martes, 29 de marzo de 2016

De punta a punta (las canciones de mi vida). Erotismo light

Entraron en el cuarto del hotel, ella se veía nerviosa y él ansioso. Y sin pena la invita a entrar, por unos momentos ella lo pensó, sería su primera vez y tímidamente le dice.

_¡Esta oscuro!

Él se abalanzó con premura hacia donde se encontraba un interruptor, el cual con su mano ansiosa y nerviosa movió en la posición de on y el cuarto se iluminó, con una luz tenue pero se podía perfectamente apreciar lo que había en el lugar... Una alfombra maltrecha de color rojo, algo desteñida por ser protagonista de tantas faenas sexuales; al fondo, pegado a la pared un televisor, el cual su contenido eran solo películas porno, él lo apagó pues vio que ellas se ruborizó al escuchar a la actriz gritando por un orgasmo a todas luces fingido; en el centro de la habitación la protagonista del cuarto, una enorme cama redonda con cubrecama de color rosado y sobre ella en el techo un enorme espejo, el cual guarda las más excitantes imágenes de las cuales él habrá sido testigo tantas veces; en una esquina, una silla, de esas que se usan en las marquesas, lugar en donde pondrías tu ropa si no es que prefieres dejarla regada por toda la habitación; a un lado una puerta y adentro un pequeño baño y ducha con agua tibia.

Él le tomó por la mano y sintió como ella temblaba, de miedo o deseo, su cara siempre viendo hacía abajo por ser su primera vez y en su mente las dudas, pero ella sabía que lo amaba y que él la amaba, que todo sería inolvidable; ella quería entregarse por completo a él, no como lo soñó de niña pero ahora son otros tiempos se dijo. Su corazón latía a mil, sus piernas parecían no sostenerla, pero siguió avanzando hasta que estuvo frente a su amado novio y él le tomó por la barbilla y subió su carita hasta que sus miradas se encontraron, entonces él la beso tiernamente y ella respondió y supo que si lo haría, pues lo que su corazón y su  cuerpo le transmitían nunca antes lo pudo sentir con nadie, ella se pego a su hombre y sintió la excitación que ya había en él, al principio le asustó pero luego le gustó y sonrió. Tímidamente se alejo de él, iba con rumbo al interruptor que se mantenía fiel en on mientras caminaba se desabotonaba su blusa, él se sentó en la cama para observar que hacía y entonces al darse cuenta de su intención, él con voz firme le pidió...

_Deja la luz encendida, quiero mirarte desnuda, ahora no hay ninguna prisa, pues hoy te amaré de punta apunta. palmo a palmo, beso a beso, como siempre lo quise y siempre lo imaginé. 

Ella obedeció y se detuvo, dejando la luz encendida y ya sin vergüenza, ni limitaciones, ella siguió desvistiéndose frente a los ojos de quien la veía admirado por ver tanta belleza junta, que antes solo imaginó; hasta hoy extasiado, excitado y con algo de morbo, él apreciaba los movimientos y más, las partes que iban quedando al descubierto. 

Sus senos erguidos, en ellos, una aureola morena y en medio de ellos un pezón ya hinchado, él bajó la vista y vio su abdomen plano sin nada de grasa abdominal, luciendo un orgulloso ombligo el cual se ovalaba mientras levantaba una de sus piernas para extraerse una manga de su apretado jeans, luego extrajo la otra manga y ella quedó con diminuta braga traslucida y húmeda; ella quiso extraerla de su cuerpo pues ya le hacía estorbo pero él le pidió...

_¡No!... No te la quites, camina y ven conmigo.

