sábado, 31 de enero de 2015

Como me lo contaron te lo cuento 3: Mi hijo, el adolescente


Hacían casi trece años de no saber nada de mi ex pareja, alguien a quien amé tanto y que las circunstancias de la vida me llevaron a separarme de ella, para cuando ésto sucedió, solo teníamos, tal vez, diecisiete o más, algo así; casi no lo recuerdo. 
Hace un año, supe de ella otra vez, pero yo me encontraba en otra relación, con una chica diez años menor que yo, una joven la que me hacía muy feliz, era una chica muy atractiva, deseada por cualquiera que la viera y más con lo sexy que me acostumbró a verla vestir. Sabía que era una mujer muy bella y explotaba su sensualidad pero debo de aclarar, que jamás me había sido infiel, que me respetaba. - Creo que me ama tambien, pues ya me hubiera enterado de algo. dijo convencido, Miguel Angel.
- Amor, te dejaron ésto mientras te bañabas. Dijo Betty, la hermosa conviviente de Miguel Angel. 
- ¿Si? ¿Quién amor? Preguntó Miguel, mientras secaba su escasa cabellera, a la cual la cuidaba como si fura un tesoro.
- Toma, es la nota que recibiste. Miguel Angel, la tomó y la leyó; luego de hacerlo la arrugó y se sentó en la cama, con su cabeza cabizbaja, la vista perdida en la alfombra y los labios que le temblaban, luego de sus ojos; el llanto, el de un hombre maduro. Varios minutos después, entró en la habitación Betty, encontrando en éstas a su Miguel.
- ¿Qué te pasa, son malas noticias?
- Es ella, ¡murió! Respondió Miguel Angel muy descompuesto, Betty lo abrazó y lo consoló por un largo tiempo.
- En verdad que amabas a esa mujer ¿verdad?  Dijo Betty, muy desconcertada.
- ¡Claro que sí! y, recuerda que apenas hace un año que me enteré de que me dió un hijo, mi único hijo. Sabes lo que me ha costado acercarme a él, pues, él piensa que los abandoné. Repetía Miguel Angel, quien había tratado de que su hijo comprendiera de que las circunstancias los habia separado y que él ignoraba la existencia de él hasta hace un año y que desde entonces los frecuentaba y les daba todo lo que estaba a su alcance. La madre de su hijo, había muerto victima de un cáncer de años, ésto le había provocado al joven Mike, una aberración en contra de él, culpándolo de toda su desgracia.
- Qué harás con él? Preguntó Betty. _¡Sabes que te apoyaré en todo! Le consoló la joven y sensual mujer a su pareja de años.
- Gracias amor, ¡lo sé! Le respondió Miguel Angel. 

