martes, 1 de marzo de 2016

Cuando calienta el sol aquí en la playa


Carlos hablaba con su novia por celular bajo una palmera, tratando de convencerla para que dejara todo y llegará a unirse a él a la playa...
_Amor estoy solo aquí en la playa, solamente el sol es quien me acompaña, y esta fuerte, pues quema.
_Qué rico corazón, pero estoy de turno y no puedo ir, ya te lo expliqué, ¿sabes qué? disfruta de ese sol. Que te quema, besos.
Y colgó, entonces Carlos se alejó de la palmera, colocó una toalla sobre la arena blanca, se quitó su pantalon de marca y bien doblado lo puso a un lado, lo mismo hizo con su camisa de diseñador, bien doblada la colocó al lado de su ropa fina y se tendió sobre la toalla, boca arriba, para recibir un exquisito baño de sol. La playa a esa hora se encontraba solitaria y el único sonido que se dejaba oír, era el de las olas que casi le humedecían los pies a Carlos, éste se fue relajando de tal manera que cuando sintió se quedó profundo. No llevaría mucho dormido, cuando en la playa se escuchó un retumbo, algo no muy común; quienes lo escucharon se asustaron y se expresaron.
_¡Puta! ¿qué fue eso?
Pero no trascendió más que eso y siguieron chupando bajo los ranchos y las piscinas del hotel.
Pero Carlos seguía bien dormido que no se dió cuenta del extraño sonido. 
Del retumbo apareció de entre las olas una bella sirena, la cual aun tenía su cola de pescado, casi arrastrándose llegó hasta donde se encontraba su victima; sí, Carlos, ella avanzando con sus brazos y se colocó sobre el cuerpo de Carlos, quien no despertaba, hasta que sintió que a su cara le caían unas gotas de agua frías, muy frías, pues la cara la tenía bien caliente debido a la soleada que se daba, lentamente fue abriendo sus ojos y mientras lo hacia aparecía en su ojos un rostro divino, una mujer hermosa, con los senos al aire y los pezones hinchados por el mismo frío; mientras llegaba la imagen, esta se iba y regresaba, se aclaraba y luego se desenfocaba, cuando pudo despertar bien, ella seguía sobre él sonriéndole. Carlos se asusto de ver a semejante mujer sobre de él, una completa desconocida, pero muy hermosa, sus ondas en su cabellera oscura de la cual se desprendían las gotas de agua salada que caían sobre el rostro de Carlos, mientras que de los pezones se desprendían otras gotas de agua que le caían justo en el pecho.
Este quiso levantarse, pero ella no lo permitió, pues si lo hacía vería su cola de pescado y eso no le convenía, asi que se recostó sobre el pecho de Carlos, él sintió como entraron como agujas en su pecho el par de pezones aun hinchados y su rostro con bella sonrisa se acercó hasta que sus labios se unieron a los de Carlos y lo besó como nadie antes lo pudo haber besado. 
Carlos al sentir sus enormes y sensuales senos sobre su pecho y esa manera tan rica y excitante de besar solamente le quedó, disfrutar y disfrutaba tanto que hasta trabo los ojos y así quedo como privado y sin fuerzas sobre la arena, mientras que la sirena más lo besaba y se apretaba contra el cuerpo de Carlos más energía le robaba, con lo que lograba que su cola de pescado se convirtiera en un par de piernas que volverían loco a cualquier mortal. 
Al lugar ya empezaban a llegar los bañistas, algo que preocupó a la sirena, pues se encontraba completamente desnuda y con un cuerpo como el que ella poseía, era imposible no llamar la atención; así que a la vista de un moribundo de Carlos ella tomó su camisa de coleccionista y la rasgó, dejando la fina camisa como un top que le cubría únicamente sus excitantes y morenos senos, ella no abotono lo que quedo de la camisa sino que la ato bajo sus enormes y firmes pechos, dejando a la vista su abdomen y un delicioso ombligo. Carlos sintió que a él lo mutilaban al ver como se dañaba su carísima camisa y ella, luego rasgo su pantalón de marca, volviéndolo un pequeño hotpans el que por ser tan pequeño para sus enormes caderas, éste se le metía en el trasero y tambien por enfrente; la imagen era más que excitante. Ya lista se incorporó. beso en la frente a un demacrado y acabado de Carlos y le dio las gracias, este no tuvo fuerzas para decir una sola palabra y solamente la vio cuando se puso de pie y se interno en la playa, perdiéndose entre los bañistas que ahora eran más, la chica si que llamaba la atención, mientras caminaba sus dos senos se balanceaban muy firmes y seguros adentro de la camisa de diseñador, para esto, Carlos dijo. 
_Es bellísima. 
Mientras moría sobre la arena blanca su vista se fue colocando borrosa, pero sin dejar de ver el contoneo de la sirena que le acababa de robar sus prendas de vestir y la vida. 
Por fin, Carlos cerró sus ojos y lanzó su ultimo suspiro y murió, pero con una sonrisa en su cara de satisfacción.
Despues de dos horas de aquello, los amigos de Carlos, quienes ese tiempo se la pasaron detrás de la sirena para observarla, pues pareciera que los trapos los llevaba pintados sobre su piel, se tropezaron con el cadáver de Carlos,
_Aquí esta Carlos, muchá.
Dijo Juan a sus otros amigos; Gadiel y Riquelme.
_Pues, despertalo para que vea a tremenda hembra, pues nunca más volveremos a ver a una mujer como esta en nuestra vida.
_Pero, se ve como muerto. Dijo Juan.
_¿Muerto? 
Ese lo que tiene es que esta completamente quemado, si mira, de lo canchito que es parece un mulato, ¡se esta quemando!
Eso dijo Gadiel y con Riquelme lo sacudieron, para que este se despertara.
_Carlos despertá, Carlos, ¿nos escuchas?, no reacciona muchá. 
_Juan anda por agua al hotel y vos por agua fría. Mientras yo me quedó despertándolo.
_¡Carlos despertate, mierda se nos va a ir ese culito bello! 
Ambos llegaron con lo requerido por Juan y empezaron a darle los primeros auxilios.
_Yo digo que este cabrón esta muerto. Dijo Juan.
_¡Anda a la mierda! ¿cómo va estar muerto?
Le dieron unos sorbos de agua y lo cubrieron con mantas humedecidas con agua fría, esto hizo que Carlos reaccionara, lentamente y borrosamente iba viendo a sus camaradas, mientras volvía en si.
_ ¿La vieron? es bellísima, pero la desgraciada hizo mierda mi ropa de marca y de diseñador.
_Esta delirando, dale otro poco de agua al atarantado. 
Y siguieron con sus primeros auxilios, pero Carlos simplemente no reaccionaba normalmente, solamente repetía.
_¿La vieron? es hermosa y me besó además me restregó sus pezones y sus senos desnudos en todo mi pecho.
_¿Saben? llevemoslo al hotel, pues este pobre esta mal, debe tener fiebre pues esta delirando. 
Y así lo hicieron, lo llevaron a su habitación y llamaron al medico del hotel quien confirmo que era una insolación y que lo dejaran descansar esa noche. Los amigos lo dejaron en cama en el hotel y se fueron de rumba a las discotecas de la playa.
La sirena, que aun no se convertía en sirena otra vez, sino hasta el amanecer que tendría que regresar al mar, estar ahí unas horas para luego regresar y encontrar a otro, como encontró a Carlos, para tener otras 24 horas una figura femenina. 
Ella quien se dio cuenta de cuando llevaban a Carlos en hombros muy débil al hotel, se extraño pues, por lo general ningún mortal habia aguantado y sobrevivido; todos los anteriores habían muerto, eso le llamó la atención y esa noche no se fue de rumba sino busco la habitación de Carlos.
Cuando dio con ella, abrió la puerta, adentro todo oscuro, pero ella veía bien en la oscuridad y lo fue a encontrar casi desnudo por orden del medico sobre la cama, al verlo, ella lo admiro por su fuerza y no haber muerto que se despojo de su ropa y ya completamente desnuda se acercó hasta donde se encontraba Carlos profundamente dormido y la sirena lo amó, hizo con él lo que quiso y c¿Carlos lo disfrutó con varios orgasmos, uno detrás del otro, como si fuera una mujer multiorgásmica y ella no se diga, lo duplicó en placer. 
Toda la noche fue de sexo sin detenerse una sola vez; ella, como buen pez le proporcionaba todo lo necesario para mantenerse erguido y con fuerzas para el sexo. Pero los rayos solares aparecieron y ella sabía lo que eso significaba que se envolvió en una toalla y salió por la ventana, corriendo con rumbo al océano y al entrar en contacto con él se convirtió en la sirena que era.

