viernes, 5 de agosto de 2016

Una historia de amor y desamor en el cielo


Un corazón perdido volaba y era mecido por el viento, atado a él, un cordel que no era otra cosa más que su vena aorta, por donde pasaba a todo regaba con su sangre y era sangre bendita pues, del suelo flores nacían, los enamorados disgustados se perdonaban, los ancianos recibían caricias de sus amados hijos, los perros abandonados y callejeros conseguían quien los adoptará. Pero el corazón seguía su vuelo sin sentido, ni dirección, ni destino y aunque estaba aun repleto de sangre con el tiempo la perdería por completo, las personas y todos alrededor ignoraban el espectáculo; era un globo más, que a un chico se le habrá soltado y este seguía en su soledad mecido por un viento que se burlaba y con el lo balanceaba y se lo llevaba para donde quisiera, sin que el corazón hiciera nada para evitar tal abuso, tal vez quien le dejo libre y a la deriva le hizo mucho más daño que aquellas ráfagas de viento. 
Como era un corazón pesado debido a que estaba recien liberado y en él de sangre estaba aun lleno, volaba muy bajo, como pidiendo sin hablar, mucho menos gritar que alguien lo salvara que de su aorta lo tomará y lo  bajara, que diera una recompensa para encontrar a quien sin él en algún lado yacía, quizá tirado sobre el suelo o en algún cuarto a oscuras, sufriendo por tan delicada y valiosa prenda perdida y destrozada. 
Alguien que lo vio cuando muy bajo pasó, dijo creer ver que no era un globo lleno de helio el que como loco volaba, se parecía a un corazón humano y su aorta estaba como arrancada, pues se veía lastimada, creo que la otra parte estará en el pecho de algún pobre desdichado o desdichada que ahora en silencio muere, pero nadie le puso atención y cada quien siguió con sus actividades cotidianas. Yo digo; cuantos corazones no vemos a diario pidiendo auxilio y volando sin dirección, ni consuelo y ante nosotros, solo la indiferencia se asoma. 
Ahora el corazón se elevaba otro tanto más, el viento quien seguía sin consideración viendo como se desangraba lo elevaba, pues la perdida de sangre lo volvía más liviano y ahora era más fácil que este se elevara y de seguir así se elevaría mucho más, hasta en el firmamento en un cielo lleno de polución, perderse y ahí morir sin nadie que se preocupara por él; quizá saldría de nuestra atmósfera y se perdería en la oscuridad de un inmenso universo mucho más insensible e indiferente que el de nuestra gente, las personas que nos rodean. 
Pues, aunque vivimos en una sociedad cada día mas densa, el individuo como tal esta cada día más solo, paradojas del nuevo siglo, más personas en el mundo, pero más soledad en cada ser. Mañana será otro corazón el que vuele sin sentido, ni destino y ese podría ser el tuyo o el mio y a nadie tampoco le importará, pues somos un numero más, una estadística nada más, ya no somos personas a las que de nombre antes nos saludaban. 
Efectivamente, ahora la sangre que al suelo llegaba apenas era una leve brisa rosada, la cual casi no hacía nada, ya no había efecto a quien tocará, ni siquiera el que lo recibía se molestaba en limpiarlo, como suele suceder cuando nos cae algo del cielo y nosotros ni enterados seguimos con nuestros asuntos, preocupados, tratando de hallar una solución a tanto problema que llevamos en nuestra cabeza, sin saber que la solución puede estar a mi diestra, sí, en un amigo, hermano, padre; pero bueno. 
El corazón desesperanzado siguió ascendiendo y los vientos que con él jugaron abajo en donde se concentra tanto smog, por fin el corazón los superó y llegó a un lugar con aires más frescos, sanos como los de antaño, ahí iba con rumbo hacia arriba y más arriba, pero en su viaje se topo con alguien, una bella ave que felizmente por ahí volaba, ella disfrutaba del aire fresco y de su libertad por muchos envidiada. ¡Hey fíjate por donde vuelas! dijo el ave, quien iba inspirada y adormitada, pero al no recibir respuesta observó bien al objeto volador y se dio cuenta que era un corazón que ya casi no tenía sangre y que su aorta simplemente goteaba, se dijo; ¡Dios mio! un corazón humano, lo sé pues los e visto antes devorados por aves de carroña, pero, ¿este que hace por aquí a estas alturas? 
