martes, 5 de enero de 2016

As time goes by


Os juro, que jamás olvidaré el beso que me dejaste
y el silencio que hubo en el lugar,
encontrar un lugar para la ocasión era tan difícil.
Decir te quiero, al ser que tanto amas y que ahora se va,
se aleja hoy de ti, por largo tiempo no podré tenerla junto a mi.
Mientras, yo me quedo aquí, resignado a verte partir, 
ver partir a quien tanto amo, sin saber, 
si el destino que hoy la arranca de mis brazos
un día me la devolverá o ya no la veré nunca más.
Un lindo recuerdo simplemente ella será... Juró que no quiero.
Pero es tiempo para decir adiós.

Os juro, que me sentí morir, verte partir, 
entre la multitud hasta subir al viejo tren,
mi brazo nunca dejo de despedir, 
con mi sombrero entre mis dedos para que supieras 
que ahí quedé, destrozado hasta que nadie solo yo aun ahí.
Tú mano y tu guante blanco por la ventana vi sacudir 
despidiendo a un gran amor que podría morir,
me resisto pero es tiempo para decir adiós.

Os juro, que aunque me dijiste el tiempo pasará 
no debes de dudar que nuestro amor podría morir;
no pude resistir tanto dolor que de mis ojos tristes 
surgieron lagrimas de amor, por saber que tendrías que partir 
de tus ojos tambien vi salir la hiel salada de nuestro dolor 
por el tiempo que tendrías que alejarte de mi.

Os juro, que como ha pasado el tiempo siempre vengo 
y me paro precisamente aquí, visto el mismo traje 
y en mi mano el mismo sombrero, vengo con los rayos del sol naciente
y me retiro con la luz plateada de la luna que me ve y siente mi sufrir;
pero deberé insistir, pues como pasa el tiempo quien sabe 
un día el destino te devuelva a mis brazos que sufren hoy sin ti.

Os juro, que aunque al principio nunca dejaste de escribir 
algo que me dio consuelo, hoy es mi esquela, mi secuela de dolor, 
leer las cartas amarillas, pues blancas nunca más.
Y yo esperando por ti, mi piel envejeció, mi pelo se blanqueó 
y mis ojos se nublaron. En una mano mi viejo sombrero 
en la otra mi nuevo bastón, parado en el mismo lugar 
que un día con mucho dolor te dije; es tiempo de decir adiós.

Os juro, que han escrito libros de mi triste historia, 
que han hecho películas de mi triste historia,
que han cantado canciones contando mi triste historia 
y yo sigo sin saber de ti, pero guardo la esperanza 
que estés con vida en algún lugar, rodeada de hijos 
y nietos que te amen como siempre te amaré yo.

Os juro, que jamás le fui infiel, aunque no falto con quien 
pero mi amor por ella era mucho mayor,
que ahora muero y aun la recuerdo, me dijo; 
es tiempo de decir adiós, pero no me voy su amor que me da fuerza 
y me da vida, aunque solo sea una larga agonía la triste espera 
sigue siendo mi esperanza de que un día tú regreses 
y te quedes para siempre junto a mi, pero me repito; 
es tiempo de decir adiós.

Os juro, que no tengo a nadie que me acompañe en esta soledad, 
mi tristeza se vuelve breve felicidad al recordar tus labios sonreírme, 
al recordar tus ojos viéndome llenos de amor, 
al recordar un roce de tu tersa piel, pero nunca comprendí 
que solo fue un tiempo para decir adiós.

Os juro, que hoy que vuelvo aquí, me paró en el mismo lugar 
que ese día elegí para despedirte, mi traje el mismo, 
me sigue acompañando y al escuchar silbar al tren 
y ver su estela de humo flotar por el aire y el cielo azul 
levanto ilusionado mi sombrero que aun hoy conservo para ti, 
la gente se aglomera y me aprieta, me hacen sentir el calor humano, 
el calor de un enamorado que nunca se olvido de la mujer que para amar nació 
y de las puertas de los vagones veo a muchas personas que regresan a su hogar 
saludan a sus familiares y se van.

Os juro, que pensé que no te volvería a ver, pues ya nadie en el andén 
solo yo y mi sombrero en alto, la luna en el firmamento, 
y yo repitiendo; te quiero mi amor. Y en ese preciso momento te vi bajar del tren 
lo primero que vi, fue esa sonrisa, luego tu mirada puesta en mi,
caminar hasta donde siempre te esperé cuando me dijiste 
es tiempo de decir adiós. Llegaste hasta mi lugar y sentí el ansiado roce de tu piel, 
me dije; ahora podría morir, te inclinaste hasta mi y mis labios con amor besaste.

Os juro, que mi cuerpo tan liviano sentí, que por un momento me vi ascender 
yo te abracé y por fin de nuevo juntos, nuestros ojos nunca dejaron de verse, 
nuestras bocas de besarse y nuestra piel de rosarce.
Hasta que alguien se acercó y nos dijo; es tiempo de partir, 
tomó sus maletas y nos acompañó hasta un vagón del viejo tren 
que hoy luce tan bien y al estar en el viejo vagón, el señor simplemente grito;
es tiempo de decir adiós y el tren comenzó su eterno viaje. 

Os juro, que a mi ya no me importó, pues a mi lado mi gran amor, 
el destino me la devolvió y en mis brazos la depositó, ella en mi se recostó 
y por la eternidad en el viejo tren viajamos, éste nunca se detiene 
y a mi no me importa, pues estoy junto a quien tanto amo y esperé 
y no pienso, ni quiero, separarme de ella un solo momento por la siguiente eternidad.

Os juro, que valió la pena esperar a la mujer que tanto amé, 
como lo juré el día que dijo; es tiempo de decir adiós, 
yo le dije al oído; te esperaré hasta el día de mi muerte y así fue. 
Ahora, nada nos separa y por la eternidad junto a ella en este tren 
que un día la vi partir, viajaremos nuestra luna de miel, 
cómo pasa el tiempo, pero al que espera le llega y hoy nos tocó juntos decir adiós 
y viajar por la eternidad...
...Es hora de decir adiós... Cómo pasa el tiempo...  









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