jueves, 22 de mayo de 2014

You, be a woman.. soon

Con todo su amor, se acerco a ella, diciéndole.
-¡No tengas miedo!. 
-¡El momento es éste!
-¡Solo relájate y deja que yo me encargue!
Ella, se dejo llevar por las caricias de su amado novio de años, ella sabia que era el momento. Y, que él era el indicado; pues habían pasado tantas cosas juntos, buenas y malas y su novio siempre le habia apoyado, demostrándole todo el amor posible; ése, que se le da solo a la mujer que realmente amas. 
En la radio, sonaba una melodía muy romántica, del Bee Gees. 
Él, continuaba entregándole sus mejores caricias y ella cada vez se sentía mas cómoda y se relajaba, lista para ser una mujer. Él, no podía disimular su ansiedad, por iniciar una bella historia de amor con su chica de toda la vida. Una historia de amor que se puede llegar a tener únicamente con la mujer que tu corazón eligió; no tú, sino tu corazón. 
Listos, para iniciar la mejor danza de amor jamas bailada por él y ella.
Ya acomodada sobre su regazo, no pudo resistirse mas y se entrego con toda la pasión y amor que su cuerpo y corazón pueden manifestar. Ése, es el verdadero amor. 
Él, entre la agitada danza le susurro al oído:
-¡Cómo te amo! Ella, no pudo contestar, solo un suspiro erótico se escapo de sus labios entre abiertos.
Luego de unos minutos de insaciable faena amorosa, uno sobre el otro, con las miradas entrelazadas, inundándose ambos con la miel que ese momento maravilloso les puede dar a dos jóvenes estrenándose como amantes, siempre en silencio, dejando a sus cuerpos disfrutar de esas sensaciones nuevas, jamas vividas antes y que posiblemente, jamas volverían a sentir, pues, ¡nada mejor que la primera vez!.
El ambiente y la musica solo expresaban la palabra: AMOR. Mudos aun viéndose el uno al otro y dejando a sus corazones hablar entre ellos, sus palpitaciones se sentían a cada centímetro de sus nuevos cuerpos recien estrenados. Una, honesta, picara y sencilla sonrisa se dibujaba en sus rosados labios, que a penas hace unos pocos minutos estaban rojos; rojos por la pasión. 
Ambos sabían que era lo correcto, pues su amor era real y eterno ya nada les podría separar, pues en el momento de entregarse carnalmente, ademas del intercambio de los fluidos naturales del cuerpo, tambien habían intercambiado sus corazones. El de ella, vivía a hora en el cuerpo de él y en el cuerpo de él vivía el corazón de ella, en otras palabras sus cuerpos ya no les pertenecía a cada quien; ahora, eran propietarios de una parte del otro y, que mejor que dar en garantia a sus corazones.
Al fin, él le dijo; ¡YA ERES UNA MUJER!... y agrego; ¡YO, AHORA SERÉ UN HOMBRE! solo para ti... ¡mi amor!... 








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