miércoles, 13 de agosto de 2014

CAMINITO AMIGO

Un bosque maravilloso, como estampa se lograba ver al terminar de subir esa lomita, un caminito hermoso te llevaba hasta la cumbre de él y desde ahí, la vista era maravillosa. Pero, hasta hoy me vengo a dar cuenta de las maravillas de la naturaleza. He regresado ahora, solo y sin ella, pues hace algún tiempo que ella se marchó y no supe nunca más nada de ella, creo que algún día hasta el caminito se borrara, pues ese caminito lo formamos ella y yo de tanto regresar a este bello lugar. Cuando veníamos juntos, nunca tuvimos tiempo de ver lo maravilloso que este lugar es.
Ese, era el pensamiento de Orlando, quien llevaba un par de semanas llegando, como en los últimos dos años junto a su bella novia Ondina, quien un día desapareció y nunca mas volvió. Orlando se pasaba las horas sentado, disfrutando de esa vista espectacular. Al retornar a casa sobre ese caminito que sus pasos habían formado junto a Ondina; él, le platicaba y las imágenes de ellos dos, se reflejaban sobre el caminito.
_¡Debo de estar loco! _¿Qué es eso? Se dijo Orlando, al ver como el sol reflejaba a una pareja tomados de la mano; si, él iba completamente solo. Vio para atrás y luego para los lados, pensando _¿Qué broma es ésta? _¡Ella sigue ahí! 
Orlando se movía para cerciorarse que si era su sombra, mientras la otra desaparecía, cuando el realizaba sus aspavientos. 
Asustado corrió y por varios días no retorno, por el miedo que le provocaba el pensar que se estaba enloqueciendo. Pero, la curiosidad fue mayor que el temor y esa tarde decidió regresar. Subió por el caminito, el cual todas las tardes felices paseaban con su Ondina; llego hasta la cumbre de aquella lomita y se sentó, de pronto un aire fresco su aroma a él llevo y se repitió.
¡Es su perfume!... _¿Qué es esto Dios? La briza suave y fresca le acariciaba el cabello y él sintió, que entre su cabellera las manos de Ondina le hacian las caricias que siempre ella le habia echo, cuando estuvieron juntos. Orlando lloró por la nostalgia y entonces con una vos temblorosa al aire pregunto.
_¿Eres tu mi amor? Entonces las flores silvestres, los cardos, los juncos en flor y los tréboles que amenazaban cubrir al caminito se agitaron como indicándole a Orlando que sí, era Ondina, quien estaba allí. Orlando ya no tuvo miedo y a los brazos de las hiervas, se entrego y acostado sobre ella, sintió el delgado cuerpo de Ondina posarse sobre él y su perfume mas fuerza tomo. _¡Mi amor te extraño tanto me haces tanta falta!
El aire soplo y una hoja de algún lado llego y sobre su pecho se posó. _¡Ahora si estoy seguro de que estas aquí o de que me enloquecí! Orlando se puso de pie y al estar parado de frente al caminito, observo nuevamente a la par de él la silueta de su Ondina, él se movió para quedar frente a esa sombra y entonces vio cuando ambas sombras sin él moverse se abrazaron con mucho amor, Orlando solo podía sentir a la fresca brisa y el olor del perfume de su amada. Mañana volveré para estar contigo mi amor, le dijo Orlando y se marcho. 
Al bajar por el caminito, observó que él se retiraba pero no su sombra, ella seguía junto a Ondina, tomados de la mano; entonces, Orlando comprendió que siempre estarían juntos y que a su sombra y a Ondina debía de renunciar y dejarlos por la eternidad amándose en ese lugar. Cuando Orlando empezó a bajar por ese caminito, cubierto de tréboles y juncos en flor, observo como los tréboles, los juncos en flor  y los cardos, morían conforme él avanzaba. Y, el caminito amigo desaparecía a su paso, entonces ya Orlando fuera del caminito el cual, habia desaparecido se voltio y de su sombra y de su amada Ondina se despidió y al ver como el caminito se convertía en una sombra, al igual que ellos, al caminito le dijo: _¡Caminito amigo yo tambien me voy! _¡Seguiré mis pasos caminito adiós! Y, Orlando jamas volvió a aquel lugar. 
Dicen los aldeanos, haber visto juguetear muy enamorados a una pareja de sombras, pero no ven a los dueños de ellas y que misteriosamente el caminito que ahí estaba, ya no esta. Ellos, creen que el lugar esta embrujado y nadie se atreve a estar en ese lugar, entre las tres y las seis de la tarde, que es cuando el viento sopla, llevando con él a un aroma esquisto y entonces, aparecen las misteriosas sombras. 
Yo lo que se, es que, en ese lugar junto con el tiempo, un gran amor nació y ahí vivirán por la eternidad, los dos enamorados y un lindo caminito, rodeado de tréboles, nardos y juncos en flor....

INSPIRADO EN LA CANCIÓN: CAMINITO DE j. IGLESIAS











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