, a unas cuadras de la Avenida del Cementerio. Cuando vaya por allí, yo le guió. -Gracias armando!
Armando entro en la capital y se dirigió por la zona 10; pasando por la Reforma; para entroncar con la Castellana, para luego cruzar por la Bolívar, buscando la Avenida del Cementerio. Cuando se encontraron en la Avenida del Cementerio; Verónica le indicaba a Armando como llegar a su casa. 
-Allá! si, donde están aquellas personas ahí vivo! A Armando le llamo la atención la cantidad de personas que habían en la puerta y los carros que estaban parqueados frente a la casa.
-La dejaré, por acá. Pues mas adelante no creo poder parquearme.
-no se preocupe Armando, aquí esta bien. -Quiere pasar a tomar una tasa de café y un su sándwich.
-No gracias, mejor me voy, ya es un poco tarde. Pero le agradezco...
-Y, mis felicitaciones por el acontecimiento de mañana, Verónica.
-Gracias. -Adiós. Se bajo del carro y se encamino hacia su casa; Armando se quedo en su volkswagen, hasta que ella entro en la casa. Entonces, Armando arranco el carro y pasó lentamente frente a la casa de Verónica, al hacerlo se percato de que aquella multitud, estaba allí. porque estaban velando a alguien. Entonces Armando se detuvo, parqueó el carro y pensó, -debo acompañar a Verónica. Y así lo hizo.
-Buenas! con permiso. Entro Armando a la vivienda; en la sala se encontraba un ataúd, y varios dolientes rodeaban al féretro. Armando, preguntaba por Verónica. Entonces se le acerco una pareja de señores, le pidieron que pasara y se sentara, ellos se sentaron con él, luego de un corto silencio y de que Armando diera una mirada a las paredes de la casa y ver fotografías de Verónica, entre otras fotografías familiares. 
-Y, usted de dónde conoció a Verónica? Le interrogo el señor, que le habia invitado a sentarse
-Pues la conocí hará unas tres horas, ella estaba en la carretera allá por Jutiapa. Entre Jutiapa y la Conora...
-Estaba pidiendo jalón en la carretera y yo la subí a mi carro y la deje hará unos cinco minutos frente a la puerta...
-Entre, porque no sabia a quién estaban velando, que quise acompañarla un rato.
-Pues, esto le empaña un poco el evento tan importante de mañana.
-Qué evento importante? Pregunto el señor a Armando.
-La pedida de la mano de Verónica. Respondió Armando. La señora, se quebró en un llanto doloroso, que Armando se sintió apenado.
-Amigo, usted esta bromeando verdad? Le dijo el señor, quien resultó siendo el padre de Verónica.
-Bromeando? -Porqué habría de estar bromeando? Pregunto Armando ya en tono serio.
-Porque, a quien estamos velando don Armando... es a mi hija.... A Verónica.
-Qué? respondió Armando, sobresaltado.
-Eso es imposible, pues acabo de traer a Verónica, -La vi entrar!
-Acompáñeme, don Armando. El padre de Verónica le llevo hasta el féretro y levanto la escotilla para enseñarle a la persona que estaban velando. Armando, dudo por unos segundos ver a la persona que estaba dentro de la caja, su corazón  palpitaba a gran velocidad, sus piernas no le garantizaban sostenerle.
-Véala don Armando, véala por favor! Armando se acerco y efectivamente dentro del ataúd estaba Verónica. Armando cayo sobre la caja, muerto del susto, que lo tuvieron que auxiliar el padre de Verónica y otros parroquianos. Lo llevaron a un sillón largo y le recostaron, luego de varios minutos y de varios brebajes o licor que le dieron a Armando, él se incorporó y le contaron que Verónica, habia muerto en un accidente de transito, justamente entre Jutiapa y la Conora y que efectivamente venia de Jutiapa, lugar en donde trabajaba como maestra, para mañana estar presente en la pedida de su mano. Armando aún en shock, supo que le habia acompañado durante tres horas el fantasma de Verónica......"
    Y, así terminamos otro capitulo mas de su radio teatro, su emisora  consentida, TGW de Guatemala, buenas noches...  Indicó el locutor.
Yo, luego de escuchar aquellas historias, salia corriendo al cuarto, a meterme en medio de mis padres, con un miedo que me helaba hasta el tuétano. Mi madre, me abrazaba con tanto amor. Pero, no sin antes, darme una buena puteada por estar escuchando esas babosadas!...... 


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