martes, 30 de junio de 2015

Cruz de navajas (Las canciones de mi vida)


_ ¡Hola maría! ¿Por lo que veo hoy Mario llegó cansado otra vez?
_ ¡Sí! ¡Te juro que ya no aguanto más! ¡Si no lo amara tanto! ¡Pero lo que me trae más mal humorada es el idiota de José!
_ ¿José? Pregunta Mirna la otra dependiente del almacén.
_ ¡Sí, ese desobligado y mariguano, el que te conté! Mirna hace memoria y luego confirma.
_ ¡Ah! ¿el qué te molesta y te acosa todos los días? María se sienta, desconsolada con la vista perdida y responde.
_ ¡Ese malnacido! Te juro que si no....
_¡María! le grita de alguna parte del almacén su jefa, para atender a un cliente mayorista que por ella pregunta.
_ ¡Ni modo amiga, a trabajar! le dice Mirna. _ ¡Tal vez así se te quita lo caliente! 
Y ambas ríen con mucha malicia.
Pasa el día y la hora de salida de María ha llegado y como mujer recien casada sale del almacén, para alcanzar a Mario antes de que éste, salga para su trabajo en el 33. 
_ ¡En la parada! Grita María al llegar a su barrio, la buceta se detiene en la parada y el chofer no puede evitar, como bueno en su profesión, echarle una flor a María.
_ ¡Con cuidado mamita, se cuida para mí, mi amor! María baja de la buceta sin prestar atención a las nacadas del chófer. 
Lo que la irrita, es ver en uno de los postes que conducen hasta su casa a José, fumando un cigarro, esperando a María para molestarla como siempre y es que, José vive obsesionado por María. Pero ella. pasa de largo ignorando a su vagabundo 
" Don Juan," y con paso ligero por fin llega a la puerta de su casa, coge su llave y a ella entra.
_ ¡Mario mi amor, ya llegué! Pero únicamente el silencio es quien le responde y sobre la puerta de la refri como siempre un papel.
_ ¡Voy al 33, te veo al regreso, te amo! María simplemente suspira, y con su mano hace una nada el papel y lo arroja a la basura. Luego se desnuda y se da una ducha.
_¡Oye depravado que haces ahí! y de golpe cierra la ventana que da a la calle; se trataba de José, quien su obsesión y descaro lo hacen hacer barbaridades, como observar a María cuando se baña.

Mientras que María se recuesta desnuda y mojada, luego de un baño con agua fría sobre su cama, prende la televisión y ve una novela a la que ya le perdió la secuencia porque a veces se queda dormida para encontrarse sin sueño, para cuando Mario regrese del 33.

_ ¡Mario! ¿me das una cerveza? Le pide un cliente, quien ya se ha hecho amigo de Mario. Humberto es su nombre y es el confidente de Mario, respecto a su actual situación con María.
_ ¡Mario ten cuidado pues, maría podría buscar con quien intimar si la sigues sin atender, sin complacer, recuerda que ella tambien tiene sus necesidades!
_ ¡Lo sé Humberto, pero créeme, llego tan agotado que lo único que el cuerpo me pide es cama y cuando en ella caigo en seguida me duermo! ¡Éste trabajo es agotador!
_ ¡Lo sé amigo y no me gustaría estar en tus zapatos Mario!

Los día transcurren sin nada nuevo, la misma rutina, María deseosa de que Mario le ame y Mario deseoso por descansar. 

Una vez, Mario llegó con la idea de hacerle el amor a su mujer y ella feliz, mujer preparada y dispuesta, pero Mario está tan agotado que sobre María se quedó dormido.

_ ¡Mario despierta! ¿quieres una taza de café? María trata de despertar a Mario pero no logra nada, ella con un atuendo casi desnuda, dejando ver todas sus atributos de hembra bien hecha, se vuelve a meter entre las sabanas y con su mano lo acaricia, lo besa; María feliz de sentir la respuesta deseada, lo toma en su mano pero al poco rato, ella siente como todo regresa al reposo y de Mario lo que recibe es un ronquido. María se levanta y se dirige a la meza de la cocina, se sirve otro café, se sienta en la silla, cruza la pierna y ella se da cuenta que no puede más, pues al igual que su café, María siente entre su entrepierna algo muy parecido a su café, caliente y húmedo que solo le falta, verse humeante como lo está el café que ella ahora bebe. Mientras a su café sorbe, con la otra mano ella se acaricia para lograr saciarse y apaciguar las cosquillas que hace días no la dejan en paz.

