sábado, 6 de agosto de 2016

Atrapado en los 80´s


Un hombre de aproximadamente cincuenta años, con una enfermedad terminal, a quien le habían pronosticado de vida solamente nueve meses sin terapia y con terapia le daban trece meses de vida, este decidió enfrentar su desgracia con la valentía de su genero y luego de dos días con depresión y de pensar lo corta que sería su vida, se dijo, más bien hizo un recuento de lo que había sido su vida y mientras permanecía encerrado en su cuarto sus pensamientos siempre lo conducían a la década de los ochenta y con esos pensamientos se quedaba dormido, soñando su vida, su excitante vida de esa década, en un regreso de los brazos de morfeo con determinación y decisión se colocó de pie y se dirigió a su ático y de ahí extrajo herramientas y otros, y con ellos se dirigió hasta su cochera, de ahí saco su auto, un Toyota del año 80, el cual lo mantenía en condiciones tales como si ayer lo hubiera sacado de la agencia y por el cual le habían ofrecido miles de dolares, pero él dijo.

_ ¡Nunca lo venderé! 

Lo dejo ahí, a la intemperie y siguió sacando cosas de su casa, tales como: El micro ondas, computadora, celulares antiguos y uno de ultima generación, tambien se subió a su Toyota y se dirigió a un lugar en donde compró una serie de repuestos y herramientas que no tenía y que iba a utilizar, al cabo de dos horas en la calle regresó a su hogar y dejando el auto siempre afuera tomó unas llaves mecánicas y extrajo de su joya ochentera unas partes que utilizaría en lo que se había propuesto sin siquiera saber si tendría éxito, pero en su mente, solo era una idea. 
Así pasaron meses y el deterioro en él era evidente, pero él seguía con su empresa sin descansar, dormía por ratos y comía poco, nadie lo sacó durante todo ese tiempo de su cochera, el cabello y la barba le creció, su cuerpo expedía un olor sesentero, a hippie, algo que lo tenía sin le menor cuidado. 
El tiempo transcurría, sus familiares y amigos lo visitaban pero él no los recibía, a la casa llegó el sacerdote para hablar con él, pero tampoco lo recibió, llegó su medico, el mismo quien le dio la  horrible noticia que lo tenía ahora tan ocupado y obsesionado, pero tampoco fue recibido, su familia, todos estaban preocupados, pues creían que había perdido la razón por su condición de hace ya casi cinco meses atrás, tiempo que su medico le dijo que le quedaba de vida y a él lo único que le importaba era terminar en lo que se ocupaba y con ello, quizás obtener tiempo de vida, la cual cada minuto que pasaba se le terminaba.
Cuando llevaba cinco meses y veinticinco días por fin salió de su encierro y entró en su casa, todos quedaron perplejos al verlo, pues ni su sombra de quien con salud fue, Steve no se detuvo y caminó hasta su cuarto, en la sala sus hijos y su esposa solo lo vieron pasar, pues no creían que aquel que entró fuera su padre y esposo, más bien pensarían que un andrajoso pordiosero había irrumpido en su hogar, la familia esperó en la sala como una hora, luego de ello, Steve bajó y ellos, ahora mucho más asombrados, pues el hombre que recien subió hace un par de horas no era el mismo quien bajaba ahora por las escaleras; completamente bañado, rasurado, con su pelo recortado al estilo ochentas.  Steve se veía bien, pero su enfermedad había avanzado y eso si se le veía en su semblante; llegó al comedor y le pidió a su esposa que le cocinara el platillo preferido de él, tambien llamó a sus hijos quienes se sentaron con él a la mesa, luego, mientras cenaba les dijo.

_ Se preguntaran, ¿qué sucedió todos estos meses? Su familia respondió con gestos, pues aun no podían hablar.
_ Bueno, les cuento: Todo este tiempo he estado ocupado en la construcción de una máquina, la cual me sacará de esta época antes de que muera, viajaré a otra época en donde estaré sano. En otras palabras, estoy por terminar una Máquina del Tiempo y me iré en dos días o los que necesite para hacer un ultimo ajuste. Su esposa e hijos se vieron entre ellos y cada quien pensó: 

_ ¡Se volvió loco!

Steve siguió comiendo convencido de que su máquina funcionaría y le salvaría la vida y que evidentemente, su familia pensaba que estaba loco pero eso a él lo tenía sin la menor pena, pues la emoción lo invadía, se burlaría de la muerte y viajaría a una época en donde fue sano y feliz.
_ ¿Qué? no me dicen nada, solo piensan que estoy loco ¿verdad? es una lastima no verles la cara cuando me vaya. 
_ ¿Podemos ir contigo papi? 

Dijo la hija, la menor de la familia, pero lo hizo solo por compasión a su padre, el resto de la familia comprendió la pregunta de Nadia y le siguieron el juego.

_ Pero mi amor y ¿nosotros que haremos sin ti?, llévanos contigo.

 Dijo Stefany, la esposa, con lagrimas en sus ojos, Patrick, no dijo nada, solo veía a su padre con admiración y con un sentimiento de consuelo pues para Patrick, era una manera muy original de parte de su padre para despedirse de ellos, pues el tiempo estaba por cumplirse y que mejor que su padre creyera que haría un viaje en el tiempo y no se despidiera de ellos hablando de la muerte, algo que lo pondría muy triste, su padre era un genio para Patrick, pues quien podría asegurar, ¿y la muerte no era eso? una máquina del tiempo y en el momento de espirar, su alma viajaba en el tiempo a vivir otra vida.

