jueves, 28 de enero de 2016

Ladies Night


Era ya media noche y por la calle oscura, debajo de un poste con un bombillo ya envejecido el cual proporcionaba una luz muy tenue, salieron un par de chicas, con minifaldas que casi les llegaban a la espalda, sus piernas largas encerradas en unas medias negras y caladas y arriba de sus minifaldas, unos tops de lentejuelas, que brillaban al ritmo que le daban sus enormes y operadas bubis, el vaivén era rítmico y excitante, sobre sus tops, unas toreritas de colores fucsias, sus melenas las movía el aire fresco de la noche, la cual la iluminaba una enorme y lujuriosa luna de color plateado, como si en ella estuvieran encendidos miles de reflectores dispuestos a alumbrar el andar de tremendas ladies, de su ombligo, les colgaba un dije muy caro el cual, tambien guardaba el ritmo de los senos que se ondeaban un poco más arriba. 

Mientras caminaban por las calles vacías de personajes bien, pues en ellas solo se encontraban personajes aventureros, los cuales les silbaban: ¡Qué cuero!, al escuchar los silbidos ellas sonreían orgullosas de sus bellos cuerpos, en sus rostros, los mejores y más caros colores, del maquillaje de marca que se compraron con mucho esmero y ahorros para utilizarlos en ocasiones como ésta, sus pestañas eran enormes y las caídas de ojo que les daban a los que a su paso las admiraban, era como para decirles, solo ver pero no tocar. 

Las ganas a los parroquianos no les faltaban, hubo algunos que se atrevieron a preguntar: _¿Cuanto cobras mamacita? pero fueron respondidos con una mirada que los desarmó por completo pues, a pesar de sus atuendos tan insinuantes; ellas, no eran unas de esas, o al menos no para esos tipejos que no tenían en donde caerse muertos. 

Las chicas movían sus caderas de una manera como si se tratara de un desfile militar, con gallardía y sin perder el paso, uno firme que se acentuaban con sus zapatillas de tacón alto, que sabe Dios, cómo podían equilibrar las no más de 100 libras bien colocadas y repartidas en cada lugar de sus perfectos cuerpos. 

De sus zapatillas se lograban salir a recibir los aplausos simulados, al menos tres de los cinco dedos, a los cuales se les veía una pedicura muy cara bien trabajada y las uñas pintadas de un color sugestivo, que hacía tono con el resto de su atuendo, eran unos pies, al igual que ellas, muy excitantes. 

Ellas seguían su andar sin claudicar, con caminar seguro, sin quien sabe, que esa noche sería inolvidable y que seguramente obtendrían lo que salieron a buscar, las cuadras eran devoradas con pisadas de fuego al andar. 

En sus orejas, brillaban los pendientes que tambien respetaban el ritmo de su andar y de su cuello no se diga, de él colgaban delicadas pero adecuadas gargantillas; que a una se le introducía entre sus hermosos, enormes y muy firmes senos. ¡Ah quién fuera ese  dichoso dije!

Mientras que a la otra, a penas le llegaba justo en lugar en donde empezaban esos hermosos atributos femeninos, pero tambien dichoso, pues en cada paso que ella daba, lograba acariciar a torneados y morenos senos.

Luego de andar y dejar por el lugar una estela con un olor rico y caro perfume, por fin, llegaron a una esquina, en la cual viraron sin detenerse y de una, luego de ver hacia el norte y luego al sur pero sin detener su andar, cruzaron la enorme avenida, una de two ways, con tres carriles cada una.

Ahora, se balanceaban sus caderas mucho más, pues ya se dejaban escuchar las notas de las melodías de las canciones del lugar a donde se dirigían con paso seguro, en el lugar, una enorme fila, la cual ellas no respetaron, pero nadie dijo nada, por el contrario, los tipos que hacían la fila, simplemente las admiraron, esperando tener la suerte de encontrarlas adentro de la discoteca que las esperaba. 

Al llegar a la puerta principal, los gorilas que hacían respetar la fila y cuidaban la puerta, quitaron la cadena que impedía a cualquiera entrar y con enorme sonrisa en sus rostros mal encarados las dejaron entrar, sin preguntar, ni pedir boleto alguno. 

Ellas entraron, y al hacerlo, a un costado de la puerta principal, un rotulo que indicaba... Ladies Night.






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