martes, 10 de noviembre de 2015

La Zona más Erógena en la Mujer


Desde que me interese en las mujeres, sí, cuando llegué a la pubertad, me di a la tarea de investigar y prepararme para algún día llegar a ser el mejor amante en el arte del sexo o al menos ser alguien que dejara huella, un bonito recuerdo en ellas, en aquel tiempo no había Internet ni todas las facilidades de hoy día, así que conseguí algunas revistas informativas y en ellas me encontré con la maravilla del cuerpo femenino, y sus lugares más erógenos, el libro se llamaba: "Las zonas erógenas de la mujer" lo llevé a mi casa y lo entré de contrabando y lo escondí en un lugar ultra secreto, uno inviolable e imposible de ser encontrado: Debajo de mi colchón (ingenuo, yo un culicagado, queriendo ser un hombre). 
No recuerdo cuantas veces lo leí, y dibujé en mi mente aquellas zonas que según el escritor volverían locas a las mujeres. El primer problema con el que me topé, no sé ahora, era el que la chica se dejara tocar alguna de sus partes más intimas y que el libro indicaba eran las mejores zonas erógenas. El segundo problema fue que cuando se logró llegar a esos lugares, las chicas encontraban su satisfacción y te dejaban a medias, se te echaban para atrás indignadas o avergonzadas, en fin, aquello fue un fiasco. 
El tiempo pasó, como suele suceder, sin importarle si aprendiste o si lograste tu empresa, él siguió con lo suyo y yo crecí. Empero, entre esos tiempos me encontré con una chica, de la cual creo ya les conté, y ella, al ver mis habilidades se involucró más en mi o conmigo indicándome sus zonas erógenas, las que la prendían, pude comprobar que lo que había aprendido no estaba lejos de ser cierto, que aquello era cierto, pero que las circunstancias de mi inexperiencia y con el tipo de mujeres que me tope, habían sido el gran problema, ella me permitió llevar una practica supervisada y con ella aprendí mucho más que con el libro, como dicen: La practica hace al maestro. 
Y en idas y venidas de mi chica, siguieron las practicas y cada vez me volvía en un experto, ella me lo dijo, y yo lo veía cuando estábamos juntos, creo que como a veces suele suceder: El alumno supera a su maestro. (modestamente)
Mucho tiempo después, con toda la experiencia ganada, disfruté mejor de mi vida en pareja, ya fuere con o sin sexo, a todo le encontraba el punto y le sacaba el mayor de los provechos.
Un día me encontré con una mujer con la cual todo lo aprendido no daba los resultados deseados, al grado de estar casi desnudos en una cama de hotel de paso y en un parpadeo, ella se levantó y se vistió quedando yo en la cama frustrado y ella exigiéndome que nos largáramos, vaya si fue algo frustrante, pensé; de qué me sirvió tanta lectura, tanta experiencia, tanta practica supervisada si hoy he fallado. Muy molesto nos retiramos del lugar y nuestra amistad o lo que haya sido se vió comprometida, ella tomó su camino y yo el mío; quedando con tremenda duda, la cual no podía satisfacer, pues si algo me caracterizó siempre, es que con nadie nunca comentaba lo que hacía o dejaba de hacer con mis chicas, caso contrario de mis amigos que se llenaban la boca acabando con reputaciones de chicas que confiaron en ellos; y mi mejor confidente ya no la tenía para preguntar en que había fallado. 
El tiempo pasó y pasó y yo maduré y seguí disfrutando de mis aventuras y mis parejas, o novias, ellas tambien lo disfrutaban, pero en mi mente seguía como fiel castigo la aventura con quien se arrepintió en el último segundo, fue entonces que descubrí, que el mayor órgano sexual el que da mayor satisfacción a la mujer, no eran esos que ustedes ya saben y que la naturaleza femenina les gobierna, no, no todo estaba escrito en todos los libros que leí, en todo lo que ellas me enseñaron, en lo que mi bella institutriz me instruyó, en lo que escuché de los boquiflojos, nadie sabía la verdad que yo recien descubría, el secreto que hoy les comparto...
El órgano o el lugar más erógeno de una mujer, del cual depende que te deje a punto y se retire sin mediar palabra, es... No creas que los que conoces y te han dado resultados no lo son, claro que sí, pero éste es el superlativo, el que produce el más grandioso, exquisito y largo orgasmo en mujer sobre la tierra. 
De lo que te hablo y del órgano más erógeno que te comparto hoy, capaz de llevar a la cama si es que hay tiempo, en toda mujer, es...  ¡¡Su oído!!... ¡Sí! es posible que te sientas defraudado esperando algo más escondido y protegido en ellas, como el tal punto G, pero no, créelo y si de mis lectoras alguien se atreve, lo confirmará con algún comentario. Pero su oído, es quien la llevará hasta el cielo en vida, no habrá mujer que se te resista y mucho menos se niegue, si logras decir a su oído las palabras correctas, las perfectas, las que ella desea oír. 
Así de sencillo y te digo; muchas veces las respuestas más difíciles e imposibles de encontrar son las menos pensadas, las más simples. 
Bueno, solo falta que lo compruebes, yo lo comprobé con quien años atrás me dejo deseoso, sí, la busqué y ella tuvo esa noche el mejor sexo que jamás imaginó... Textualmente, esas fueron sus palabras.


Lección 3

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