¡Hey amigo! ¿qué haces por aquí?, ¿te sientes bien?, el corazón a penas pudo responder y a la bella ave, la única que le presto atención le dijo; estoy muriendo linda ave, gracias por tu preocupación..., ¿pero que te pasó?, ¿puedo hacer algo por ti?..., lo que le pasa a tanto corazón hoy día, alguien con su desamor lo destrozó y de mi cuerpo me echó y ahora somos dos los que estamos a punto de dejar de existir..., yo aquí, en estas alturas y abajo mi cuerpo, que sin mí ya no podrá vivir. Pero eso no puede ser posible; dijo admirada el ave de lindo plumaje; dí, ¿por dónde quedó tu cuerpo? que yo te llevaré hasta él..., ya no hay tiempo amiga, pero lo agradezco, si ves bien ya casi no me queda nada, soy una simple bolsa vacía de sangre, esperanza y de lo más importante amor. ¿Amor? se repitió el ave, ¿ese no es el más bello sentimiento entre los humanos?, uno que una vez pude sentir, si que era algo hermoso, maravilloso; dijo el ave hermosa muy entusiasmada y emocionada. 
Así es amiga, pero como puedes ver, además de ese hermoso sentimiento existe otro que es mucho peor e igual de fuerte y es el desamor, que convierte en verdugo a quien fue el más celoso protector..., es algo que no logro entender; replicó el ave, pero mira, aun te quedan algunas pocas gotas de amor, suficientes para empezar una nueva vida o una nueva aventura, ¿no crees?..., para mí se acabo la vida.., pero, dijo el ave, estas hablando igual que ese tal desamor, ahora solo piensas en tu dolor, pero ¿que hay con el dueño de ese corazón? el cuerpo al que le perteneces, ¿acaso él no tiene derecho tambien a elegir?, debes conmigo venir y si al encontrarlo, tambien el prefiere morir pues así será, pero lo harán juntos, quiero decir, morirán, pero unidos, como llegaron a este mundo, eso me parece lo justo; ¿tú que opinas?
El corazón ya no tubo fuerzas para responder, entonces el ave tomó con su pico la vena aorta y con ella se lo llevó, mientras en picada el ave volaba, pues sus alas cerró y se dejó clavar; como quien va con rumbo hacia una piscina. Mientras ambos caían entre las nubes, a toda velocidad las traspasaban, el ave decía; ¡abran paso! 
Otros pájaros que eran simples observadores, dijeron; ojala y no se topen con un jumbo 747 y rieron pícaramente, mientras ellos seguían cayendo y cuando llegaron a la zona del smog, los vientos se gritaron; ¡miren a quien traen ahí! ¡que tal si les jugamos una broma y al pájaro le robamos al tonto corazón que antes estuvo aquí! Lo intentaron, pero el ave los esquivo y como era una ave pesada entre ellos como si nada pasó dejándolos burlados; ellos, los malos y dañinos vientos solo vieron como pasaron y después de un rato siguieron con su fregadera, ya saben, la de enfermar al ser humano con sus partículas toxicas, eso los hacía felices. 
A esa altura, el ave quien seguía con sus alas pegadas al cuerpo le dijo al corazón con apenas tres gotas de sangre, una a media aorta, otra en el centro del corazón y otra que estaba en la parte más alta, soportando la fuerza de la caída, en ella se reflejaba como el rostro del hombre que cae sin protección y su rostro se deforma. 
