martes, 14 de octubre de 2014

¡Bienvenido a mi mundo!

Caminando un camino, me encontré con alguien que jamas pensé llegaría a converger... ¡Nunca! 
Al verme, me salio al encuentro. Me invitó a acompañarlo por ese camino. 
Me confundió su invitación, pues el camino era contrario a mi rumbo original. 
_¡Qué diantres! Me dije. Y, con él me fuí. 
Nos encaminamos hacia aquel camino; el punto de fuga de su perspectiva se perdía en la oscuridad. 
_¡Momento! Me dije. 
¿Cómo me convenció tan fácilmente? _¿Ahora qué hago? 
_Disculpa, pero no tengo tiempo para acompañarte. Le expliqué. 
_¿Tiempo? en mi mundo eso no existe. 
_¡Así que sigue caminando! Sus palabras me confundieron otra vez y avance junto a él. Seguimos, por aquel camino; yo me dije otra vez. 
_Pero, ¿qué hago con éste, por este camino, si el mío era en sentido contrario? Me detuve, cómo burro con mecate, de golpe y le dije. 
_Amigo,  ¡no puedo seguir, pues mi tiempo y distancia es para el otro lado! él me vió directo a mis ojos y me dijo, con voz imperativa, que mudo y sudando me dejo. 
_¡Bienvenido a mi mundo! _¡sigue por ahí! Y, de nuevo señaló hacia aquel camino. Mi corazón latía muy aprisa; volteé y vi el otro destino. El punto de fuga de esa perspectiva era diferente, era muy claro, se vislumbraba hasta su inicio y al ver, hacia dónde me dirigía, acompañado por ese extraño personaje, que jamas pensé se cruzaría en mi camino, en mi destino, el final era tan obscuro y frente a la oscuridad de ese final del camino; vapores bailarines emergían del suelo. Trague saliva, la cual costo que pasara por mi garganta y un miedo enorme invadió a mi cuerpo, él coloco su mano sobre mi espalda y un calor sofocante sentí recorrer por mi cuerpo. Con mi rostro ahora mas pálido que cuando se cruzó en mi camino, lo vi al rostro y él me invitó a seguir, señalando aquel camino, con su otro brazo y con una enorme y falsa sonrisa en su rostro. Por mas simpático que éste quería parecer, había algo que me daba desconfianza.  
Yo, me oponía a proseguir por el camino sugerido por él; al darme cuenta, veía cómo aquel final del camino se hacia cada vez mas cerca, yo me dije. 
_¿Cómo es posible que avancemos? _¡Si no he dado paso alguno! Baje la vista y sí; mis piernas caminaban sin yo haberles permitido hacerlo, el paso ahora era apresurado, yo levanté la voz y grite. 
_¿Qué pasa aquí? _¡Yo no quiero caminar y mis piernas caminan! 
El señor se carcajeó y su risa resonó por todo aquel camino y aún más, en mis oídos, hasta llegar a ensordecérlos Era evidente, que quien salio a mi encuentro al inicio de este camino, tenía un extraño poder sobre mí. 
_¡No te resistas más y avanza! _¡Ya falta poco! 
Me resigne y seguí avanzando sobre ese camino, mi nuevo destino.
_¡No temas! _¡Éste es el lugar a dónde venías, deberías de agradecerme que vine por ti! 
_Y que te doy, ¡la bienvenida a mi mundo!  ¡tu nuevo hogar!
_¿Mi nuevo hogar? _¿Qué significa eso, si ya tengo un hogar? 
_Yo, solo salí a dar una vuelta, a despejar mi mente, para luego volver con los míos. 
El se carcajeó de nuevo y a mis ojos me vió directamente. 
_¡Mírame bien, pues ahora eres mío, ahora me perteneces y éste es tu nuevo hogar! 
_¡Así que no te resistas mas, pues ya nada puedes hacer. 
_¡Te invité y tu elegiste seguirme! _¡Tu nuevo hogar te espera!
Volví a ver al lado contrario del destino al que me dirigía y ahora ese lugar se veía tan lejano; un suspiro se escapó de mi ser y pensé. 
_¡Tan cerca que estuve de él! _Pero, éste se cruzó en mi camino y logró confundirme; tanto, que ahora ya estoy por terminar de llegar a esa oscuridad.
Por mi mente, desfilaron todos los años de mi vida; uno tras otro, todo se veía tan claro y pensé. 
