domingo, 13 de abril de 2014

la misión

-Si, ya lleva mas de un mes en coma... ¿Cree, que no le quedara alguna secuela, Dr. Marroquín?
-Eso, es un poco prematuro pensarlo. 
-Le sugiero que vaya a su casa a descansar. le recomendó el Dr. al preocupado novio, de Nilda.
-Si, vete a descansar, yo me quedo acá con ella hasta que regreses; por cualquier eventualidad. Le recomendó su amigo de infancia. Así, que se retiro confiado, en que nada le pasaría a Nilda. A las dos horas de haberse ido el novio de Nilda, ella movió sus extremidades, Calín amigo de Fer, se percato de ello y se incorporó para ser su rostro, lo primero en ser visto, por Nilda.
-Hola! bienvenida... le sonrió Calín a Nilda, quien luego de ver en donde se encontraba, pregunto.
¿Dónde estoy?....¿Qué me paso?....¿Quién eres tú? Éstas, fueron algunas de las preguntas que la aún aturdida, le pregunto a la persona que se encontraba con ella. Calín, le iba a responder pero el Dr. Marroquín entro, interrumpiéndolos. De inmediato, procedió a examinarla. Colocándole, una lámpara en sus ojos y otros procedimientos mas de rutina.
-Bueno, la veo muy bien. le indicó el medico a la paciente. Pero ella, seguía con las mismas dudas y otras mas.
-Vuelvo en seguida, para ver como evoluciona. Les dijo el médico, retirándose del cuarto muy satisfecho.
-¿No me reconoces? Le pregunto Calín.
-¿Y? de Fer, ¿te recuerdas?....
-No! dijo en tono desesperado.
-Tranquilízate, todo estará bien... yo te pongo al tanto. Le tranquilizo de forma misteriosa Calín a Nilda; caminando hacia el ventanal de la habitación. a la cual le cerro las persianas y posteriormente le cerro la puerta; para luego volver junto a Nilda.
-Escúchame con atención, pues lo que te voy a decir es muy delicado y nadie debe de saberlo. Ella le vio a los ojos fijamente, mientras éste le contaba lo sucedido.
-Te llamas Nilda, y eres un agente secreto, bueno mas bien, un sicario de la agencia... y eres la mejor.
-No entiendo! le respondió, ella con cara de asombro.
-relax! yo te sigo contando. Le tranquilizó, Calín con tono amable.
-Tu y yo trabajamos para una agencia del gobierno, de la cual, nadie conoce su existencia, yo soy el analista y tú la ejecutora. Estamos en una misión ultra secreta, pero sufriste un accidente, quedando en coma por mas o menos un mes.
-Debes de estar bromeando... mírame ¿quien pensaría que yo hago todo eso que me dices?
-Exacto! y por eso, eres la mejor, pues nadie sospecha de ti!
-Mi amor, despertaste. Entro Fer, todo emocionado, dándole un beso en los labios.
-Ah! ya te avisaron!
-Si! y me vine de una... no es grandioso. Nilda vio a Calín con cara de asombro, este con gestos muy particulares le indicó que le siguiera la corriente. Ella, quien no sabia nada pues su mente estaba totalmente en blanco, hizo lo que Calín le pedía con gestos.
-Permiso. Les interrumpió el Dr. Marroquín, pidiéndoles que se retiraran pues, debía hacerle algunos exámenes a su paciente. Ellos, muy juiciosos, hicieron lo que el médico les pidió y se retiraron cada uno por su lado.
Mas tarde, ya entrada la madrugada, Calín volvió por su compañera, tapándole la boca; le despertó.
-Hola! soy yo. le susurró al oído.
-¿Qué haces aquí?... Mira la hora que es. Le reclamo a Calín.
-Ya cálmate!... Ya descansaste casi un mes!... es hora de volver al trabajo... levántate y vístete!.. Te traje esta ropa, debemos retirarnos a cumplir con la misión que quedo pendiente.
-Esta bien pero... sal para vestirme. Le pidió.