El ave le dijo al corazón; has un esfuerzo y dame las coordenadas, no te desmayes, ayúdame te lo pido por favor y, muy quedito le dijo las coordenadas y al final dijo; espero no haberme equivocado pues ya todo me da vueltas..., agárrate amigo que voy a extender mis alas y eso nos elevará un poco, será con gran fuerza, pero no te asustes y asi lo hizo el ave de enorme envergadura y cuando sus hermosas alas abrió, ellos se elevaron de nuevo para luego quedar planeando, solamente suspendidos en el aire, el corazón perdió el conocimiento por unos minutos, mientras que el ave afinaba la visión y con las coordenadas en su cabeza simplemente ajustó su instinto y en un santiamén localizó el lugar y al cuerpo vio tambien, casi muriendo, ¡ahí es! dijo y sus alas aleto y al lugar se dirigió. 
Por fin, en pocos segundos llegó y dijo un poco en broma; ¿alguien necesita un corazón? la chica que desfallecida estaba en su habitación simplemente sin fuerzas sonrió y luego dijo; ¡si!, ¡yo! y además agregó, por un desgraciado el mio perdí, de tajo de mi vena lo cortó y de mi lado se marchó, ya casi muero pero, ¿quien eres y a quien traes contigo?, quien soy no importa a quien traigo es a la esperanza de una nueva vida, pero eso únicamente depende de ustedes dos, solo ustedes decidirán que quieren hacer con su vida.
Esto les decía mientras con mucho cuidado al corazón lo regresaba a su lugar, un enorme y oscuro vacío en el pecho de la chica. Ya falta poco, dijo la hermosa ave, quien por fin lo colocó en su lugar; y ahora procedo a conectar la vena aorta, aunque esta muy maltratada pero creo poder unirla con el trozo que en tu pecho a quedado y después de varios minutos, como experto cirujano el corazón quedó de nuevo instalado y tambien conectado, pero este no latía, y por el sangre no corría. Dijo; tendré que hacer algo inusual en un ave pero si no lo hago ambos morirán y además dijo; ¿quien pudo destrozar de este modo a tan bello ser y lindo corazón? seguro fue un desgraciado que pronto comida de carroña será. 
Y a los cielos de nuevo ascendió y luego de perderse en el manto oscuro del cielo estrellado, pues ya había anochecido se vio que el cielo se iluminó y cuando este se iluminó se vio que de ahí de nuevo el ave en picada regresaba y en su pico una luz que a quien la viera cegaba, la chica protegió sus ojos y el ave al llegar con su pico colocó sobre el corazón un trozo de rayo, el cual de inmediato con su electricidad estática hizo palpitar al corazón y este se empezó a llenar de una sangre renovada, una de un color mucho más rojo que el que por el aire dejó regado y ahí estuvo con ellos hasta que un día, por fin los vio recuperados.

Bueno, ya me voy, que bueno que te encontré por allá perdido, regresaré y ahí estaré, pues de pronto y me topo con otro corazón en las mismas condiciones que el tuyo, de ahora en adelante ese será mi trabajo, ¡buen suerte! le dijo a la chica, ahora tienes la experiencia, no vuelvas a caer en el desamor y si te toca ya sabes que hacer, eres joven y como tú, hay miles, sé feliz por ti no hagas feliz a nadie, primero se feliz tú y con ello harás  feliz a quien te ame. 
La hermosa ave extendió sus alas y cuando se iba a impulsar, la chica le dijo; ¿que clase de ave eres tú?, nunca antes vi una igual, eres hermosa y más lo es tu corazón y de tu plumaje ni se diga, ¡es bellísimo! 
El ave sonrió y a la chica le dijo su identidad; hay  quienes me llaman Ave Fénix y dicen que de las cenizas resurjo; ¿Ave Fénix? he escuchado de ti, pero creí que no existías dijo la chica asombrada y el ave dio el impulso que por los aires lo elevó y mientras volaba hasta donde el aire era bueno y puro, hubo otro relámpago y lo que la chica vio, la dejó helada y asombrada.
Pues, ya no era el Ave Fénix quien dijo ser, quien por los cielos volaba... Se trataba de un bello ser, uno mucho mas bello que aquella mitológica ave... Era un Ángel de enormes, bellas y blancas alas, quien regresaba a donde pertenecía... el cielo.  

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