jueves, 26 de junio de 2014

El GTI rojo de Milton

Regresábamos de hacer una tarea y alguien le pidió a Milton que pasara frente al Liceo Francés, pues era hora de salida y sería bueno pasar viendo a las lindas colegialas, todos estuvimos de acuerdo y Milton cruzo en una de las calles cercanas para retornar y pasar frente al colegio. Efectivamente, los portones estaban abiertos y se veía movimiento, pues las señoritas salían a abordar el bus del colegio; mientras que Milton se detenía justo entre los buses amarillos. 
Una maestra de dicho colegio, nos abordo dirigiéndose a Milton e indicándole que en esa área era prohibido parquear, pues era un lugar exclusivo para los buses del colegio. A lo Milton le pidió que le disculpara pero a su Volkswagen GTI, le habia sucedido un desperfecto mecánico y no podría moverlo. La maestra se retiro resignada, a que el GTI se habia arruinado y era imposible moverlo.
-¡Que bárbaro Milton! ¡muy buena esa paja!. Le aplaudimos nosotros pues, nada mejor que ese lugar para ver el desfile de señoritas de dicho colegio.
-¡Ninguna paja, el carro se averió!... ¡Bájense y me ayudan a repararlo!. 
Todos nos bajamos, pidiéndole al correcto de Milton, que se esperara a que los buses se fueran para reparar a la nave; pero éste se negó, pues de lo contrario nos cogería la tarde para ir a nuestra alma mater. Así que Milton se apeó y se fue directamente al motor, mientras que nosotros nos vimos las caras y al unisono nos repetimos.
¡Nooooo! Así que, nos recostamos en el hermoso carro deportivo, ¡bien enchulado! mientras que Milton le hacia a la mecánica. 
Mientras Milton pensaba que hacerle a su carro, pues lo que le habia sucedido era un reventon en el cable del clutch. Pero a nosotros lo único que nos importaba era coquetear con las señoritas de uniforme azul, muchas de ellas se acercaron a nosotros, preguntándonos que le pasaba al carro y claro, aprovechamos para hacernos de algunas amigas y de recopilar sus números telefónicos, mientras que nuestro mecánico nos resolvía el problema; pues eso les dijimos a ellas, que Milton era un mecánico, que habia llegado a rescatarnos y que mientras tanto, nosotros pues, estábamos ahí platicando con ellas. 
Milton estaba que echaba rayos, pues habia escuchado nuestra mentira y al darse cuenta de las bellezas que nos rodeaban, seguramente la mayoría (por no decir todas) estaban atraídas por el carro y no por nosotros, pero eso nos tenía sin cuidado, pues otra oportunidad de esas, ni en cien años.
De pronto sentimos que el carro se movió, así era, Milton estaba adentro de su carro ya arrancado; al sentir que este se movía nos quitamos e hicimos a un lado pensando que Milton apagaría el motor, se bajaría e iría a disfrutar aunque fuera un minuto de nuestra hermosa compañía. Pero no; Milton se fue con su GTI y nos dejo ahí, abandonados a nuestra suerte, las niñas se quedaron asombradas por unos segundos, al igual que nosotros. Luego, Vinicio reacciono, diciéndoles a las chicas que seguramente nuestro mecánico se habia ido a probar el carro y que pronto volvería; pero luego, con forme iban pasando los minutos y el GTI rojo no regresaba; una a una se fueron yendo las hermosas señoritas, abordando sus buses o buscando la parada de bus urbano mas cercana para irse a sus casas. 
Despues de media hora de esperar y al darnos cuenta que ya no habia ningún bus amarillo y mucho menos alguna señorita por el sector y que los portones se habían cerrado hace rato, nos resignamos y buscamos la parada de buses mas cercana. Nos quedamos sin GTI y sin colegialas.
En la tarde, bien tarde, llegamos al nuestro colegio y en el parqueo se encontraba el GTI rojo, parqueado y Milton hacia una hora habia entregado su tarea y nosotros pidiéndole que nos entregara nuestras mochilas, para poder entregar nuestra tarea, que se encontraban aun, adentro del hermoso deportivo, color rojo Volkswagen GTI. Pero este seguía vengándose de nosotros y luego de suplicas y de sacarnos algunas golosinas, nos abrió su carro, sacando de inmediato nuestras cosas; corrimos en busca del catedrático, quien ya estaba por retirarse del colegio. Nos colocamos frente a su carro para que se detuviera y después de rogarle que nos recibiera nuestras tareas, éste acepto, pero con la mitad de la nota.
Bien merecido que lo teníamos, por la mala jugada que le hicimos a Milton y por los 45 minutos de gloria a costillas del Gti rojo de Milton.



TOMADO DEL LIBRO: "HISTORIA DE UN ADOLESCENTE TÍMIDO" de Sergio Raga

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