-Déjate de destupieses ya te he visto desnuda miles de veces. Apúrate! Ella, se levanto y con un poco de pudor se vistió lo mas pronto posible; Calín, veía con asombro lo hermosa que era su compañera.
-Oye! me miras como si nunca me hubieras visto sin ropa.
-Relájate, siempre te veo así, eres tan bella! Salieron del hospital y se subieron al deportivo de Calín saliendo con rumbo desconocido.
-¿A donde vamos? pregunto ella, con tono de emoción.
-Esa es la actitud!.. Debo de ponerte al día. Pues, no recuerdas nada. ¿o si? 
-Nada! le dijo ella un poco decepcionada.
En algún lugar, fuera de la ciudad en medio de la nada, Calín detuvo el vehículo, y se bajaron de él, al fondo se veía un lago hermoso y sobre él, el reflejo de una hermosa luna. Luego de varios minutos de una complicada charla, donde Calín, le indicaba que sus órdenes eran, asesinar a un congresista y futuro candidato presidencial.
-Seguro, ¿que ya he hecho esos trabajos antes?
-Eres la mejor!... En armamentos, artes marciales, camuflajes, seducción, en fin. Por eso, la agencia te escogió de entre muchas, para esta misión.
-Vamos, es hora de hacerlo ya tienes tus indicaciones y ya lo conoces, es hora de matar a ese bastardo.
Mientras, en el hospital una enfermera daba la alerta sobre la desaparición de la paciente en coma, la muchacha herida durante el descenso de una montaña en esquíes; durante sus vacaciones, junto a su novio, Fer.
-Pero, ¿como pudo pasar? si recién salio de un coma... no pudo irse sola.. revisen las cámaras de seguridad. Escandalizaba Fer al Dr. Marroquín, quien le tranquilizaba; diciéndole.
-La policía ya tiene en su poder esas grabaciones, no se preocupe, pronto la encontraremos.
-Dr. y Fer. Acompáñenme. 
-Esto es muy delicado! Les indico el detective a cargo del caso.
-Acomódense, por favor... Fer, dígame, ¿desde cuando conoce usted a éste sujeto?
-Pues, lo conocimos durante nuestras vacaciones, él me aseguro, aunque yo no lo recuerdo, que nos conocíamos desde la infancia y que nos dejamos de ver y que por ello, no le recordaba.
-Entiendo... Verán, este tipo es agente, de una organización muy peligrosa, de asesinos a sueldo. 
-Seguramente, tendrán la misión de asesinar a alguien y ese alguien debe ser muy importante...    -Sin lugar a dudas, este alias Calín, como usted le llama, necesitaba a su novia para llevar acabo su fechoría y se la llevo para su conveniente plan.
-Queee! pero si mi Nilda, no es capaz ni de matar a una mosca; ¿para que la puede querer? 
-Eso, es lo que tenemos que averiguar.....señores, cualquier cosa que recuerden nos será de mucha utilidad.
-Pues, yo no tengo nada que agregar a este caso oficial y si me disculpan, tengo pacientes que ver, con permiso. Les dijo el Dr. Marroquín y se marcho.
La hermosa Nilda viajaba en un hermoso y lujoso mercedes a su cita con el tipo importante, el congresista. A quien, según su mente amnésica, ella debería de eliminar. Mientras Calín, la vigilaba de cerca para que no hubieran contratiempos. Ella, llego a un hotel lujoso de aquella ciudad. Bajo de su mercedes: vestía, un vestido elegante y sexy, el cual enmarcaba a la perfección su hermosa y esbelta figura, se sentó en el lobby. De inmediato se le acerco un tipo con planta de agente secreto, un guarda espaldas.
-Señorita, ¿Domínguez?... acompáñeme por favor. Ella, se puso de píe y acompañó al tipo. Los dos iban rumbo al penthouse en un elevador privado, nadie emitió sonido durante el viaje, el cual duro menos de un minuto. Sonó la alarma del elevador, indicando que habían llegado. Salieron del elevador y se dirigieron hacia la suite. Adentro le esperaba el congresista y futuro candidato presidencial. 
-Bienvenida, mi adorable y encantadora señorita Domínguez! 