Los amigos de Carlos llegaron a ver como se encontraba el enfermo, pero cuando entraron lo hallaron completamente recuperado y con una energía increíble, premio obsequiado por la sirena.
_Oye, que bien te hizo descansar, es bueno el doctorcito del hotel ¿no?
_Me siento con las pilas bien cargadas.
_¿Oye Carlos? Le dijo Gadiel.
_¿Qué paso? Dijo Carlos mientras se rasuraba.
_Te perdiste de un monumento, la mujer más bella que estos ojos con seguridad no volverán a ver otra igual en toda su vida.
_Si, ¡eso crees? Dijo Darlos sonriéndose.
Lo que hizo que sus amigos se vieran entre ellos con duda.
_¿Qué pasó Carlos, por qué esa sonrisa cínica? 
_Es que esa hembra estuvo conmigo toda la noche y ¿saben algo? no es una mujer, ¡es una sirena!
_Ah, vete al diablo, estas loco, ¿sabes qué? cuando termines te esperamos en el comedor.
_Todavía le hace efecto la insolación a este jodido.
Cuando Carlos salió de su habitación, sorpresa, su bella novia hacía su entrada al hotel, al verse se abrazaron y apasionadamente se besaron; ella le preguntó.
_¿A dónde vas amor?
_A desayunar con los muchachos.
_Nada de desayunos, vengo pensando en ti en todo el camino y estoy excitadísima, ¡quiero hacer el amor! 
Ella lo regresó hasta su cuarto y mientras caminaban, ella que ya no llevaba ropa interior se quito la ropita que le quedaba y quedó completamente desnuda, por lo que se dedico a desnudar a Carlos. 
Al legar a la cama, ella lo empujó y él denudo cayó sobre la cama, ella se le monto. En el pasillo, al minuto de empezar la batalla sexual, la novia de Carlos gritaba eufórica...
_¡¡Carlos, Carlitos o Dios mio que rico!! 
Ni Carlos se la creía, la sirenita le había heredado y con esa herencia lo había convertido en un macho men.
Mientras los gritos de la novia de Carlos se oían hasta el comedor del hotel... En alguna playa del mundo, alguien moría en brazos de la misma sirena.



Historia inspirada del titulo de la canción "Cuando calienta el sol" de, Rafael Gastón Perez.

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