miércoles, 23 de septiembre de 2015

Dilo, enséñalo, que en ti vive el verdadero amor


Demuéstrame, enséñamelo y grítalo
no guardes para ti eso tan bello que se llama amor.
Muéstralo, dilo o mejor grítalo,
que todos conozcan lo que ha nacido en ti
eso tan bello llamado amor.
Debes de saber que ese sentimiento 
no nació para ser escondido adentro de un corazón.
Enséñalo, dilo, compártelo, 
que todos sepan que en ti vive el verdadero amor.
Pero nunca lo atrapes, ni lo cubras con mentiras,
son dos cosas que no deben, no pueden convivir juntas en ti,
si dices que a tu corazón a llegado el verdadero amor.

Perdón pero de ser así no es otra cosa 
más que una falsa historia de amor.
Creí que en ti guardabas algo que me pertenecía,
pues cuando te lo dí lo metiste en tu corazón,
si es así es tu obligación,
demostrarlo y enseñarlo y por qué no hasta gritarlo,
nunca el amor debe de avergonzar a nadie que cree estar enamorado
y eso es lo que ahora me haces pensar.

Que el amor que un día te confié, el que en tu corazón bajo llave guarde 
y ahí lo confinaste, cuando yo creí que a todos se los ibas a mostrar,
a presumir, a gritarlo que de mi estabas profundamente enamorada.
Aferrado a una mentira, que tú eras el amor de mi vida,
quedé defraudado por haber entregado demasiado amor
a un corazón contaminado con la envidia, 
siempre pensé que el amor verdadero se debe 
de mostrar, compartir, decirlo y hasta por que no gritarlo.

Gritar a los vientos como lo hice yo
que de ti estoy profundamente enamorado,
pero que equivocado, por haber confiado a tu corazón
ese sentimiento tan hermoso que nunca, 
nunca debe de ser confinado
a un encierro en un corazón malvado,
si yo desde el momento que te lo entregue
a todos se los dije, lo demostré y con orgullo al viento lo grité.

Amo al amor que vive en el corazón de la mujer que hoy elegí para ser amada,
ese amor que confiado un día le entregue, creyendo que sería bien acogido
y correspondido, amado por el hecho de ser verdadero amor,  
pero me equivoqué, hoy por favor quiero que lo liberes y me lo regreses,
para poder gritarlo y compartirlo y así encontrar tal vez, al verdadero amor.
Dímelo, enséñalo, grítalo, que todos vean que en tu corazón 
vive feliz el verdadero amor que hoy, yo ilusionado te doy. 


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