martes, 9 de agosto de 2016

La Vieja Canción


Las luces me acompañaban y en las calles sonaba una canción y en el momento álgido de la letra de aquella vieja canción mi corazón tambien cantó y en ese momento hasta se iluminó, tu recuerdo vino a mi y a penas me despedía de ti, decidí regresar y así lo hice, cuando estuve frente a tu casa me senté en las gradas de enfrente y simplemente me conformé con sentir tu aroma, pues dormías como la bella durmiente, ganas me dieron de escalar por la torre y robarte ese beso que te traería de regreso del sueño eterno, pero me dije; ¿y si sueña conmigo tonto sería? pues seguro ahí en sus sueños disfrutará mucho más de mí que despierta, eso me reconfortó y por otro largo rato me quedé ahí soñando junto a ti. La diferencia era, que yo soñaba despierto y te hacía mía, te hacía muy feliz, ahora mi corazón y yo cantábamos la misma vieja canción de amor. 

Me levanté y de nuevo me encaminé por la misma calle, las mismas luces me acompañaban y en el cielo junto a miles de estrellas, la  plateada luna tambien me hacía compañía y la vieja canción aun sonaba, me detuve justo a ahí, para descubrir de donde provenía; tonto de mi, la vieja canción que escuchaba y que a mi corazón había encendido, provenía de mi, como todo enamorado que escucha la vieja melodía, una que un día emocionó a mi corazón, la misma emoción que al verte por vez primera sentí, en cantante en ese instante me convertí, me paré bajo un poste, lo abracé y creo que hasta lo besé pensando en tu rica boca, cerré mis ojos, mientras en mis oídos la vieja canción aun oía. 

Que lindo es el amor, estar enamorado de la mujer que llena todo tu ser, la misma que ahora duerme y sueña conmigo.  
Empezó a lloviznar y yo seguía ahí, escuchando esas bellas y atinadas melodías, letras que coincidían con lo que mi corazón y yo por ti sentíamos, transcurrió la noche y heme ahí, ahora mojado, escurriendo por fuera gotas de agua, pero por dentro escurría lluvia de amor y era por ti y para ti. 

Ese amor que un día broto de mí para ti y bien recibido fue por ti, eramos tal para cual, uno para el otro, sin dudarlo corazones gemelos, ya pasaría de la media noche y de nuevo retome mi caminó, junto a mí, las luces, estrellas y enorme luna, mojado pero ya sin lluvia el suelo reflejaba en el agua todas esas luces y tu lindo rostro tambien en ellos aparecía y mi vieja canción entonada a todo pulmón por el mejor interprete, mi corazón. 

Cada paso que daba, lo daba por ti, pues en mi mente solo tú, caminé sin darme cuenta que daba vueltas, la verdad no quería alejarme mucho de tu vecindario ni llegar a mi casa, pues tendría que dormir y corría riesgo de alejarme un minuto de ti, pues no es garantía soñar con quien quieres y yo quería seguir soñando contigo y despierto seguro lo haría. 

En mis sueños se repetía el día que te vi, las cuadras que te seguí, tu dejándote alcanzar yo te vi, pero miedo sentí y ese día solo tu casa descubrí para mas tarde pasar por ahí, esperar por ti, a que salieras de ahí, pues seguro tendrías que salir aunque sea a la tienda o adonde vivía tu tía, paciente fui y al cabo de un rato te vi salir, me viste y sentí a tu corazón latir, la emoción en tu rostro vi pues, el rosado de tus mejías se encendió y a tu carita iluminó, pasaste a mi lado yo te sonreí y aunque no querías tambien me sonreíste, eso me dio valor y acompañarte pedí, me dijiste que si.

Mientras caminamos un camino largo pues, ese elegiste para estar más tiempo a mi lado, con temor la mano te tomé y al sentir tus dedos enrollarse con los míos, escalofríos en toda mi piel sentí, solo en nuestras manos ese rico calor sentí; tus manos esponjaditas, asi era como las sentía, luego de llegar a donde te dirigías me dijiste; ya vuelvo, no me tardo. 

Pero para mí la espera fue de un siglo, aunque solo fueron unos breves segundos, diste el recado como telegrama y de ahí en seguida te vi salir, apresurada para estar a mi lado, me tomaste de la mano y de nuevo el mismo escalofrío; nos quedamos callados frente a frente y las luces estaban ahí, la luna a su reflector activó y nos iluminó, pero en realidad era el amor que rondaba alrededor de dos chicos que sin duda enamorados ya estaban, vi como tu pecho se agitaba y tu corazón con el mío hablaban a través de nuestras manos, tu palpitar y el mío en tremenda conversación, yo me acerque y tú atraída como si un imán poderoso en nosotros, adentro tuviéramos, que nos atrajo con tremenda fuerza hasta que nuestros labios sintieron el aliento fresco y rico el uno del otro y nuestros corazones por fin se conocieron. 

Porque ahora estábamos besándonos y por nuestros labios yo sentí como nos intercambiamos el alma y ahora en ti, mi corazón y en mí el tuyo, al mismo tiempo en nuestros oídos la vieja canción. 

Que casualidad que nos gustara a los dos, luego de largo beso y de abrazos tímidos sin soltar mi mano caminamos de regreso y antes de llegar a tu casa, otro delicioso beso y un hasta mañana, salgo a las cuatro del colegio, ahí estaré lo prometo dije, y así lo cumplí. 

Mientras esperaba por ti, la vieja canción me instruía con sus versos palabras hermosas, las cuales te recite después de saludarte con mis labios y tomados de la mano de nuevo y con rumbo a tu casa.

Lugar en donde ahora sueñas conmigo y yo sigo aquí, con estas luces, cielo estrellado y luna plateada camino a la mía escuchando linda y vieja melodía. 

Mira que locura ya empieza a amanecer, me iré a la cama a pensar en ti y así hasta que me quede dormido, pero lo que siempre estuvo conmigo desvelándose y enamorándome más, fue esa vieja canción. 





No hay comentarios.:

Publicar un comentario