lunes, 30 de marzo de 2015

Volando, Soñando...


La noche de noche tuve un sueño increíble. Verme volando por los vientos del cielo infinito, cual ave, sintiendo en mi rostro la brisa tan fría, ver a las aves pasando junto a mí; viéndome con cara de: _Ésto no es posible. Y, luego casi se golpeaban entre ellas, seguían volando con tal confusión en sus pequeños cerebros. 
Con mis brazos haciendo la señal de la cruz, mirando a la tierra allá abajo, todo se veía muy chico, y los colores palidecían del original. Al principio con un poco de temor pues, nunca dejé de pensar que yo no podía volar, que no está en mi naturaleza, pero mientras más pasaba el tiempo tomaba más confianza y pronto me eleve un poco más, _ ¡El frío acá era casi congelante! Pero como era un sueño no me congelé, al lado mío un ruido infernal, se trataba de una aeronave que pasó a unos pocos metros de mí; el capitán me saludó, con un saludo militar y en sus labios una enorme sonrisa; mientras que los pasajeros, algunos gritaban _¡Miren! ¿Cómo es posible? Y, los flashasos de las cámaras y celulares por fin me cegaron, que decidí bajar unos metros de aquella altura. Uní mis brazos a mi cuerpo y me puse en picada, _ ¡Vaya sensación! caída libre, mi estómago en la boca, mis ojos dejando escapar muchos líquidos, mis labios vibraban haciendo figuras cómicas, era tan rápido que no podía ver y claro que no. _ ¡No soy una ave, que pueden cubrir y proteger a sus ojos para ver en dichas circunstancias! 
Sin darme cuenta cada vez la tierra estaba más cerca y que si seguía así, podría morir. Pero en ese instante, sentí cuando fuí tomado del pecho por unos brazos muy fuertes y delicados y de ellos me dejé atrapar, permitiéndole hacer conmigo lo que fuera su voluntad, éste me elevó a una altura en donde ya podría volar tranquilamente y me soltó y, me dijo _ ¡Ten cuidado hijo! Y, de ahí se alejó, yo ví como el sol se reflejaba en él, destellando luces multicolores en sus alas, era un Ángel que de mí se conmovió y me rescató. 
Me coloqué boca arriba para verlo mientras él se perdía en el profundo infinito y, al infinito tuve más cerca de mí, era tan mágico ver a la nada, con tonalidades de colores azules, una paleta con todos los azules posibles y cambiantes según la intensidad del sol. 
Yo me dije _ ¡Cayendo hacia el cielo voy y no quiero volver, hay mucha paz aquí!
Pero este sueño tan lindo, pronto seguro que terminaría, decidí voltearme de nuevo y aprovechar los últimos rayos del sol, pues, él se veía sonreír en su ocaso de ese día, muriendo por hoy, en brazos de las montañas quienes lo recibieron y que ya no lo soltaban. 
Al darme cuenta que el cielo estaba solo para mí, pues, las aves curiosas y extrañadas de verme volando al lado suyo, ya se retiraban a sus hogares a dormir; ví, que en algunos lugares de la tierra se encendían sus luces artificiales y ahí en lo alto ví cuando apareció tímidamente la luna sin aún alumbrar, pues los últimos rayos solares todavía prendían al cielo, lo que si ví, fue como me coqueteó con sus enormes ojos y una sonrisa de mejía a mejía. 
Yo Le respondí su atención pidiéndole que aún no saliera del todo y tambien gritándole al sol que aguantará un rato más, pues, sino debería de despertar y jamas volvería a tener un sueño tan lindo.  Pensé _ ¿Quien soy yo para tener este privilegio? Aunque fuera en sueños pude volar entre aves, saludar a un capitán de una aeronave, casi morí cayendo en picada y luego rescatado por un Ángel con alas multicolores, más el sol obsequiándome tiempo para seguir soñando y, la luna coqueteando conmigo, ver desde lo alto algo que ni las aves han podido ver. El infinito que estaba tan cerca de mí. 
Por fin, el sol se rindió y la luna del todo salió a reinar en la oscuridad y yo por más que agité mis brazos no pude volar ya más y sin poder evitarlo caí y caí, pero suavemente, me resigné y simplemente me dediqué a observar las estrellas brillando, iluminando mi caída. 
Yo ignoraba que el Ángel me traía de vuelta a mi cama, con el amor que solo un ser celestial puede obsequiarte; por fin ya en mi cama, fuí colocado con mucho cuidado y amor. Luego de acariciarme mi pelo alborotado me tapó yo agradecí a Dios por el inmerecido sueño y profundo quedé relajado tratando de volver a soñar ese sueño que seguro jamás volverá. _ ¿Habrá mortal alguno que haya soñado algo tan bello? _ ¿Seré yo el único que pudo robarle al cielo un momento con él? 
Me dije con tan seguridad: _ ¡Solo aquel que tiene una gran imaginación para poder transmitir emociones por medios escritos, tiene ésta dicha! Agradecí a Dios por tal bendición a insignificante mortal. 
Al día siguiente me levante y tome mi PC y me apresuré a escribir lo que hoy les relaté para no perder detalle alguno ¿y saben? mientras escribía, veía mis dedos brillando con miles de tonalidades azules que mortal jamás verá.
Quiero recapitular ¿qué fué lo que cené, cuál fué mi oración, qué ropa usé, cuáles fueron las sabanas que esa noche usé? Revisé el termostato y cada detalle, para poder continuar con mi maravilloso sueño de ayer; pero nada. 
Ahora solo me queda, seguir soñando despierto y plasmando mis sueños en papel y compartiendo mis historias con el que las quiera leer y volar conmigo a lugares maravillosos, inventados y otros puestos ahí por el Gran Creador. Tratando que sientas lo que yo viví volando por aquel cielo azul, de una paleta extraña de miles de azules que mortal jamás podrá ver en su vida. 


Inspirado en la canción: "Volare" de: Domenico Modugno

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