_¿Qué significa ésto? _¿Por qué veo a éstas imágenes en mi mente, tan claras cómo el agua? Cuando el último año paso frente a mi, volví en sí y la oscuridad total se había apoderado ya de mí. Gotas de sudor caían al suelo desde mi cuerpo; la ropa la tenía completamente mojada; el cabello se escurría por mi rostro como sudor.
_¡Cómo! _¿Ya llegamos? ¿Si aun faltaba un buen tramo? Pregunté. Éste, solo sonrió maliciosamente. Pensé. 
_¡Vaya si sabe sus mañas! _Me distrajo con las imágenes de mi vida, para que no me resistiera, ni protestara. 
Cuando estuve al umbral de su puerta, la cual, era custodiada por tremendos perros negros, como enormes y robustos toros. Peludos, con colmillos salientes de sus hocicos, por los que corrían babas espesas y en sus ojos; una profundidad sin final, su color se confundía entre lo negro y lo rojo. 
El individuo, se paró frente a mí y me repitió con los brazos extendidos.
_¡Bienvenido a mi mundo..! ¡tu nuevo hogar! 
Se volteó y a las hojas de las puertas las empujó, sin siquiera tocarlas, un chirrido que estremeció todo mi ser, se escucho y éstas se abrieron de par en par, de adentro salieron los peores lamentos que mis oídos jamás habían escuchado y sentido nunca, eso me paralizó por completo. Él volteó hacia mí de nuevo y con una fría autoridad me ordenó que entrara.
_¿Qué esperas ahí parado? _¡Entra ya! Esas fueron sus palabras.
En todo este tiempo, todo lo que había hecho para impedir llegar a este lugar, lo había hecho en mi nombre. Al inicio, acepté la invitación, luego pregunté y me negué a proseguir; pero, este me volvió a convencer y seguí; luego me hizo andar sin yo querer y protesté, pues, no le había ordenado a mi cerebro que mis piernas caminaran y sin embargo, lo hacían; luego me distrajo por un buen tiempo, reviviendo mis años de vida, desde que nací, hasta el último; que cuando sentí, ya había llegado. Pero en este último momento, en el que daría ese paso; al estilo Neil Armstrong en la luna. 
Me repetí con un gran dolor en mi pecho y el horror en mis cinco sentidos.
_¡¡Dios mío ayúdame!! 
Él me tomó de mi brazo y me haló hacia adentro de aquel lugar; pero, al terminar mi pedido de auxilio, una mano, con mayor autoridad, sentí que se ubicó en mi nuca. Diciéndome
_¿A dónde crees qué vas? ¡Hijo mio! Luego de esas palabras se escuchó. 
_¡¡Noooooo!! y junto a ese lamento, el aullar con dolor de aquellos feroces y horribles perros;  por último, se azotaron las puertas casi en mi rostro. 
Me desvanecí, no se cuanto tiempo, pero cuando volví en mí, me encontraba caminando, por aquel camino nuevamente, pero esta vez, en sentido contrario, junto a mí, alguien transfigurado, pues, veía que estaba ahí, porque podía ver a través de Él, veía los paisajes de ese hermoso camino, cómo se desfiguraban cuando lo atravesaban. Y, sentía su presencia. 
Vi, que el punto de fuga de la perspectiva de aquel camino, era claro, sin trucos y que al fondo aparecía, una puerta, sin puertas, con nubes y sin guardianes caninos en su entrada; más allá, un firmamento hermoso, como si estuvieras durante un verano tumbado sobre una playa viendo a la inmensidad de un cielo azul, con una brisa fresca que le regresaba la vida a mi cuerpo sin vida y a mis sentidos; a mi cabellera, que ahora se ondeaba con esa brisa. 
Sin darme cuenta; dije en vos alta.
_¡¡Hermoso!! 
Él, sonrió, en un tono cálido, esperanzador y relajante y, ésto me dijo.
_¿Por qué tardaste tanto en pedir mi ayuda...? 
_¡¡Bienvenido a tu hogar!! ¡¡A Mi Mundo... Nuestro Mundo!! 
_¡¡Nuestro Hogar... de ahora, hasta la eternidad!!




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