domingo, 11 de septiembre de 2016

Decisiones (malas o buenas, eso son: Decisiones)


Olvidarte no he podido y estoy arrepentida, noche a noche sueño contigo, no puedo evitar, deseo saber como pudo ser mi vida, si mi decisión hubiera sido diferente, sé que eres feliz aunque no logres olvidarme, me lo gritan tus ojos que al verme brillan como el mismo sol, igual que la primera vez que nos vimos a los ojos, sé que en ese instante mi corazón por ti palpitó de gusto, tu cara me gustó, tu sonrisa casi me enamoró. Pero hubo alguien que se interponía entre nosotros, uno diferente a ti, no en sentimientos, no en belleza; la diferencia fue el dinero, tú hacendado, el otro caporal y por él me decidí, a él me entregué, lo hice la noche que mi mano a mis padres les pediste, ellos felices por que mi futuro estaba asegurado económicamente, pero mi corazón a quien no le interesan las riquezas solo los detalles, el cariño, cosas del amor que nunca entenderé. Al volver a la mañana siguiente en mi rostro la alegría, la emoción, ya era una mujer y le pertenecía a quien mi corazón eligió, en casa entré y con valor les confesé mi decisión buena o mala, eso fue. 
El tiempo quien trae talonarios miles con facturas, un día a mi choza llamó, era nuestro pobre hogar, pero yo era muy feliz, lleno de hijos, unos nacieron muertos pero el resto no, aunque eran enfermizos por falta de alimentos, pues lo que mi amor lograba no alcanzaba para alimentar a tanta boca. Ya inició mi sufrimiento, ver a mis hijos pasando hambre y frío, deseando cosas que no puedo comprarles. 
En ese instante los recuerdos agolparon en mi mente y pensé; ¿habré decidido bien o me equivoqué?, al otro tambien pude haber amado, no como te amo a ti, pero sí lo habría amado, pero en mí aun domina mi pobre y harapiento corazón. Mis padres ya murieron, qué bueno, pues no lograron ver mi desgracia. 
Pero esa fue mi decisión, escuche a mi corazón y por mí no me arrepiento, te amo tanto, ¿qué hago? si en mi pobreza aun soy feliz.
Pero como toda alegría, un día llega a su final, un mal día de mi lado te separaron, te largaste con ella, con alguien con quien nadie puede competir, ella, malvada, quien separa a los que ve muy feliz, la has de conocer por nombre, ella se llama: Muerte. 
Y, ahí sola con mis hijos y más pobre que antes yo quedé, por las noches, noche tras noche, me repito; ¿habré decidido bien?, pues ahora, aun te veo del brazo de la que es tu mujer por el parque caminar y en tus ojos, el mismo brillo que un día a mi vida iluminó. A ella y a tus hijos nunca nada les faltó, ni lees faltará, sé que eres feliz, pero que te hace falta un poco, como me lo hizo a mí, a mi me faltó algo de tu dinero y a ti te falta algo de mi amor para ser completamente feliz.
Sí mi decisión fue la correcta o fue la equivocada eso cada noche me lo hace ver y juro que no logro comprender porque siempre hay que elegir.

A mi hija, la mayor, le pasó algo similar que a mí, ella tambien se enamoró de un cara bonita, pelado al igual que nosotros, pues todo lo que gana se lo pone en vestimenta elegante para a incautas como mi hija conquistar y embarazar. Cómo ella tiene otras concubinas, jóvenes inocentes y atarantadas que no escucharon al igual que no lo hice yo, de esa relación un niño vino a nuestra humilde choza, otra boca más que alimentar. 
Para ayudar a mi joven hija, a su hijo adopté, para que ella logrará conseguir a un buen marido, alguien que le dé lo que yo nunca tuve, ni tendré, pero ella al igual que yo, sigue esperando que el desgraciado le cumpla todas las babosadas que metió en su cabeza; mientras, la sigue utilizando como juguete sexual. Mi hija no tiene corazón para con otro rehacer su vida, el malnacido sigue prometiendo una y mil cosas que sabemos bien no serán posibles, pero mi hija, sigue con sus ojos ciegos, así se los tiene el corazón.
Pasó el tiempo y un día él del pueblo se marchó y de nuevo a mi hija con promesas engañó, que volvería todo un triunfador, que lo esperé, pues de blanco al altar la llevará. 
Muchos pretendientes, buenos jóvenes se acercan a ella, pero los rechaza, les dice que esta comprometida y que pronto su prometido volverá y con él se casará.

Decisiones de mi hija, malas o buenas, eso son. Pasó mucho tiempo y la pobreza nos alejó de aquel lugar que nos vio nacer y a mi esposo en el cementerio esperando me llegue el día, con ella y sus hermanos, lejos me fui, en busca por una mejor vida, ella sigue pensando en él, quien ya nunca más volvió, por fin lo comprendió y a alguien eligió. Este, por lo menos tiene porvenir y aunque sé que el amor de mi hija esta dividido ha rehecho su vida y ahora me dio varios nietos y su esposo se ha superado y tiene un mejor ingreso y a sus hijos nada les hace falta, pero mi hija sufre, porque el desgraciado tiene una amante que no lo deja dormir en casa. 

Entonces, noche a noche me preguntó: ¿Cuál es la decisión que debimos haber elegido de las propuestas que la vida nos dio?, con ese pensamiento la vida me consume y el insomnio mi amante que noche a noche a mi cama se mete conmigo y despierta no me deja otra cosa pensar. Si fueron buenas o malas decisiones, que al fin eso son. 

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