-Siéntese por favor!... la vi en fotografías pero, éstas no le hacian justicia, es usted mucho mas hermosa en persona. ¿Quiere tomar algo?
-Lo mismo que tome usted, congresista.
-Llámame Ronald! Fueron, interrumpidos por un botones que les llevaba unas botellas de champagne y algunos deliciosos bocadillos. Nilda, vio que el botones no era otro mas que Calín, quien luego de colocar todo en su lugar le dejo a manera de que solo ella lo supiera, un botecito, que seguramente contenía, algún tipo veneno, ella de inmediato se acerco y lo tomo, colocándole en algún lugar de su hermosa anatomía.
-Eso es todo, joven. Le despidió el congresista, dándole una suculenta propina, los guardaespaldas le acompañaron hasta la puerta; quedándose afuera del cuarto.
-Hagan algo por amor de Dios! les suplicaba Fer, a los detectives, quienes en ese momento no tenían ni la menor pista de lo que estaba sucediendo.
-Contrólese por favor, Fer; nada logramos con esa actitud.
-Sargento, averigüe cualquier movimiento o evento, que tengan en agenda, algunos importantes en la política, tanto nuestros, como extranjeros, en las últimas 24 horas.
-Si mi sargento!
El congresista, coqueteaba con la hermosa de Nilda, ésta esperaba el momento indicado para llevar acabo su misión, la cual era, obviamente, acabar con el político.
-Capitan! acá tengo las actividades programadas para algunos políticos.
-Bien sargento, investiguen si con ellos se encuentra alguien con la características de la señorita Nilda.
-¿Qué hacemos capitán? pregunto con ansiedad, Fer.
-Esperar, amigo, cálmese, por favor.
-Otra copa de champagne Nilda? le sugirió el congresista.
-Solo que, esta vez la sirvo yo! le dijo de manera sensual Nilda al congresista. Y se puso de pie aquel tremendo mujerón. El congresista aceptó encantado. Ella se colocó frente a las botellas de champagne, dejándole a la vista toda la parte trasera de su cuerpo al congresista, la vista era insuperable. Mientras el congresista observaba a Nilda, ella vertía todo el contenido del frasco en la copa del congresista. Cuando ella se volteo, se detuvo unos segundos para que el señor congresista la apreciara, según ella, por última vez. Nilda se encamino hacia el congresista, pero cuando estaba por entregarle la copa envenenada, ella sintió un dolor horrible en su cabeza y todo se le borro, cayendo hincada sobre la alfombra y quebrando las copas al caerse. Calín quien habia colocado un artefacto en el carrito de las bebidas, escuchaba en el piso de abajo todo lo que pasaba con Nilda y Ronald, el congresista.
-Maldición! exclamo el asesino.
-Nilda! ¿se encuentra bien?... Seguridad! gritaba el congresista sosteniendo a Nilda entre sus brazos, de inmediato entraron los guardaespaldas con arma en mano.
-¿Qué sucede señor? 
-Cálmense, solo fue un desvanecimiento; ya estoy bien. Les tranquilizó Nilda, quien se encontraba recostada en el sillón de la sala del penthouse.
-Pueden retirarse! les ordenó, el congresista.
-Mi capitán! Le notificaba, el sargento, que no habia nadie con esas características con ninguno de los políticos que fueron investigados. Seguían sin un solo rastro, Fer se desesperaba.
-Maldición!.. Tendré que hacerlo yo! se decía muy enojado Calín, al darse cuenta que su plan estaba cayéndose.
-¿Cómo se siente? Nilda. Le preguntaba el congresista a su acompañante de cuarto.
-Bien! Ronald, gracias. Ella, pensaba ¿y ahora qué?. Pero a su mente atormentada le llegaban como flashazos, imágenes de su verdadera identidad.
-Voy al baño... disculpe!
-Claro! le contestó el congresista.
-Algo no anda bien!..maldición! se repetía, Calín. A quien no dejaba de sonarle el celular, pues Fer, intentaba comunicarse con él.
-No pierda su tiempo, Fer, él no le contestará. Le dijo, el agente a cargo del caso.
