jueves, 20 de agosto de 2015

El bus de doble piso


- ¡¡Ahí viene!! ¡¡corre corre!!, al pasar por mi lado de un brinco me subí, pero mi acompañante: ¡¡No!! De mi mano se había soltado y se encontraba como una calle atrás, de un brinco de él me bajé y corrí con ella.
- ¿Qué pasó? ¿porqué no brincaste? le dije muy molesto, ella me respondió aterrada
- ¿No viste? ¡ese bus no llevaba chófer! el horror se veía en sus ojos.
- ¡Pues claro que no llevaba chófer! ¡no ves que es el bus de doble piso! ¡carajo, ahora habrá que esperar hasta mañana! Ella me vió con mirada de: 
- ¡Hello! ¿acaso estás loco?
- ¡Tú no entiendes nada! la cogí por el cuello y me acompañó de regreso, mientras subíamos la empinada calle; una tan empinada, como las de San francisco California y su famoso tranvía; mientras subíamos dije: ¡Te explicaré! Ella me dijo: ¡No hay nada que explicar! y se detuvo como aquellos burros que se paran de pronto y nadie los hace caminar ni a palos, luego señalando hacia la parte de abajo de aquella calle.
- ¿Qué ves? ¡es una calle sin salida!, ¡ésta calle no lleva a ningún lado! ¡mira, es más, allá abajo no se ve más que bruma! y entonces grito, aún más histérica.
- ¿Y dónde esta ese gran bus de doble piso? ¡desapareció ésto es una locura!, yo sonreí y la tope contra mi cuerpo para consolarla estaba muy nerviosa.
- ¡Pensé que sabías de este bus! ¡es mía la culpa, el querer hacerte subir a ese bus de doble piso, sino conoces su historia o leyenda, que se yo! ¡y lo que me costó conseguir una dirección por donde éste pasara y así poder abordarlo! suspiré y de nuevo seguimos caminando, esta vez ella iba más tranquila pero a veces volteaba a ver a la nada. 

Llegamos a un lugar en donde nos sentamos y empece mi historia...
- Ese bus, es raro quien lo conoce, siéntete afortunada por saber que existe y más por haberlo visto, si hubieras subido ahora estaríamos camino a... 
- ¡Al infierno!
 Me dijo asustada por lo que acababa de oír y claro ver. Yo reí nuevamente.
- ¡No! ¡estaríamos en camino o en ese maravilloso lugar, al cual se puede llegar de dos maneras!
- ¿Ah si? ¡una en el bus de doble piso y sin chófer! ¿y la otra cuál? 
Mi vista quedo en el vació por unos segundos, como indicando algo bello que había perdido en el tiempo, no fue, sino hasta que ella me zarandeo que volví en mi
- ¿Qué? ¡Ah si, la otra es con la imaginación de un niño y como ya no lo somos no queda de otra que buscar éste bus! 
- ¡Bueno, deja que te cuente!

... En ese lugar hallaremos todo lo que de niño vivimos, nuestra inocencia, nuestra alegría, los juegos que ya no se juegan por tanta tecnología que vuelve a los niños en idiotas, campos verdes, muy verdes, lagos de agua azul y que al estar cerca de ella es cristalina, muy cristalina que puedes ver los corales, unos de miles de colores y cambian conforme la luz del sol les pega y la luz del sol, maravilla, delicia, de un cálido calor que no quema ni causa ninguna enfermedad, éste cálido calor que no te hace sudar contrasta con la brisa que desde el mar llega hasta ahí y te refresca; claro, refresca a todo el ambiente, con playas enormes de un color muy particular, me refiero a que es una especie de arco-iris que mientras sobre ella viajas, ésta cambia de color; la rodean, un desfile de cocales con palos largos y curvos, con sus hojas especiales y verdes hasta arriba que parecen introducirse entre las nubes... 

Cuentan que si subes uno, pero como lo hacen los nativos, ¿los has visto? haciendo contra peso a sus brazos y piernas y llegas hasta arriba y logras pasar esa densa nube. Ahí tienes, una vista increíble, como si salieras de la atmósfera terrestre y mucho más arriba y ahí está... ¡El mismo universo! con sus estrellas saltarinas, efecto lumínico. Algunos cuentan que han patinado sobre los anillos de Saturno y otros cuentan que han probado los sabores deliciosos de la Luna: ¡Queso del mejor!, ¡galleta dulce que sabe a gloria!, ¡la mejor de las hostias, puesta en tu boca por el mismo Dios! !estiras tu mano y logras acariciar la cabellera de algún cometa que en ese momento por ahí pase y si eres audaz y te subes en uno, te lleva a dar una vuelta de varios años, pero para ti será de pocos minutos por el interior de universo!

Y si atraviesas esa especie de muralla que forman los cocales que rodean la playa multicolor, de aquel hermoso y azul lago, me han dicho, que en ese lugar encontraras todos los juegos mecánicos que se encuentran a lo largo de todo el planeta y los que aun no se inventan, y en ese parque de diversiones, ¿te puedes imaginar?  hay un lugar muy, muy especial en donde siempre hay largas colas, hay quienes cuentan que estuvieron en la cola como cinco minutos, pero en tiempo terrestre fueron casi cincuenta años, porque todos quieren entrar en esa carpa, una enorme con banderas en sus picos, en lo alto de esa carpa, que a simple vista desde lejos ni se ve, la ves mientras te vas acercando a ella y que cuando estas enfrente te asombra de lo enorme que ella es. 
- ¿Y que hay adentro de ella? dijo la chica ya emocionada y sin miedo. 
- ¿Lo que hay ahí adentro? ¡Wao! ¿no te lo imaginas!? ¡Claro que no! ¡lo inimaginable!, al entrar, me dijeron que adentro se encontraron con todas las mascotas que de niño tuviste y las que has tenido hasta el día en que te subiste al bus de doble piso sin chófer y que ahí adentro están todos los que se han ido.
- ¿Gente muerta? dijo admirada la jovencita.
- ¡Tus antepasados, los conocidos y los que no pudiste conocer, pues por lógica!¿no?
- ¡Cuando entras ahí, no quieres salir de ahí! ¿te puedes imaginar?

