viernes, 25 de abril de 2014

EL ESPEJO DE MISHEL

Mishel, era una joven con ideales extraños para estos tiempos modernos, ella vivía en otra época y deseaba encontrar a un novio, con quien compartir esa extraña forma de pensar.
Con el tiempo conoció a Alex, éste era un joven con ideales totalmente diferentes a los de Mishel, él era moderno, encantador, sin compromisos, con ganas de vivir la vida a toda máquina. Y aunque eran de dos mundos diferentes se conocieron y empezaron a salir. Al principio todo era normal; pues, era el inicio de un noviazgo, era la época de conocerse y aunque ambos no entendían ciertas ideas uno del otro, trataban de acoplarse, pues la atracción entre ellos, era muy fuerte.
Una tarde, la familia de Mishel salio a un viaje de dos días y ella no quiso acompañarlos, quedándose sola en su casa. Su familia confiaba en ella pues, conocían de sus ideales y ella se habia salido del molde de una chica actual, por ello su familia confiaba en ella.
Alex, al conocer la noticia de que se habia quedado sola en su casa, pues ella se lo contó. Llego temprano por ella, para invitarla a un viaje a la playa, al chalet de su familia, ella luego de pensarlo y repensarlo; tomo la decisión de acompañar a su novio en esa aventura. Lo que duró el viaje, fue  algo que les sirvió a ambos, para dejar volar sus pensamientos. a la manera de cada uno. 
Mishel, pensaba: Será una noche maravillosa, saldremos a caminar por la playa tomados de la mano, colocaremos en algún bello lugar una toalla, nos tumbaremos en ella y abrazados veremos brillar las estrellas, las contaremos hasta quedarnos dormidos, su dorso me servirá de almohada para soñar con él. Éstos eran algunos de los pensamientos románticos de ella, durante el viaje. 
Él, la contemplaba, con su mirada perdida en el horizonte, veía como su larga cabellera era alborotada por el viento. Y, es que Mishel, era una joven muy atractiva, una joven muy hermosa.
Alex, pensaba: Al llegar, nos pondremos nuestros trajes de baño, tomaremos un par de cervezas, quizás logre que nos droguemos un poco, y por la noche saldremos a caminar por la playa, colocaré una toalla en la arena y la haré mía. Éstos eran los pensamientos de cada uno. 
Por un momento se vieron a los ojos y solo se sonrieron, cada uno con la idea, de que el otro tenia el mismo sentimiento y pensamiento.
Ya en el chalet, Alex le invito a tomarse una cerveza a lo que ella acepto, se abrazaban y se besaban en la sala del chalet viendo como las olas del mar llegaban muy cerca del inmueble. Así pasaron el resto del día, él intentando convencerla en drogarse, ella negándose. Pero, con la esperanza de que la noche seria maravillosa, eso tenían en mente ambos. Mishel, quien para lo que llevaban de relación con Alex, estaba ya completamente enamorada de él. Deseaba que su romántico pensamiento, se hiciera realidad. 
Por la noche salieron a caminar, tal cual lo deseaban ambos, para mas tarde acomodar una toalla y tumbarse sobre la arena. El momento de la verdad habia llegado para ambos. Y fue Alex, quien hizo el primer movimiento, tomando la iniciativa, pero Mishel se negó a lo que Alex le pedía, éste ya un poco drogado, insistía; y al ver, la negativa de su adorable novia, se enojo, dejándole muy claro que lo que él quería de ella, era diversión, que no quería nada de compromisos, pues él era muy joven para atarse a una mujer y que le faltaba mucho por vivir. Las palabras de Alex hirieron mucho a Mishel, quien se alejo de él decepcionada y llorando. Alex, le grito que se quedará con su romanticismo ridículo y se marcho de regreso a la ciudad dejándola en la playa sola y con la congoja en su corazón. 
Despues de varias horas divagando y deambulando por la playa, con la vista perdida en el horizonte. Al fondo en la oscuridad del mar, apareció la luna, bañando sus aguas con una hermosa estela plateada, convirtiendo al apacible mar, con este raro fenómeno, en un hermoso y gigantesco espejo, sobre el cual bailaban miles de hermosas y brillantes estrellas. Mishel, quedo maravillada al ver este espectáculo, rara vez observado por ojo humano. Y fue allí, que se dio cuenta que el romanticismo que, en ella vivía, ya no tenia vigencia en el mundo actual. 
Mishel, fue atraída por aquella bella imagen.  Las estrellas se reflejaban sobre el espejo formado por la luz de la luna sobre las aguas del mar. Con la ilusión óptica, de un baile romántico, sobre las pacificas aguas marítimas, Mishel sin pensarlo quiso fundirse con ellas; se introdujo lentamente en él, llevaba la vista siempre perdida en el horizonte. Entro, en el inmenso mar y quedo allí, atrapada entre ellas, para siempre.
Cuentan, las parejas de enamoradas, que han llegado a esa playa -pero con un mismo sentimiento- Que han visto bailar a las estrellas, reflejadas sobre el espejo del mar. Con  una bella muchacha; y, que sus ojos y su bella cabellera, la forman una constelación con las estrellas mas brillantes jamas vistas... ni en el propio firmamento... 

....Inspirado en el ensayo, de mi hija, Mischel...



  




  

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