Calín decidió, ejecutarlo el mismo, así que tomo otro carrito y se dirigió hacia el penthouse. Cuando el ascensor llego y se abrió, los dos guardaespaldas estaban atentos a ver quien salia de él, pero nadie salio.
-Ve a ver que sucede! le dijo uno a su compañero, pues el ascensor no cerraba, porque el carrito habia quedado en medio de la puerta. El guardaespaldas, con el arma en la mano se acerco muy cauteloso a la puerta del elevador, percatándose que en él solo estaba el carrito.
Éste, volteó a ver a su compañero indicándole, extrañeza con sus hombros. Justo, fue cuando recibió en su pierna un balazo cayendo al suelo, para recibir otro balazo en medio de la frente. El otro agente se introdujo a la habitación, poniendo sobre aviso al congresista, quien corrió a la habitación del penthouse no sin antes llevarse con él a Nilda, quien en ese momento salia del baño, la puerta recibió unos balazos en su cerradura para luego abrirla de una patada, así incursiono Calín en el penthouse. El agente que cuidaba al congresista, intento hablarle a sus compañeros pero esto le fue impedido por Nilda, quien le quebró en su cabeza un florero tomando entre sus manos el revolver del guardaespaldas.
Los clientes del hotel se quejaban de que el ascensor, quien tenia otras dos paradas mas antes de llegar al penthouse no funcionaba, lo que hizo que, los de mantenimiento averiguaran que sucedía. Los guardaespaldas que se encontraban en el lobby, trataron de comunicarse con sus compañeros, al percatarse que algo no andaba bien con el ascensor, pero sus compañeros no respondieron, éstos, se pusieron en alerta, pidiendo a recepción que llamaran a la policía a sabiendas de que algo malo pasaba.
-Capitan! Capitán! tenemos una alerta en el hotel Presidente.
-Vamos! ahí está Nilda, acompáñenos Fer, salieron y abordaron a sus patrullas y se dirigieron al hotel Presidente, el trafico a esa hora les perjudicaba.
-¿Qué sucede Nilda? le pregunto Ronald, al ver lo que Nilda habia hecho con su guardaespaldas.
-Cállate! porquería! Le ordenó Nilda, apuntándole con la 45, justo a la cabeza del congresista.
-¿Eres tu? Calín. Grito Nilda desde adentro a su compañero.
-Si! voy a entrar. Y así lo hizo.
-Buen trabajo, compañera!!  Calín tomo, a Ronald y lo puso de pié y lo aventó sobre un sofá.
-Hoy, vas a morir, congresista!
-Dispárale Nilda...Dispárale! Nilda halo el gatillo y le apunto justo entre los ojos; pero el dolor le volvió a la cabeza, haciendo que herrara su disparo, éste se escucho en algunas partes del hotel pues, esta arma no tenia silenciador.
-Maldición! fallaste, ¿qué pasa contigo? Pero, Nilda no soporto el dolor y se desvaneció.
-No importa lo haré yo mismo!... despídete bastardo.... tu y tus ideologías absurdas, ¡mueraaan!..
Se escucho un estruendoso disparo...
Cayendo al suelo, con un disparo entre los ojos.....
-¿Se encuentra bien.... Ronald?
-¡Arroje el arma y coloque las manos en la cabeza; ahora!! le pidió el capitán a Nilda, quien se encontraba junto al congresista; ella arrojo el arma y coloco sus manos en la cabeza.
-Un momento oficial... ella me salvo la vida!! dijo el congresista abrazándola.
-Mi amor!! salto Fer sobre Nilda, mientras el congresista era atendido por los empleados de seguridad del hotel y a la vista del capitán. Nilda le alejo de entre sus brazos, diciendo.
-¿Quien es usted? ¿Le conozco? Fer, se alejo de ella, con la cara de preocupación, al igual que el capitán, quien al escuchar a Nilda, tomo entre sus manos su arma.
Pero luego Nilda, le obsequió una dulce sonrisa; abrazando y besando a su amado Fer.





 








No hay comentarios.:

Publicar un comentario