jueves, 13 de noviembre de 2014

Pensamientos de un cuarenton

En algún lugar, se que ella se encuentra ahí ahora y tambien se que estará muy bien.
Hace tiempo que no la he vuelto a ver, _¡vaya que si la extraño!  No he podido ver a ninguna otra mujer, _¡Lo sé! Ella fue la que en mis oraciones yo pedí. 
Recuerdo cuando yo era alguien sin rumbo, ni destino, nada importaba, solo pura diversión; si hacía sufrir, ¿eso a quién le importaba? todo era eso, solo diversión. 
"Cierren sus gallineros, pues mi gallo anda suelto". _jajaja. Ese era mi refrán.
De pronto, llego a mi vida, esa que aún no quería que llegará, pero llegó, y que se la va a hacer, me refiero: a la madurez.  A partir de ese día, hice mi oración y a Dios le pedí, a alguien de bien; y, apareciste tu. Entonces, la diversión terminó, llegaron juntas: la madurez y tu. 
Y, entonces mi vida cambió, seguro que para bien. Eso me digo hoy.
_Pero dime ¿adónde te has ido, qué no te puedo ver? 
_¡Cómo te extraño!
_¡Sí!, te busco y no te logro encontrar. Ella, se marchó, cuando quise volver a ser lo que antes fuí y ahora arrepentido si que estoy, el tiempo ya paso, el tiempo me rebaso y me atropelló. 
Los gallineros hoy, me quedaron grandes, ahora solo quiero a mi polla y esa no está.
Será que envejecí, o estoy a punto de llegar ahí, y no lo quiero aceptar; pero tendré que hacerlo, la vida es así. ¡Hombre siempre fuí! y eso es lo que ella encontró en mi, por eso debe regresar. Dolida está, pues su respeto perdí, ahora comprendo que sí, ahora que ya envejecí, ya no soy el mismo que aún quiero ser. Será ésto, a lo que le llaman: la calentura de los cuarenta, dicen que es algo normal, pero ella no lo quiso así entender. Si ella supiera que arrepentido estoy y que la extraño mucho, seguro a mi regresaría.
Mi dilema: libertad o libertinaje, juventud o principio de vejez, soledad o compañía, amor o desamor, volver o dejarla ir. 
Un desorden, este lugar es, ¡que me importa! lo único que quiero, es volver a vivir y eso no será posible sin ella aquí. 
Me acerqué al espejo y que veo en él: Un fracasado, con hilos de plata naciendo en mis sienes, arrugas: patas de gallo en mis ojos, una papada quiere tomar el control, mi barba de días. 
que se está volviendo gris! ¡carajo! Nunca pensé que la vida sería así, cuando tenía mi vida dividida entre dos, todo era diversión, solo trabajaba para mi, nada de compartir, el dinero no me alcanzaba, pero era todo mío, ahora no me alcanza y no es mío todo ese dinero. 
Lo mio es de ella y lo de ella es mio, ¡que gran mentira!, pero esas son las reglas, ¡nada que hacer! 
_¿Me rasuro? _¿Me baño? _¡Creo que huelo mal! _¡Va, no tengo a quien lucir! 
_¡Que injusta es la vida! Creo que el hombre debería de vivir más, como unos 200 años. Ahora solo sería un pre adolescente, ¡¡Larga vida a mi virilidad!! Eso significa, que debería haberme casado con ella cuando tuviera mas o menos... ¡Unos cien años! ¡Qué maravilla! Y, no es que no la ame, es que el tiempo ahora se me hace corto; despierto y cuando caigo en cuenta ya estoy a punto de dormir otra vez. _¡Claro! es que antes me levantaba y me iba a estudiar o, mas tarde a trabajar y luego al caer la noche, ¡empezaba a vivir! ¡Sí! en la noche empezaba la verdadera vida para mi. Eso es, dormía menos y vivía más. 
_¿Qué hará ella ahora? _¿Me recordará? _¡Seguro arrepentida está! Y, a mis brazos quiere volver.
Bueno, ¡ven ya! que me muero por volverte a ver. Mi tristeza aquí, se esta apoderando de mi, de la casa, de mi refri, ¡claro! con razón no tengo nada para comer. 
_¡El pizzero!, ¿creo qué se está enamorando de mi? 
_¡Agwww! ¿Qué pensamiento tan bizarro? 
_¡Vuelve yaaaaaa!
Seguro que ella está bien, pues, ellas maduran antes que nosotros y esa madurez les dura el resto de su vida. Somos nosotros, el sexo duro, el fuerte, los que regresamos a una infancia, pero una infeliz, nada puedo hacer si ella no esta aquí. ¡Diantres! si alguien me lo hubiera dicho; mi tiempo habría sabido vivir, digo: ¡vivido mejor!
Mejor me voy a dormir, ya es hora, otra vez se me pasó el día, mañana, ¿será que volverá? tengo que ir a trabajar, me tendré que bañar y rasurar, otra vez una semana inútil, sin motivación, rutinaria. _La rutina, ¡esa si que acaba con cualquiera! 
Un momento, antes no tenía estas cejas tan enormes, parecen antenas de cucaracha y estos pelos en mis orejas, que asco y mírate, ese que antes fue un lavadero, ahora es un cesto lleno de ropa sucia. 
_jajaja ¡me refiero a mi enorme panzota! Mi abdomen enorme, no hace juego con estas tristes extensiones, secas, que salen de mi hacia el suelo, parecen gusanos peludos, mis dos piernas flacas, y tú, ¿será que mañana si me despiertas? Como lo hacías cuando eramos jóvenes. 
Si fueras un despertador, te programaría para que me despertaras como a eso de las seis; 
_jajaja te imagino tiesa y vibrando como campaña de reloj. ¡Va! mejor me acuesto, mañana hay que madrugar.
Y, si esta semana no regresas mujer, ten por seguro que la próxima voy por tí. Y nunca volver a dejarte a escapar, solo tu me puedes aguantar, ahora que ya no tengo un solo atractivo. 
Llego ese día, y nada lo puede detener ya, para allá voy, no quiero llegar hasta ahí, solo no desesperes ni me vengas a buscar, no te quiero,  ni te extraño, ¡me oyes!.. Tercera edad. ¡Diantres! ya se dejo venir. Y, nada ni nadie la podrá detener, ya pronto seremos tres: mi mujer, yo y ésa.. ¡La tercera edad!
¡¡Otra con quien lidiar!!  


  

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