Ella le obedeció y se acercó hasta donde él la esperaba sentado en la cama, cuando ella estuvo frene a él; él beso su abdomen y hundió la lengua en su ombligo, mientras él se alimentaba de su bella novia, ella sintió miles de cosquillas, pero no de las que causan risas, sino de las que causan un fuego en tu interior y que matan a las mariposas que te alborotan el estomago, quemándolas. Ella echó su cuerpo hacia atrás, para sentir algo de consuelo, pero lo que logró fue verse en el testigo fiel y mudo que estaba sobre la cama justo en el techo, la imagen que se reflejó hizo que su excitación aumentara y el cosquilleó se esparciera por otras áreas de su bello cuerpo. 
Mientras recibía besos y el roce de picara lengua, sus senos recibían un rico masaje, luego de ello, él con mucho cuidado la colocó sobre la cama a ella y su braga ahora completamente mojada, vieron como el chico se desnudo con gran rapidez quedando completamente desnudo frente a ella, ambos se vieron sus cuerpos y se desearon, ahora más que nunca. Él completamente desnudo, ella con su mínima prenda, mientras era observada desnuda el le repitió y le advirtió...

_Voy a amarte de punta a punta, ahora no tenemos prisa.

Él se acomodo en la cama y como lo prometió, la empezó a besar desde sus dedos de los pies, metiendo su lengua entre cada dedo y besando la planta de los pies y luego siguió su camino por sus hermosas, delgadas y morenas piernas, pasó por la rodillas y las beso por la parte de atrás para luego continuar por sus muslos, los cuales estaban rígidos, pero conforme la besaba se relajaban; él las coronaba y les daba mordiscos, paso al lado de su diminuta y empapada braga sintió el olor de su excitación pero se aguanto y siguió su camino besando de nuevo su abdomen y disfrutó de su ombligo, hasta que llego a la base de sus senos, los cuales ahora apuntan hacia el espejo, donde ella a seguido toda la acción, por ratos cierra sus ojos pues cree no aguantar más y se estremece abajo de él, mientras éste se goza con esos pechos de mediano volumen a los cuales los besa por los bordes, para luego meter en su boca deliciosos pezones, como aquel niño que muere de hambre y busca con ansias las tetas para alimentarse, solo que esta vez no darán alimento solo miel y placer.  
Luego de un tiempo y de escuchar a la chica gimiendo y hasta trabando sus ojos para luego cerrarlos, pero luego los abre para poder verse en el espejo, ella solo logra ver de su cuerpo sus brazos que acarician la espalda y nalgas de su hombre además ve a los costados sus piernas abiertas e inquietas y a sus pies hundiéndose en la suave cama y a su cabellera esparcida por la almohada, mientras él le besa su cuello, orejas y mejías hasta terminar con un beso tronador y las succiones de lengua y labios tambien. 

Ella siente algo caliente que le hace presión por ratos en su vientre y entonces siente cuando él coge con sus dedos la diminuta braga y la hace por un lado, las manos le han quedado muy mojadas. Él piensa en ese preciso momento...

_Quería verla desnuda pero sin prisas, la he amado de punta a punta, palmo a palmo, beso a beso, en este cuarto en completo silencio. Lo había soñado tanto, este precioso momento pero nada que ver, esto es lo máximo... Y estoy entrando en tu cuerpo y siento como su pecho se agita y a su vientre como fuego, los dos estamos ahora temblando de pasión y delirio, de amor y deseo...
_¡Abrázame!, ¡apriétame!, ¡acaríciame y besame! ¡que se fundan nuestras pieles, quiero amarte una vez y otra vez y otra vez! pues quiero beber de ti hasta la ultima gota de amor y placer... 

Ella tambien repite...

_¡Acaríciame!, ¡apriétame y besame!...

Una vez más él la acaricia, mientras descansan y siente como su piel se estremece y se despierta en ellos el instinto y nuevamente quiere poseerla, siente como su pecho se agita cuando se sube en su bello cuerpo y más cuando de nuevo entra suavemente en su cuerpo, su vientre sigue encendido y caliente como el mismo fuego y de nuevo ambos tiemblan de pasión y delirio, de amor y deseo...
 Y asi estuvieron toda la noche.  Sus pieles fundidas, abrazados, apretando sus cuerpos uno contra el del otro, como queriendo quedarse fundidos; pues el calor de sus cuerpos y el de su piel que quema les podrá cumplir su deseo. 

Y de nuevo a amarse: Con pasión, delirio, amor y deseo... 



HISTORIA DE: A. TORRES Y S. RAGA

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