- ¿Y qué más hay ahí?, ¡cuéntame! 
- ¡Pues para saberlo tendremos que subirnos a ese bus! 
- ¡Por fin lo había logrado y tu me hiciste bajar de él! le reclamé algo molesto.
- ¡Mañana vendremos y de un solo salto estaremos sobre él! ¿te parece?
- ¡Pues claro! 
- ¡Ojala y no cambien de ruta, pues lo hacen sin previo aviso y de que vuelva a enterarme del lugar en donde pasé, será casi imposible! 
- ¿Sabes cuanto tiempo llevo averiguando donde pasa ese bendito bus?
- ¡No, no sé! ¿cuántos?
- ¡Lo busco desde que tenía doce años y hasta ahora que lo encuentro y te quise llevar conmigo porque eres mi mejor amiga! Ella le acarició la mano y luego de una disculpa con mucha ternura le dijo: ¡Gracias! ¡eres buen amigo!...

Al día siguiente, mi madre me despierta.
- ¡Hijo! ¡dormilón, despierta, abajo te esperan! ¡apúrate! 
Me desperté pues sabía quien era, entonces me dí cuenta que se me habían pegado las sábanas, me vestí y baje y sí, era mi amiga, quien sonriendo y con ropa de campo me dijo. 
- ¡Vamos! 
- ¡A donde? dijo mi madre, ¡esperen el desayuno! 
Pero los dos salimos de la casa corriendo y en cuestión de minutos nos encontrábamos en el mismo lugar de ayer, sentados sobre la banqueta, pero el bus de doble piso no pasaba ya me estaba aburriendo y ella se sentía muy mal, pues me veía completamente decepcionado.

Al final de la calle, allá en la más bajo, solo se lograba ver una pared y un redondel que hacía retornar a quien en auto bajara por ella y lo llevaba de regreso. 
cuando había perdió toda esperanza, la chica gritó. 
- ¡Mira! ¡mira!
- ¿Qué? 
- ¡Mira allá abajo, la densa nube apareció! 
Efectivamente, en ese momento en que toda esperanza se había perdido, el final de esa calle se empezó a llenar de una especie de humo que fue formando a una nube muy densa, como si fuera un dulce de esos; de colores, que venden en las ferias; los algodones de dulce, hechos de azúcar... Y en ese instante que se formaba esa nube se escuchó un claxon sonar :  ¡¡Piiii!! ¡¡Piiii!! y de la esquina apareció un bus de doble piso, sin nadie que lo condujera;  nos pusimos de pie con la ansiedad en nuestros rostros y cuando el bus de doble piso pasó frente a nosotros, éste se veía transparente, pero eso no nos importó y corrimos como niños o como perros detrás de carro al lado del bus, esperando el momento indicado para de un salto abordar al bus de doble piso y en su momento, ambos brincamos y cuando en el aire estuvimos sentimos como una fuerza invisible que nos halo hacia adentro; al estar adentro; música escuchamos y fuimos recibidos por los que abordo ya iba; ahí gritaban. 
- ¡Dame un Hooo! ¡si has logrado subir al bus de doble piso! y todos respondieron 
- ¡Hoooo! ¡Hoooo! ¡Hooooo!
- ¡Éste es el bus de doble piso, que de incógnito viaja por las calles sin dejarse ver, pues no lleva chófer que lo conduzca y eso asusta a cualquiera, pero... 
- ¡Dame otro Hooooo! ¡Hoooo! ¡Hoooooo! gritaban adentro.  
- ¡Es el bus que vivió y vive en tus pensamientos pero lo olvidaste...! ¡y es de azuuuucaaarr! ¡no te lo comas! 
- ¡Dame otro Hooooo! ¡Hooooo! ¡Hoooo! ¡Dulce, dulce bus de doble piso! 

Mientras todos cantábamos esta canción íbamos bailando al ritmo contagioso y veíamos como por los costados entraban otros, como halados por el mágico bus, en el entraban niños, desde los ocho años hasta los ochenta o más tal vez y al estar adentro todos se veían de la misma edad y bailaban y gritaban, nunca dejaban de cantar la canción, pues nunca dejaban de subir al bus de doble piso.
En eso se escuchó.
- ¿Listos para entrar en el mágico mundo de tu imaginación, la que perdiste en el tiempo, simplemente por el hecho de crecer y por tanta cosa que hace morir, lo más bello que llevas adentro de ti... la imaginación y la inocencia de niño...?
- ¡¡Siiiiiiiii gritamos todos!! 

Entonces se escucho de nuevo la música pegajosa y del bus, su claxon sonó:
- ¡Piiiii! ¡Piiiiii! 
Y entonces, éste dijo:
- ¡Dame un Hoooooooo! y todos gritaron: ¡Hoooooooooo! 
Y entonces el bus se estiro como chicle de diente a dedo, era que en ese momento estabamos entrando en la densa nube y de pronto éste se soltó como cuando el chicle se revienta y te embadurna el dedo o la boca. 
Llegamos a ese maravilloso lugar de la inocencia y la imaginación. 
Y se escuchó: 
- ¡Shhhhhhhhhhhh!... ¡Dame un Hooooo! y todos gritamos:  ¡¡Hoooooooooo...!! 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario