jueves, 20 de noviembre de 2014

EL TRASPLANTE. CAPITULO 3

En la sala, todos se pusieron de pie a la espera de lo que había pasado con Martín. 
El Dr. Marroquín les dijo.
_La operación fué un éxito, hubo complicaciones de último momento, pero logramos estabilizarlo y ahora está en la sala de recuperaciones.
_¡Qué bien! expresaron todos con mucho jubilo. Mientras, Ady, no podía disimular su alegría y eso le causaba unas cuantas lagrimas, las que rodaban por sus mejías, pero, ésta vez eran de alegría.
_Dr. ¿Ahora podrá caminar, hablar, hacer todo lo que antes hacía? Pregunto con gran emoción, una emocionada e ilusionada Ady.
_¡Sí hija así será! Respondió el Profesor Efrén, quien se veía tambien bastante relajado después de días de espera. Entonces, se metió a la conversación la enfermera Aracely, mientras que se alejaba de la salita.
_¡Ahora viene lo peor!.. Se alejó del lugar, dejando en esa sala la incertidumbre en el corazón de Ady.
_¡Bueno! ¡estamos muy agotados! nos retiramos a descansar y ustedes deberían hacer lo mismo. Dijo el Dr. Marroquín, para disimular la metida de pata de la indiscreta enfermera.  Se retiró el grupo de empleados del Hospital General, quedando en el lugar los mismos. Al buen rato, la pareja de esposos Corina y Julian, tambien se despidieron de Ady y de su querido Profesor Efrén, quedando siempre a disposición de Ady y del Profesor, en el proceso que ahora venía. 
_Bueno hija, es bueno que nos retiremos a descansar tambien. 
_Te prometo que todo estará bien y que estaré contigo en lo que ahora viene.
_Gracias Profesor, no se imagina cuanto lo quiero. 
_Le agradezco su compañía y ayuda en éstos momentos difíciles en mi vida. Ady se fundió en un fuerte y amoroso abrazo con el Profesor, quien se conmovió y su vos se le quebró.
Al día siguiente, Ady llamaba por teléfono a la recepción del hospital, para preguntar por su novio, Martín. Mientras le daban la información.
En la sala de recuperación, despertaba Martín de la anestesia. Martín abrió sus ojos y preguntó.
_¿Dónde estoy? Lily, la enfermera, amiga del Dr. Marroquín y del Profesor Efrén se encontraba con él.
_¡Buenos días! ¿cómo se siente? Pero, éste con un rostro de extrañeza, seguía preguntando.
_¿Dónde estoy?
_¡Cálmese, esta en el Hospital General. Acaba de salir de la sala de cirugía!
_¿Sala de cirugía? Respondió muy alarmado.
_¿Qué me pasó? Se inquietó un poco. Lily, trató de calmarlo con ésto.
_Ya vendrá el Dr. Marroquín, él le responderá todas sus preguntas, por ahora quédese tranquilo o tendré que inyectarlo para calmarlo.
_¡Está bien! pero no me duerma enfermera. 
_Le prometo estar tranquilo. Lily, siguió con lo suyo, mientras que éste veía para todos lados sin moverse y no podía disimular en su rostro muchas dudas. Al paso de la mañana y a la hora de las visitas de médicos a pacientes; entró la comitiva de médicos y entre ellos, un muy interesado en el caso, el Profesor Efrén.
_¡Buenos días! ¿Cómo se siente nuestro paciente consentido? Pregunto el Dr. Marroquín, con esa amabilidad que lo caracteriza, tomando en  sus manos la carpeta del paciente.
_¿Qué me pasó Dr.? Preguntaba muy inquieto, Martín, al Dr. Mientras, todos se acomodaban alrededor de la cama del paciente, entre ellos: el Profesor Efrén.
_Cálmese, lo vamos a examinar primero y a observar como está la cirugía. 
_Sus signos vitales: perfectos; su presión: como  de quinceañero;  respuesta a la luz: perfecta. 
_Veamos ahora la operación, se ve de un color que ni mandado a hacer. 
_Está perfecto, pronto estará como nuevo; Martín. En ese momento el Profesor Efrén, estaba muy alerta y observaba detenidamente a Martín.
_¿Martín? ¿Quién es Martín? 
_¡Yo soy Humberto Dr.! Seguro tiene el expediente equivocado. Entonces el Profesor Efrén intervino, mientras el resto de galenos, practicantes, que acompañaban al Dr. Marroquín en la guardia de visita a pacientes, solo observaban.
_¡Claro que se trata de Humberto!, ¿no es así Dr. Marroquín?
_¡Perdón, así es! 
_¡Discúlpenos por favor! Se retiraron de donde estaban, el Dr. Marroquín y el Profesor Efrén.
_Mi estimado amigo, ¡ahora viene lo difícil!
_¡Lo sé! 
_¡Ya tendría que estar aquí el Dr. Gantenbeín, el Psiquiatra! Regresaron, ambos profesionales con el paciente, quien seguía siendo observado por todos los practicantes.
_¡Bueno Humberto! nosotros seguiremos con nuestra ronda de visitas. _Mientras, el Dr. y Profesor Efrén, le hará compañía.
_Gracias Dr. Respondió Humberto. 
Todos se retiraron de aquel lugar, hacia la siguiente clínica. 
Uno de los médicos practicantes, le preguntó a su maestro, el Dr. Marroquín, a las afueras de la sala.
_Dr Marroquín, ahora viene, quiza, lo mas difícil de éstas cirugías ¿verdad?
_¡Así es Dr.! ¡Así es!...
Continuará....





















  

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