viernes, 30 de septiembre de 2016

De Regreso a mi Hogar


Esa tarde, dispuse cambiar de vida, me dirigí hasta el lugar en donde una noche que vine aquí las escondí, pues temía que me las robaran y sin ellas nunca podría de aquí a mi hogar regresar, conduje por un par de horas, hasta que al lugar llegué, me bajé del auto, uno último modelo de precio elevado, de esos que solo usan los que tienen poder económico, abrí la guantera y extraje mi agenda, en ella escribí, sobre en una hoja: A quien encuentre este auto. será de su propiedad, atentamente el dueño y lo firmé, rompí la hoja y la deje sobre mi asiento, las llaves las deje puestas en el switch, de nuevo bajé y caminé hasta el lugar en donde las deje hace ya muchos años atrás, escondidas, en ese día que llegué, pensé que pronto por ellas regresaría pues no me hallaría cómodo y feliz aquí, pero vaya sorpresa no fue así, si que disfruté mi estancia en este lugar, aprendí a amar a las personas de buen corazón y aunque mucho luche por no odiar a otras, las cuales eran malvadas, no pude y confieso que los odie y mi odio fue mucho, pedí perdón pues, me enseñaron a perdonar, a colocar mi otra mejía, pero en realidad, que hay personas a las que simplemente no se puede, seguro son hijos del que se tiñe de rojo y con esos no hay manera de reconciliación pues, nunca ponen de su parte. 

Al fin llegué, bien sabía donde estarían, aunque el lugar ya no era igual, todo estaba cambiado, sin embargo con seguridad hasta el lugar llegué y cuando intenté en él entrar, de adentro se escuchó un rugido que mi cuerpo achinó, pues aun en mí la esencia de quien vive en este lugar, pero en ello recordé, que yo no pertenencia aquí, así que sin temor entré, para ahora ya despojado de todo, mi Rolex de oro, mi Gucci, mi Armani, mis Fendi, Joyas de oro y otros accesorios caros a las que me acostumbré y que por aquí son populares y te hacen ser un personaje de valía, un tremendo personaje al cual, todos le abren las puertas; además dejé el efectivo y tambien las tarjetas de crédito, las tenía todas sin excepción, como dije; para dónde voy de nada me sirve nada de estas vanidades y de estas cosas que todos aquí aman como a un dios. 

Por fin, el de adentro seguía con su horrible rugir, se trataba de un tremendo oso gris, como de dos metros de altura y un peso que pudo descabezarme de un manotazo, pero al verme, cómo perrito se volvió y a mi se acercó, me quiso dar calor pensando que recien llegaba, yo lo reconforte y de mi calor le entregué hasta que como bebe se durmió, pobre criatura de Dios, son tan lindos, solo hacen daño para sobrevivir, eso se los enseñó la llamada: Evolución pues, hubo un tiempo que no hubo animal llamado salvaje, simplemente eran criaturas para acompañar al hombre, pero este en eso los convirtió, en salvajes y los obligó a cazar para sobre vivir, pues como dije; la evolución los obligó y en animal carnívoro los convirtió, hace miles de años después de que el hombre llegara a compartir este bello mundo con ellos, pues quienes primero poblaron este planeta fueron estas inofensivas bestias. 

Bueno, una vez mi amigo dormido, que hasta sus ronquidos eran temibles para cualquiera de este lugar pero no para mí, me encaminé hasta donde tenía escondido por lo que regresé hoy a buscar; estaba detrás de enorme roca, que hasta el mismo oso que ahora dormía hubiera sido imposible moviera, ni con una palanca, como dijo aquel, que con ella movería al mismo planeta, ni con la maldita dinamita, bueno compongo la frase, ni con el maldito uso que le dieron a la dinamita, pues a ella no es a quien habrá que maldecir sino a quien la usa para el mal, para hacer el daño. 

Nada en este mundo podría mover esta roca la cual, yo moveré sin esfuerzo, solo la empujaré y como la piedra en el camino esta se hizo a un lado y de adentro una luz tan fuerte salió que por dos segundos ciego me dejó, pero como no pertenezco a este lugar mi ceguera fue pasajera, efectivamente al cabo de dos minutos de no lograr ver nada por la intensidad de aquella celestial luz;  las vi, intactas, como si me las hubiera quitado recién; las tomé entre mis manos y las acaricié, les dije que las extrañé y luego, primero coloqué la diestra y después la siniestra, cuando las tuve en mi espalda las agité, ellas respondieron a mis ordenes, dije todo esta en orden, luego del lugar salí y el oso gris como bebe aun soñando lo que un día fue. 

Al estar afuera del lugar vi al cielo, el cual estaba lindo, despejado, el clima era inmejorable, las estrellas titilaban como diciendo hola, te extrañamos y la luna que estaba redondota como una pelotota, tambien me alumbró y de mi cuerpo al contacto con el plata de la luna mi piel se desprendió, dejando a la vista de mi Creador mi verdadero ser, mi cuerpo ahora brillaba y yo sentía en mí algo, un calor que podría a cualquier humano pulverizar pero para mí era algo reconfortante, luego de ver la belleza que ya nadie ve, por las que vine a este lugar, las extendí, eran enormes y blancas, nunca hubo algo que fuera blanco, no se de donde se sacaron que el color blanco que todos conocen es blanco, esto si es blanco, pero como podrán entender si nunca han querido ver. 

Observé a mi alrededor y vi la majestuosidad de mi Señor, lastima dije; con un suspiro que de mi escapó, si que fue bello, pero ahora agoniza, ya no es lo mismo de cuando aquí llegué, ni cuando fue creado, imagina, si no estaba como cuando fue creado para cuando llegué, ya no era lo que debía ser y ahora, mejor me voy, pues estoy sentimental. 

Agité mis alas de un blanco inimaginable y ellas suavemente me elevaron, yo ascendía y ascendía, como si fuera una nave de Cabo Cañaveral y para el cielo ascendía, yo no debería de dar una vuelta al planeta para poder superar la presión de la atmósfera, ella se abría a mi paso y yo seguí ascendiendo, hasta que a mi vista la tierra una pequeña luz se volvió, una estrella más pero diminuta y eso que mi vista es la de mil águilas, sin embargo aunque ahora ella para mí ya no existía pues ya no la veía, yo seguía en pleno ascenso, a mi lado constelaciones, cometas, otras galaxias, otros sistemas solares con otros planetas similares del que vengo como un infiltrado, pero adonde no ha llegado aun la maldad del lugar de donde vengo, pero yo seguía ascendiendo, luego de varios años luz para los terrícolas y millones de millones de distancia y me quedo corto con la cuenta, pero para que sigo si nadie nunca aquí vendrá, a mis pies quedó el hermoso sin inicio ni final, me refiero al universo, desde donde ahora estoy lo veo todo, tal cual lo ve mi Señor, pues desde aquí todo esta bajo su control, pero debido a una promesa y a una traición, el planeta que hace poco deje, poco para mí, pero no para el que ahí habita, ese lugar esta sin control de nosotros, por ello es que la maldad reina. Pero esa es otra  historia que un día les contaré, tal vez el día anterior a mi regreso, pues llegaremos como ejercito y en breve como hoy les relato esa historia, de porque aquel trato y de porque el origen del mal que ahora asesina a tan bello lugar, en el cual por años viví y mientras estuve ahí confieso, fui feliz, conocí a personas que merecen los vuelva a ver y a otros que los desconoceré pues su maldad nunca deberá de llegar hasta aquí, eso es sencillamente imposible, impensable, para ello nadie tiene el poder, solo existe un Ser, solo Él tiene ese poder y no lo permitirá, eso no. 

Deje de ver para el lugar de mis pies y vi para el lugar de mi rostro y cuando lo hice, como traigo en mí la llave de ese manto negro, un negro que nadie conoce, pues el negro que conocen de donde vengo es claridad aquí, jajaja, para darles un adelanto, aquí es tan oscuro, tan negro que pensarían que no hay nada, pero se asombrarían de las bellezas que hay detrás de este lugar que se ve tan negro y oscuro.

Entonces de ese lugar, el cual parecía que no había absolutamente nada, de ahí salio una luz capaz de destruir a todo el universo y en mi hogar entré, cuando atravesé la puerta de la nada, sonaron las Trompetas Celestiales indicando que un hijo prodigo regresaba de su viaje. 
Al pasar aquel umbral, nada detrás de mí quedó, todo seguía como si nada, como hace un instante, solo se veía ahí el hermoso y majestuoso universo. Y yo, feliz de regreso en mi Hogar.

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