lunes, 27 de julio de 2015

Puro cuento


Mientras tú soñabas con tu príncipe azul lograr encontrar; yo buscaba entre torres y balcones ver una cabellera colgar, desde esos lugares allá en las alturas y encontrarme con dragones y poder liberarte de ellos, pelear hasta la muerte si era necesario. Mientras el destino nos unía en un cuento de hadas, tu conocías a otros pero nada por ellos sentías. Yo cabalgando entre lugares peligrosos y remotos sobre mi corcel blanco, tomando doncellas pero ninguna con su reina me enganchó. 

De tanto buscar y fracasar al fin a un lugar el destino y mi corcel blanco me llevó y desde lejos yo te vi, y entre la multitud de mis ojos azules te enamoraste y hacia mi corriste y en mis brazos el amor encontraste. El destino por fin nos unió y a mi corcel te subí y en ancas de ese lugar te saqué y contigo me casé. 

En esos días como estampilla de correos te mantenías pegada a mi, y yo deseando con mis amigos por ahí salir, hasta mi corcel relinchaba reclamando ir a caminar por ahí. Pero tú nunca de mi lado te apartaste y acurrucada a mi lado dormitabas y a mis gustos satisfacías, pero todo era una trampa mientras conseguías lo que de mi has conseguido, y ya en tus manos todo asegurado, bien planeado, le diste de abaja a mis amigos y a mi corcel y a la torre de donde un día te saqué contigo me llevaste y cadenas y candados colocaste y de un lugar secreto a los dragones liberaste y yo ahí adentro ya sin armas, atrapado por ti en la torre quedé y por años junto a ti viví.

En un principio no dormías si no me amabas, y luego de cucharita me arrullabas hasta verme dormir como bebe, entonces descansabas tranquila hasta que nos amanecía y el desayuno en la cama, luego de amar y de bañarte sobre mis piernas colocaste por muchos años.

Años después...

Ya rompiste las cadenas y candados y a los dragones los jubilaste y en la torre una escalera construiste, por donde poder bajar y el mundo recorrer, a cada regreso te sientas en una esquina del palacio con tus doncellas a contarles de tus aventuras diarias y por mi ya no preguntas, mientras mi vida perdiendo voy en la otra torre del castillo como mueble abandonado y usado estoy. 

Entras a nuestra alcoba y ni siquiera preguntas si ya he cenado, te metes en tu camison y en nuestra cama King size, ahora por un lado duermes, me dices que la has cambiado de la matrimonial y ésta has comprado para no perturbar mi sueño, pero lo que no has entendido es que lo que a mis sueño perturba son tus ronquidos y los fétidos olores, de las mezclas que embadurnan toda tu piel, me dices no me acerque pues, por los calores y tambien los fríos que te causa la menopausia, te sientes sucia y por ello ya nunca más intimamos y ademas a las doncellas cinturón de castidad les has colocado, vaya nada se te ha escapado. 

Dime, ¿no te ves en ese espejo?, un cuento por nadie contado; por dignidad, machismo o vergüenza, por lo que sea, pero ¿dónde quedó la que en un principio tan diferente fué, dónde quedó la  princesa bella por la que mi vida arriesgué y a mil dragones maté, a mi fiel corcel perdí y por ahí de viejo y como charamilero, de frío el fino caballo abandonado en alguna calle, él murió?

Tanto que te busqué y tú tanto que por mi esperaste y todo, ¿dime para qué? si ahora me dejas por ahí, como mueble viejo tirado y abandonado.

Cuando la historia contigo empecé, lo hice ilusionado en que felices por siempre y para siempre junto a ti sería. Como una vez en algún libro leí... " Y fueron muy felices "  Vaya engaño, todo era puro cuento.

                                          El fin


Cualquier similitud con la vida real es pura coincidencia, al menos con eso me consuelo yo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario