miércoles, 20 de agosto de 2014

AMOR DE ANCIANOS

Recuerdo, cuando como locos corríamos haciéndonos bromas bajo la lluvia y de como la gente sensata por sus ventanas podían vernos: felices, mojados y corriendo y saltando entre los charcos. Seguramente que, algunos de ellos se reían de nosotros y decían: ¡Que eramos unos locos! o, ¡Que tal vez estábamos hasta drogados! Y, si que tenían razón, tu y yo estábamos: ¡Bien drogados!... Pero de un amor puro, un amor de juventud, que nuca volverá a repetirse. Seguramente, que algunos de los curiosos... Un par de viejitos románticos, se decían el uno al otro: ¿Te recuerdas, cuando nosotros hacíamos esas locuras? ¿Te imaginas?.. Tu y yo corriendo ahora ¡Bajo esa lluvia! _Como esos dos locos jovencitos. _¡Mañana seguramente nos estarían velando! Le respondió la viejita, muerta de la risa. 
Para nosotros, no era más que un día juntos, llenos de felicidad; pues, con sol o con lluvia, eramos felices. Pues,  lo mas importante para nosotros era estar juntos, sin importarnos lo que los demás dijeran o no, sobre tu y yo. 
Nuestras ropas empapadas y pegadas a nuestros cuerpos, completamente sucias, pero sin embargo, mis ojos solo podían ver lo bella que eras y el amor que te tenía. Para cuando la lluvia menguaba, hasta fallecer y el sol entrometerse en nuestro juego, nos tomábamos de la mano y caminábamos en busca de un lugar solitario para que con nuestros besos, subir nuestra temperatura y asi a nuestra ropa poder secar. Siempre juntos y sin soltarte la mano y sin quitar mi vista de la tuya, pues no habia nada mas bello que tu a nuestro alrededor, ni nada que mi atencion pudiera robar, era como si nada existiera; solo tu y yo, deseando que el día fuera mas largo y así tener mas tiempo para amarnos sin pena ni gloria. 
Pero, como todo tiene su final; al fin, la noche anunciaba su llegada inminente, con sus lánguidas sombras y la parcial oscuridad; regresábamos a nuestro lugar secreto a buscar nuestros cuadernos y nuevamente tomados de la mano caminábamos rumbo a tu casa, a dejar a mi princesa en su castillo, protegida de dragones y espadas, luego con un beso interminable para los curiosos, pero corto para nosotros me retiraba, a pesar de que nuestras manos se oponían a soltarse y pegados seguíamos, tu me jalabas y otro eterno beso me dabas. Pero lo bueno termina pronto y me marche para mi casa; por las calles mojadas, las cuales reflejaban a las estrellas y a la luna, saltando de charco en charco y con mis pies destruyendo constelaciones, pensando solo en ti, con mis cuadernos al hombro a veces corriendo y otras caminando... Pero lo que si te garantizo, es que de mi mente jamas te fuiste. 
De pronto, alguien a quien seguramente se le olvido que alguna vez tuvo nuestra edad, la madre me sacó; pues a media calle yo iba caminando y casi con su auto me atropella, al percatarme del murmullo que yo escuche (pues, seguramente fue una escandalosos sacada de madre, que hasta los vecinos las luces de sus casas encendieron) Yo vi que el tipo por la ventana de su auto su dedo me enseño, pero lo que yo vi fue un ramo de flores, pues cuando estas enamorado no puedes ver ni escuchar nada que no sea: paz y amor. 
Al llegar a mi casa, antes de entrar, me arreglaba para evitar ser descubierto por mi madre, aunque de seguro mas de algún vecino metido me habia visto y a mi madre bajo la tormenta de esa tarde, le corrió a contar. Pues al nomas entrar a mi casa, del pelo me tomo y para mi cuarto me envió; para mi, eso fue una caricia de mi amorosa madre, pues nada echaría por tierra a esa fantástica tarde, cuyo recuerdo en mi mente vivirá por siempre. Luego de ducharme, al teléfono... Mi puente medieval para con mi princesa seguir hablando, hasta quedar profundamente dormido y entonces, sería mi madre quien al darme su bendición al teléfono deberá colgar y un beso en mi frente plasmar.

...Describiendo esta bella estampa, me pregunto: ¿Qué nos paso? ¿Dónde quedó toda esa energía, esa armonía, esa paz, esa juventud? ¿Porqué? Ahora en unos gruñones nos convertimos. ¿Porqué tan pronto nos olvidamos de que la mejor etapa de nuestras vidas fue esa? ¡Nuestra juventud! Y... ¡Bien por esos viejitos! Que no, nos acompañaron, para no morir al día siguiente y asi, seguro poder seguir amándose unos días más... ¡Bien por ellos! 

"Dedicado: A esos ancianos, que aun sabiendo que la muerte esta al umbral, siguen amándose como la primera vez y siguen siendo los jóvenes que un día fueron y, que sin ellos darse cuenta... Aun lo son"
.....Para ellos, con toda mi admiración y mi amor...






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