_ ¡Mario, amor ya me voy! ¡Te amo! Besa la frente de Mario y lo arropa y se dirige a su trabajo en el gran almacén del centro. Aún está algo oscuro, pues es muy temprano.
_ ¡Hola María!  ¿te puedo acompañar?  Es José, quien conoce los horarios de María y de Mario. María como siempre no le presta atención y sigue su andar, a la par de ella, un necio queriéndola convencer. 

Al caer la noche, Mario se dirige al 33, a su rutina diaria, pero en el camino hacia el 33 se encuentra con Humberto.
_ ¡Hola Mario, no te esmeres, pues escuché que en el 33 trafican con droga y escuché que hoy habrá una redada, hay tienes cuidado amigo!
_ ¡Gracias Humberto!  ¿llegarás más tarde?
_ ¡No amigo, por lo de la redada, no sea y me lleven jalado, Adiós!

Mario como a las dos de la madrugada piensa: ¡seguramente nada de la redada, Humberto fue mal informado, pues ni modo a trabajar!, además piensa: ¡lo siento María! 

Al Mario decir eso, observa que la policía llega y copa al 33 y no dejan salir a nadie mientras realizan la requisa del lugar. 
A eso de las 3:45 por fin termina la redada y el dueño del 33 les dice a sus empleados que lleguen hasta pasado mañana y que se pueden marchar.

Mario sale del 33, entusiasmado pues, por fin podrá darle a María lo que ella desea más que cualquier otra cosa, esos son los pensamientos de Mario en su camino con rumbo a su casa, pensamientos que lo llevan ya muy excitado. 
Cuando Mario esta a minutos de su casa, camina por las calles vacías, pero a lo lejos Mario logra ver a una pareja comiéndose a besos, ella colgada del tipo y con sus piernas enrolladas en las del tipo y este con su mano en la entrepierna de la chica. Mario al ver esa escena justo frente a su casa, siente un escalofrío en todo su ser y se quiere convencer de que los malos pensamientos que se le vienen a la mente, no pueden ser. 
_ ¡No! ¡No ella no puede ser! ¡No, maría no sería capaz de algo así, la conozco muy bien! ¡Deberán de ser otros!

_ ¡Dios mio! Le dice la cabeza a Mario, quien siente que sus piernas le flaquean. ¡No Dios mio!
_ ¡¡María!! ¿Qué significa ésto? 

Sí, se trata de María y del vago de José, quien por fin la logró convencer, María casi desnuda, enrollada en una pequeña sabana blanca, despidiendo a su amante en la puerta de su hogar, ella queda muda y no sabe que decir. María, corre y sube a su habitación, mientras que Mario le grita.

_ ¡¡María, espera qué es ésto!! y ¡¡con éste vago, mariguano!! José quien estaba a un costado sin tampoco nada que decir, al escuchar lo que Mario dijo de él, eso si que lo ofendió.
_ ¡Oye! ¿quién te crees para hablar asi de mi? _ ¡Yo le estaba dando a tu mujer lo que le has negado marica, las gracias me deberías de dar! 

Mario al escuchar lo que José le grita, le propina un golpe y José cae al piso sangrando de la nariz, José se pone de pie y de su pantalón extrae una navaja, la cual brilla con el reflejo de la luz del poste, donde siempre esperó a María. Y embate contra Mario, propinándole una herida, Mario se defiende como puede, pero con José no la va a lograr, éste con la experiencia en las calles, la venta de la drogas, ésta no sería su primera pelea callejera. 
La primera herida que José le dió a Mario fue en la frente y su cara de inmediato se lleno de sangre, obstruyéndole la vista, por lo que no vió venir la otra puñalada, justo en el pecho y ahí con el puñal en el corazón, José con saña le da vueltas a la navaja. 

