viernes, 9 de septiembre de 2016

Quiero escapar


Escapar, quiero escapar, antes que sea demasiado tarde, la vi y me enamoré, pero al tratarla me di cuenta de lo que era. 
Una mujer joven y bella, con curvas en donde nunca agarran los frenos. Me dije; y si me estrelló en ellas, moriré, y si no muero, no podre levantarme jamás y lesionado en el corazón quedaré.  Así que me dije; ahora es el momento para escapar. 
Me escabullí entre las sombras, pero cuando me dio la luz ahí estaba ella, frente a mí, ella quiere que muerda su anzuelo, qué haré, conozco a las chicas como ella, pero es tan bella, 
que valdrá la pena tomar el riesgo de viajar sin frenos por esas empinadas y pronunciadas curvas. 
Lo que haré, es tratar de frenar con motor, a ver como me va, pero consiente estoy de que caeré en los baches de los celos y a mis neumáticos dañaré, caro saldrá y no tengo ni para pagar una seguro, seguro de amor. 
Con ella no tendré momentos para descansar y tomar aliento para seguir adelante. 
Ella es deliciosa, es como el vino, si la pruebo no podré dejar de beberlo, alcohólico seré, mujer no me convienes, deberé de ti escapar. 
Me escabulliré bajo la lluvia, pero con paraguas en manos ahí está, mujer me quieres para ti, seré tu destino, pero para mí espero que no. 
Un pez en sus redes seré y en su acuario como adorno ahí atrapado quedaré por el resto de mis días. 
Vulnerable soy, ante ella no puedo ni descansar para tomar aliento, sé que es bella y que cualquiera moriría por ella, yo no soy suicida, yo no quiero dejar mi vida junto a la de ella, es mejor vivir una vida con alguien con quien de su lado no desee nunca escapar, que viviendo en un castillo y deseando todo el día escapar y de ahí salir con vida. 
Subir a la torre más alta, dejar crecer mi pelo y amarrarlo para después, colgando de él bajar por las piedras de bello lugar medieval, pero al bajar y el suelo tocar, ella en su corcel blanco con el seño fruncido, tanto ella como el caballo me impiden huir.
Un día por fin de su lado logré escapar, pero al recordar sus enormes ojos negros como idiota a ella volví, al estar frente a ella mientras me abrazaba y me besaba reaccioné y conmigo mi enojo fue, pues por fin había escapado y ahora en sus brazos una vez más ideando un plan para lograr escapar de su lado, de sus curvas, de su cabellera ondulante, de sus ojos negros, de sus labios rojos, fuente de vino tinto. 
Tratando de no mirarla, pero la miro, y la verdad nunca la he visto tan bella; belleza que me vuelve loco, pero consciente estoy que si no me largo de aquí tarde que temprano moriré de celos. 
Así que he de escapar y está vez, no pararé ni para tomar aliento y en mi mente junta a mí seguro ella se irá, pero escaparé. 

Escapar, quiero escapar, huir de mi destino y de esos enormes ojos negros, mi corazón fue quien activó la alarma, vaya traicionero, si fue él quien me acercó a ella y ahora me obliga a salir huyendo. 
Pero ella no me deja huir, mucho menos de mi se aparta, creo que ella ya lo presiente, a lo mejor me quiere bien y solo es, que soy inestable en cuestiones del amor. 
Escapar, huyendo de mi destino y de esos maravillosos y enormes ojos negros, bajaré la mirada porque si ella me ve otra vez, perderé el valor de huir, de separarme de ella y de nuevo a empezar. 
Aprovecharé que ahora hay un temblor y de ella escaparé, pero de los escombros ella salió y de nuevo en su brazos estoy. 
Me rindo, con ella me quedaré, soportaré tanta belleza, y en sus curvas me esconderé para disfrutar del vino tinto que hay en sus labios. 
Creo sí es mi destino y el de ella también, ahora siempre y en todo momento estamos juntos, segundo o minuto, de la mano por bellos lugares viajamos juntos y aunque todos la ven y la desean; ella y sus ojos negros solo me ven a mí. 
Gracias destino, por detenerme cada vez que logré de sus brazos escapar. 
Seré un loco y ella mi camisa de fuerza. Seré su pez y ella mis burbujas. Seré las nubes y ella será mi trueno. ¡Wao! ¿qué mujer! Seré los labios y ella mi carmín. Ella la flor y yo el picaflor.
Atrapado en su red por fin quedé y confieso que ahora muy feliz soy. 
¿Escapar? ¡ya nunca más! Nuestro castillo medieval, es nuestro hogar y sobre el hermoso corcel blanco, nuestros bellos hijos. 
Ahora soy fugitivo furtivo y feliz en cautiverio y aunque mi cabellera sí creció, solo me sirve para atarla y envolver a mi bella mujer, de enormes ojos negros y labios sabor a vino tinto.  











  

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