_ Así que familia, me despido de ustedes con alegría en mi corazón, de todas maneras me iría, pero tengan el consuelo que me voy a donde yo quiero y no a un agujero de tres metros bajo tierra. No los llevo conmigo, pero si les prometo volver un día a visitarlos, pero lo haré hasta estar seguro que puedo hacerlo, pues no sea y regrese y al regresar muera al no más poner un pie en esta época, pues la muerte seguro estará esperando por mi. Eso dijo y rió. 

_ Bueno es hora de dormir. Mi amor te espero en nuestra habitación. 

Y asi lo hicieron, todos quedaron conformes con la decisión de su padre al fin y  al cabo en unos días él se marcharía, en su "Máquina del Tiempo" o en un ataúd, la cuestión era la misma, perderían a su padre. 

Esa noche Steve le hizo el amor a su esposa como nunca y pasaron toda la noche hablando de mil cosas que habían hecho juntos, de cómo se habían conocido, cómo la había conquistado, cómo se enamoraron, el día que se casaron, el nacimiento de sus hijos, hasta que llegaron al día de la fatídica noticia. Y, cuando ya amanecía de nuevo se amaron y luego de hacer el amor matutino quedaron abrazados y se durmieron hasta tarde.

Por fin el día llegó, el día en que Steve probaría si su trabajo de casi seis meses daría frutos o si solo había pasado entretenido esperando su muerte. Se reunieron todos en la cochera, al entrar la familia de Steve quedó asombrada de ver el aparato que en esos meses Steve había construido, que por un momento creyeron en que si era posible viajar en el tiempo.

_ Ok, ahora programaré la máquina del tiempo para enero de mil novecientos ochenta. El día no me interesa, lo que me interesa es iniciar mi nueva vida con aquella maravillosa década cuando tendría unos diecinueve o veinte años, luego hago bien las cuentas. 

Decía Steve con la emoción a flor de piel, lo cual contagio a su familia, pues de inmediato preguntaron.

_ ¿Cómo te ayudamos mi amor? 

Dijo Stefania, luego dijo Nadia. 

_ Si papi, ¿qué hago?, dime ¿qué botones debo mover para tu increíble viaje en el tiempo? 

Patrick dijo.

_ ¡Eres un genio padre, te voy a extrañar mucho!, pero estaré feliz por ti y tu nueva vida.
_ Está bien, ¡tú harás esto!... ¡Tu esto!... ¡Y tu mi pequeña! oprimirás Enter y eso me llevará en el tiempo.

Despues de media hora entre instrucciones y despedidas y chistes y alegrías. Steve se colocó en el lugar que le correspondía, Stefania hizo lo suyo, Patrick tambien, mientras Nadia espera oprimir la tecla Enter.

_ Ok, ¡estoy listo!, Stefania, empieza con tu secuencia. 

Y Stefania hizo lo que tenía que hacer...

_ ¡Completada! 

Dijo Stefania con su rostro iluminado de alegría. Al cabo de un par de minutos, Patrick dijo.

_ Y, ¡listo!
_ ¿Cuando digas papi? 

Dijo Nadia con felicidad en su rostro y lagrimas en sus ojos.

_ Los amo familia. 

Dijo Steve... 

_ ¡Ahora mi amor!

 Y Nadia tecleó Enter y la máquina inició su secuencia; entre sonidos extraterrestres y ochenteros, luces estroboscópicas y rítmicas y luego de llenarse de rayos a lo Testla; Steve desapareció de la cochera y en cuestión de segundos apareció en algún lugar en el tiempo. 
Steve había tenido éxito...

_ ¿Dónde diablos estoy? -dijo Steve-, espero estar en mi país, pero este lugar no lo conozco o no lo recuerdo. Steve respiró profundamente y sintió que sus pulmones se llenaron de un aire puro y fresco, luego de esa profunda respiración se reviso el lugar de sus dolencias y nada, todo estaba perfecto.

_ ¡Dios mio, ha sido exitoso mi viaje!... ¡Lo logré! ¡Estoy sano! 

Esto gritaba Steve y era tanta su alegría que no se dió cuenta que por poco era atropellado por un joven, quien viajaba en un Pony de Hiunday, con su radio sonando al máximo, en su radio sonaba un éxito de los ochentas o de finales de los setentas. Este con secuelas de la celebración recien pasada del año nuevo, le grito a Steve.

_ ¡Cuidado viejo borracho!

Steve quedó paralizado, pensando, me acabo de salvar en el futuro de mi muerte y este pendejo por poco y me atropella, ¡pudo matarme! pero no ¡jajajaja! 

Luego quedo privado y al rato reaccionó...

_ ¿Quéee? ¡Viejo!...
_ ¡Debería de estar joven! de veinte lo más, pero no, ¡viejo!

Aterrado corrió y atravesó la calle, se paró frente a una enorme vitrina y efectivamente, Steve seguía de cincuenta, viajo en el tiempo, pero este no le devolvió su juventud.

_ ¡Maldición y ahora que!... 








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