A los días y luego de arreglar la papelería correspondiente le fue entregado Mike a su padre, y, éste llegó a su nuevo hogar. En un principio, se sentía mal, rodeado de personas que para él no eran nadie, a su padre lo llamaba por su nombre lo mismo que a Betty, quien lo atendía con mucho cariño, tratando de ser, ella, una madre para el jovencito.
Pasaron los años y Mike creció, ahora vivía más cómodo en el lugar, su padre le daba todo para ganarse el cariño y tiempo perdido, mientra que Betty, ayudaba a Miguel Angel en la dificil tarea. Mike, ahora de casi 20 años, se convirtió en un muchacho muy bien parecido y, estaba pronto a graduarse.
Mike, quien no podía quitarse de la mente cuando años atrás vió en varias ocasiones desnuda a su madrastra y la había utilizado para satisfacer sus necesidades sexuales de adolescente. Ahora la veía, como lo que era, la pareja de su padre y futura esposa, y la respetaba como tal. Betty, quien ya no era la chica de años atrás, le llegó una pena patológica, pues, el tiempo no pasa en vano y de alguna manera había hecho estragos con su belleza. Aunque seguía siendo una bellísima y sensual mujer, solo que ahora más madura, eso la tenía un poco estresada y asustada, algo que para la mayoría de mujeres lo toman con la naturaleza y madurez, que la propia vida le enseña, para ella, eso era terrible. 
Para Miguel Angel y quienes la conocían, ella seguía siendo la misma hermosa y sensual mujer de todo el tiempo.
Una noche que Betty no lograba dormir, por lo mismo, por el problema que tenía con ella misma y su edad, salió con un babydoll rosa muy transparente, hacía la cocina en busca de un poco de leche, para así poder reconciliar el sueño; escuchó ruidos y se acercó al lugar de donde venían, se trataba de Mike con una chica, en una faena de muchachos, esas faenas que ella extrañaba, los observó por un buen rato y eso la excitó tanto que mientra los observaba se acariciaba.
Al día siguiente, en la mesa de comedor, Miguel Angel y Mike esperaban a Betty para desayunar juntos, como lo venían haciendo ya hace un buen tiempo. Padre e hijo conversaban de cosas de padre e hijo, hacían planes para un futuro cercano, se les veía muy entusiasmados; cuando apareció Betty, con una bata sobre su curvilíneo cuerpo, muy bien proporcionado, la bata la detenía un solo botón dejando ver parte de su escultural cuerpo; cosa que a Miguel Angel no le causó extrañeza, pues ya conocía la sensualidad de su mujer, pero Mike, quiso evitar verla, pero eso era imposible; ella se levantaba por cualquier cosa y se movía por todo el comedor, por ratos se colocaba a la espalda de su ahora esposo, y le clavaba la mirada a su hijastro, una mirada llena de lujuria, Mike hacía lo imposible por evitar el contacto visual con ella, que, al no lograrlo decidió mejor  marcharse para la universidad.
Los días transcurrieron de ésta manera y Betty parecía que había superado su problema de identidad y ahora se sentía cómoda con ella, su edad y hermosa figura. 

