martes, 3 de junio de 2014

Mujeres Maltratadas 5: ¡EN VENTA!

Este tipo de negocios es muy común en los pueblos,del interior de la república. De estas historias, están llenos todos los poblados mas pobres de mi país. Ésta, es una de tantas historias contadas por las mismas victimas, victimarios, vecinos y familiares.
 ...Don Fernando, era un respetable profesional que hace un buen tiempo llego al pueblo a realizar unos trabajos profesionales, era un personaje de un estatus social, media alta, de donde venía, pero en ese pueblito, él era alguien muy importante y con muchos recursos. Mientras el tiempo transcurría, don Fernando se fue amigando con las gentes del poblado, él ignoraba de algunas formas de sobrevivencia en muchas humildes familias de esa región. Un día entró en su oficina, doña Mansha, junto a ella, iba su adolescente y hermosa hija, quién recien acaba de cumplir, sus 15 años.
-Adelante doña Mancha. le dijo don Fernando, sin levantar su vista de unos papeles importantes, sobre su escritorio.
-Gracias, ¡buena tarde don Fernando!.
-¡Buenas doña Mansha!. -Diga, ¿en qué le puedo servir?. Le dijo don Fernando, colocando sus lentes sobre las hoja que hace unos segundos lo tenían absorto, en su atención.
-Pues, por aquí. -Con un negocito... ¡bueno para usté!. Le explico la señora, quien de inmediato le dijo a Matilde.
-¡Acércate, patoja!. 
-¿Y? en que consiste el negocito. Le pregunto don Fernando, volviendo su vista a los papeles.
-Ya vió, ¿cómo está de bonita mi Matilde?, -¡Recién, cumplió ayer sus 15!.
-¡Felicidades patoja!... Y, ¡si esta hermosa la patoja!.
-Pero por favor, diga, -¿Cuál es el negocio?, -Pues como ve, estoy algo ocupado doña Mansha.
-¡Le vendo a mi hija! Don Fernando se volteo hacia ellas, con el seño fruncido y en su cara, el asombro.
-¡Perdón!... ¡No le comprendo!... Le repitió don Fernando.
-¡No se asuste!... -Que a mis hijas mayores, se las vendí a otros señores importantes de la cabecera municipal. -Eso, es normal acá. Le dijo la señora, sin pena ni gloria, con el mas minimo descaro, mientras la jovencita quinceañera se sentía orgullosa  _en su ignorancia_ 
Luego, de casi una hora, en que la señora le explicaba a don Fernando, como era la transacción; el señor se fue interesando, al ver lo hermosa que era Matilde. Que mas tarde que pronto, cerraron el trato; quedándose con él, la niña de tan solo 15 años.
Luego de varios meses de estar con la niña, como su mujer y de viajes a la capital con su familia. Don Fernando, en uno de esos retornos se encontró con una noticia; la cual, le causo un gran impacto.
-¡Estoy embarazada!. Así era, la niña estaba en cinta de don Fernando. Esto asusto a don Fernando. Pues, en un abrir y cerrar de ojos tenia encima a doña Mansha, solicitándole un cambio en una de las clausulas, del contrato.  Solicitándole, un incremento a la mensualidad por daños y perjuicios.
El tiempo se fue volando y cuando don Fernando se dio cuenta, ya tenia una niña de 5 años con su Matilde, quien ahora contaba con 20 años. Don Fernando ya cansado de la situación, mando llamar a doña Mansha, para indicarle que su estancia en el pueblo habia llegado a su final y que se retiraría para siempre, a su casa, con su familia y que ésta estaba al tanto de lo sucedido y que se llevaría con él a su pequeña hija.
Matilde al escuchar la noticia, se negó a separarse de su pequeña hija. Doña Mansha, le amenazó con acusarlo a las autoridades por violación en contra de su hija si le quitaba a su nieta. Don Fernando, le recordó a doña Mansha que habia sido ella quien le llego a ofrecer a su hija siendo ésta apenas una niña y le recordó, que esa era una costumbre que tenían en el pueblo, algo que seria fácil de probar ante un juez y que él, se encargaría de refundirla en la cárcel, por trata de menores, sino dejaba las cosas como estaban.
-¡Venda a su hija! -Todavía esta hermosa y cualquiera le dará un buen dinero por ella. 
-Pero, ¡yo me llevo a mi hija!.
Tanto dona Mansha como Matilde se quedaron calladas, pues de lo contrario doña Mansha, quien era de escasos recursos económicos iría derechito a la cárcel.
Don Fernando se marchó para la capital, dejando destrozada a Matilde, una de las victimas en este problema. Problema, que viven a diario, en las regiones mas pobres de la provincia, La niña, quien lloraba por su madre y Matilde que quedo destrozada al verse obligada a separarse de su pequeña y amada hija.

Historias; como ésta, hay centenares y nada ni nadie, puede hacer nada para detenerlas. Pues, la necesidad es tan grande y la vida que viven, tan precaria; que las madres se ven en la necesidad de prostituir a sus hijas desde muy pequeñas, con tipos de dinero y entrados en edad. Para ellos, es una ganga tomar a una niña virgen y hacerla suya por unos cuantos billetes, que a ellos les sobran. Quedando, como victimas las niñas y sus posibles hijos, que en la mayoría de los casos, continúan con el ciclo. Vendiéndolos, por lo mismo: La necesidad... y la mala fortuna, de haber nacido en la maldita Miseria.





  

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