martes, 27 de octubre de 2015

Asesinato en el Continente Negro



_ ¡Ok, de aquí hasta donde se encuentran los elefantes caminaremos!
_ ¡Ya oyeron! ¡a caminar! Gritó el líder de los hombres que llegaron al lugar en busca del marfil.
_ ¿Es muy lejos? Dijo una adolescente, la cual también los acompañaba junto a su familia, un zafarí vendido a un costo muy elevado por el líder del grupo a una familia de millonarios. 
La chica protestaba como toda hija de papi, ella deseaba matar a un hermoso ejemplar, pero no deseaba caminar; mucho menos que se le corriera el rimel. 
_¡Ya oyeron!, ¡a caminar, no querrán nos agarre la noche acá! Dijo el guía, un hombre oriundo del lugar que dependía de estas malas personas, un tipo sin escrúpulos. Ahora él los conducía a una región protegida, en donde la cacería estaba prohibida, él lo sabía, más los que lo acompañaban ignoraban el peligro al que se enfrentarían, por un lado la ignorancia, por otro la ambición de unos y la gloria de los otros, ese deseo, que les permite según ellos, hacer lo que se les dé la gana, simplemente por el echo de ser millonarios y, como será moda entre los millonarios del vecindario ellos, no quisieron quedarse fuera de moda.

Se dirigieron a donde los conducía un adelantado guía, quien ya se había embolsado varios miles de dolares americanos, en busca de los gigantes del África, pero en un lugar en dónde dichos gigantes estaban protegidos como animales en peligro de extinción. 
Llevarían como veinte minutos caminando, escuchando las protestas de los acomodados, a los cuales ignoraban, pero, que si eran realmente molestos sus lamentos y reclamos.

- ¡Shhhhh! Dijo el guía indicándoles que se agacharan, todos se hicieron al suelo, algunos de rodillas, mientras que los riquillos se hicieron pecho al suelo, la adolescente quisquillosa se percato al rato que sus senos estaban embadurnados con caca de los gigantes y hermosos que bebían agua en el río.
Al fondo se escuchaban los gruñidos de jauría de leones, quienes perseguían a su comida del día, algo que a los traficantes y guía les valía madre.
_ ¡Ok! ¿quien será el que dispare primero? Dijo el guía al líder.
_ ¡Yo! gritó la niña con su playera de marca y de varios centenares de dolares llena de caca.
_¡Está bien, que sean ellos quienes disparen primero, han pagado para eso! Dijo el líder de la banda.
_¡Recuerden que el cadáver es mío y que luego de tomarse las fotografías para su álbum y el maldito facebook, me dejarán en paz!
_¡Pero yo también quiero matar uno, papi! Dijo el otro adolescente y la madre también reclamo por su trofeo.
_¡Está bien, a mi lo que me interesa son los cadáveres nada más! Aceptó el líder del grupo.
_¡Ok! pero desen prisa por favor o se irán y tendremos que regresar mañana! Dijo el guía, quien se veía un poco preocupado viendo a diestra y siniestra.
_¿Qué te traes tú con tanto nerviosismo? Preguntó el líder con el seño fruncido.
_¡Nada hombre, démosno prisa, nada más es eso!

Entonces se colocaron en un lugar estratégico, le dieron un fusil a la adolescente con el pecho hediondo a caca de elefante, la instruyeron por unos pocos minutos, sobre el uso del fusil y la ubicación, a lo que la chica de una entendió y se dispuso a disparar.
_¡Silencio! ¡Agáchense! Dijo el nervioso guía, todos le hicieron caso y quedaron privados durante más de diez minutos, los maleantes le tapaban la boca a la niña y la dama, quienes no sabían que sucedía; después de ese tiempo todo regresó a la normalidad y la señorita con caca en el pecho se colocó de nuevo en el lugar ya antes elegido, tomó un sorbo de airé, cerró uno de sus ojos verdes, mientras con el otro apuntaba hacia su enorme blanco, el silencio se apoderó del lugar hasta que un estruendoso sonido provocó una estampida y una polvareda en el lugar, aquello era un manicomio (valga la expresión). 

Cuando la polvareda descendió, la chica gritó.
_¡Miren le dí! ¡es grande! ¡es enorme! y salieron de su malvado escondite y se dirigieron hacía donde se encontraba el cadáver sobre un lodazal, mientras avanzaban, los riquillos iban tomando fotografías con sus celulares y cámaras de lujo.
_¡Yo me subiré en él! Dijo la niña y así lo hizo; se subió sobre el enorme elefante, quien aún tenía su cuerpo tibio y con pose sexy la fotografiaron sobre el trofeo que yacía inerte, sin vida, uno a uno se fotografiaron para dejar al ultimo la fotografía familiar, la que adornará la sala lujosa en su mansión, en donde habrá una enorme recepción para lucir sus fotografías del zafarí que realizaron en el continente negro.

Cuando los hombres del líder de la pequeña caravana se disponían a realizar el trabajo de destazar la cabeza del elefante utilizando una sierra a gasolina, para evitar tardar mucho tiempo, pues lo único que les interesaba, eran los colmillos del enorme animal.

Se escuchó otro sonido estruendoso que llegó como de a unos varios metros del lugar, ésto asustó al grupo, pero mucho más al guía, despues de que el sonido rebotara por los cuatro puntos cardinales y que se escucharán gritos alarmistas de algunosmicos y otros animales dellugar, cuando todo regresaba a la normalidad ante el asombro del grupo se escuchó el grito histérico de la adolescente con el pecho cagado.
_¡Nooooo! ¡Papi qué sucede! El padre de la adolescente la cogió en su regazo mientras la madre hacia lo mismo con el joven, cubriéndole los ojos, pues su blusa de marca fue salpicada con la sangre de uno de los secuaces del líder, quien cayó al lado del cuerpo del enorme elefante a quien su cuerpo ya se le había helado.


Continuará...




No hay comentarios.:

Publicar un comentario