Ese día, se levantó temprano con Miguel Angel, quien se marcharía por un par de días por asuntos de negocios. Se marchó y Betty quedó en casa, sola con su hijastro quien todavía dormía plácidamente, pero a la mente de Betty, regresó la imagen de su hijastro con la novia, eso la excitó tanto que se dirigió de inmediato a su recamara a saciar su excitación, una muy fuerte y mientras acariciaba a su cuerpo desnudo pensaba en Mike, ella se arqueaba de placer, hasta obtener un orgasmo que durante mucho tiempo no había logrado, luego de ello, quedó tan relajada que se durmió.
Ya en la mañana, se levantó y se duchó, se colocó en su cuerpo, una toalla muy chica y otra sobre su cabellera y se dirigió al comedor, en donde se encontraba Mike, preparando el desayuno; como lo hacía cuando sus padres se tardaban en bajar 
- ¡Buenos días! Dijo Betty, pero su vos era diferente.
- ¡Buenos días! Respondió Mike y de inmediato preguntó.
- Papá, ¿bajará ya o se tardará otro poco más? Ella le sonrió, ahora sentada en una silla alejada de la mesa con la piernas cruzadas, la imagen era muy erótica.
- No, Miguel Angel estará fuera un par de días. Agregó de inmediato, _ estamos solos ¡tú y yo! tomado la taza de café con sus dos manos y llevándola a sus labios, al mismo tiempo dejaba caer la toalla de su cabeza, quedándole la cabellera húmeda sobre los hombros. 
Mike tenía un mal presentimiento y como siempre, era imposible no ver a tremenda hembra.
Mike se sentó en su lugar habitual y se sirvió su desayuno y empezó a comer, tratando de evitar a Betty, tanto verbalmente como visual. Ella se levantó de donde estaba y se dirigió hacía la mesa, como si se tratara de modelo en pasarela. Se sentó y comió, sin quitarle los ojos de encima, pero lo que ella veía, era la escena que la calentaba tanto, y esa idea en su mente empezó a hacer efecto en Betty. 
Mike, dió un sobresalto, que la comida se le cayó de la boca y derramo un poco de café sobre la mesa, cuando sintió el pie de Betty entre sus piernas, justo en la ingle.
Se vieron a los ojos, uno asustado por lo que estaba sucediendo y la otra con la lujuria en sus ojos, su pie masajeándo la zona erogena del muchacho, lo que causó de inmediato la reacción que ella esperaba, éste por más que quiso evitarlo no lo logró, ella era una experta en el arte del sexo. La mesa sirvió de escenario, ella se lo comió literalmente, satisfaciendo sus fantasías de días, específicamente del día en que lo vió con la novia, aquella madrugada; el chico disfrutaba de lo que su madrastra le regalaba en cantidades jamás imaginables, cuando llegó el final, ella quedó satisfecha; él regresó a la realidad y se encontraba horrorizado. Se marchó del lugar, muy atormentado, se sentía muy sucio y mal, muy mal, por lo que le había hecho a su padre; uno que nunca pensó que llegaría a amar tanto. 
Ese día, Mike no regresó a casa sino, hasta entrada la madrugada y regresó con unos tragos de más, él se sentía muy mal y no comprendía lo qué había pasado, su consciencia lo asechaba a cada segundo, pero tambien su cabeza lo traicionaba con las imágenes y sensaciones que había vivido, era algo desesperante para el muchacho.
Cuando llegó a su habitación, se tiró sobre su cama con lagrimas en sus ojos. Sintió cuando la puerta se abrió y sobre el piso y la pared se dibujó una silueta femenina muy estilizada, Betty se encontraba completamente descontrolada de placer y deseo y estaba desnuda; caminó hasta donde se encontraba el chico y lo sedujo otra vez. Esta vez, la cama tambien disfrutó de los movimientos de Betty, en la casa resonaban los gemidos excitados de Betty. 
Éso fue, lo que Miguel Angel escuchó cuando regresó; antes de lo previsto, desesperado por su Betty adelantó su viaje. 
Al escuchar esos sonidos de sexo, de excitación; él los reconoció y supo que hacía mucho que había dejado de oír esos deliciosos sonidos, que se hacían presentes cuando Betty estaba totalmente encendida.
Miguel Angel, sintió que la muerte le abrazó y su cuerpo se apoderó de un frío sepulcral, su corazón luego de estar aletargado por unos segundos, tomó vida de nuevo y latió como nunca, sus piernas le temblaban mientras lo llevaban por las escaleras; Miguel Angel, sabía lo que pasaba, pero no se imaginaba con quien lo traicionaba su amada Betty. Él pensaba que su hijo la había dejado sola esa noche y ella había aprovechado para llevar a su amante. Cuando por fin, sus piernas tuvieron las fuerzas suficientes para llevarlo al final de un recorrido que no quiso recorrer, se horrorizó cuando sus ojos vieron lo impensable; de muy adentro de él quiso salir un grito desesperado, pero no tuvo el valor y se quedo en su garganta; su cuerpo estaba petrificado, él trataba de salir corriendo del lugar pero su cuerpo no le obedecía, sus ojos veían con un horror espantoso, con incredulidad, con desesperanza, con odio, con rabia, con desilusión, sintió nauseas, pero sus ojos tampoco respondían, ellos estaban pegados a la imagen, una tras otra, los únicos que se apiadaron de Miguel Angel, fueron sus oídos, pues ya no escuchaba a su mujer gritando de placer. 
Luego de unos segundos, que parecían horas; agarrándose de las paredes, sin saber como, llegó a su cómoda, la de su lado de la cama, abrió uno de los cajones y en ella brilló el plateado del arma, la cogió con ambas manos, pues una no le era suficiente para sostenerla, con una de ellas jalo el gatillo y sus ojos lentamente vieron como el tambor giro, colocando en el lugar indicado a la bala elegida para ejecutar. 
Con los brazos aguados y los huesos tiesos, regresó a su palco de horror, ahora los oídos le permitieron escuchar; escuchar como Betty alcanzaba el más delicioso de los orgasmos jamás logrados por fémina alguna; ellos, sus oídos le permitieron escucharlo para darle el valor necesario y terminar la empresa iniciada hace unos segundos.
En el siguiente grito de Betty, quien moría de placer; ese grito, se mezcló con la detonación causada por la pólvora, adentro de un cartucho, una bala, la cual viajaba con la venganza en ella, su brillo alumbraba junto con la pólvora la oscuridad del cuarto; impactando en el lugar idóneo para terminar con la agonía que hace cinco minutos habían empezado en los sentidos y el corazón de Miguel Angel....








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