Mario queda ahí, muerto y con su vista puesta en el balcón, en donde lo último que logró ver fué a su amada María, quien al ver la cara de Mario ensangrentada y al ver a José, dándole vueltas a la navaja que penetró su corazón, ella que permanecía hasta ese momento enmudecida, por fin logró gritar
_¡!Mario!! ¡¡Mi amor!! ¡¡Auxilio!! ¡¡Auxilio!! ¡¡qué alguien lo ayude!!

Pero a Mario ya nadie podría ayudarlo, hace unos minutos dejó de existir. José, al ver a Mario muerto, le extrajo la navaja y se desapareció.

_ ¿Qué pasó señora? ¿Logró ver quién mató a su esposo? 
Le interrogaba el oficial de la policía a María. Pero ella no pudo responder; por miedo o yo que sé.
_ ¡No oficial, yo me encontraba dormida en mi cama, esperando a mi marido; fue entonces que escuché ruidos y cuando me acerqué al balcón con la pena de que pudiera ser Mario. Aunque él no viene a esta hora! 
Ella hace una pausa, pues, las lagrimas no le permiten hablar; el oficial le ofrece un pañuelo y espera para que se calme y siga con su declaración. 
_ ¡Gracias oficial! ¡Como le decía, el tipo estaba sobre mi marido y entonces lo reconocí y ahí empecé a gritar, pidiendo auxilio! _ ¡Ajá!, dice el oficial, apuntando la declaración.
_ ¿Algo más señora?
_ ¡No oficial!
_ ¿Reconoció o le logró ver la cara a quien mató a su esposo?
_ ¡No oficial, todo fue tan rápido y además la noche estaba muy oscura, no podría decir quien fué!
_ ¡Bueno señora, seguiremos con la investigación; si sabemos algo le informaremos! _ ¡Puede retirarse!
_ ¡Gracias oficial, ojalá y agarren a ese maldito!

Mientras María retorna a sus quehaceres diarios, escucha en los noticieros: 
" Dos drogadictos en plena ansiedad, roba y matan a Esposo, mientras su esposa es la única testigo desde el balcón "    


¿Qué se puede sacar de esta historia?, ¿quién es el culpable?, ¿aquel qué por ser un hombre responsable y llevar el pan a su hogar descuida a la mujer? o la mujer que no puede entender la situación que les está tocando vivir, y tener un poco de paciencia, aguantar las ganas del sexo convexo Y, ¿qué se dice del que está listo y dispuesto a reemplazar al que no puede a su mujer saciar, atender y al darse cuenta de ésto, se da a la tarea de acosar a la; "victima"?
Tema complejo, que se vive en muchos hogares de nuestra ciudad. Pero, ¿quienes somos nosotros para criticar? 
Para muchos; uno tendrá la razón, mientras que para otros más, el otro era el dueño de la razón. 
Les dejo a ustedes amigos, quienes sean los que saquen sus conclusiones y se hagan al lado de la balanza, según el criterio de cada quien.

La moraleja, es a mi parecer: Conocer a quien tienes o mejor, has elegido por pareja y con ésta información actuar, algo importante que en muchas parejas es un tabú, me refiero a lo importante que es en éstos casos, la comunicación. Si tienes muchas ganas, decirle a tu pareja que tienes esa necesidad y al otro le tocará que cumplir. Por el otro lado, si la necesidad los tiene en estas condiciones, cruzados, hablar y encontrar una pronta solución, tomar los riesgos necesarios para no llegar hasta éstas instancias. 
En resumen, lo que trato de resaltar es: Conocer a tu pareja y la comunicación. Por ultimo, la comprensión de ambos y tener la madurez para entender, que ésta vida será por el tiempo que les lleve salir de sus problemas, para más adelante ser lo que antes con seguridad fueron. 
Recordemos que eso es realmente el matrimonio, dulzura, amor comprensión; pero tambien enfermedad dolor y acomodo, no de uno, sino de los dos; por ello son pareja.
Hasta la próxima....






Historia de; Hermanos Cano y S. Raga





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