lunes, 10 de octubre de 2016

Primos, gatos y espantos


Era ya muy noche, qué miedo sentí, en mi sábanas me escondí, pero sentí que seguía ahí, me dije; debo de salir y afrontar mi destino, sino es hoy nunca lo haré y su esclavo por siempre seré, así que arrojé mis protectoras sábanas que desde niño me han dado calor en las noches frías de invierno inclemente, pero ahora estamos en otoño y los arboles pelones están, y sus lúgubres sombras asustan a cualquiera, pues forman imágenes fantasmagóricas, eso era lo que por mi ventana veía cuando la luna estaba grandota y como foco de cien watts alumbraba que las sombras hasta mi ventana me acechaban; pero esta vez, acompañadas de extraños ruidos  llegaron hasta mi acogedor cuarto, tomé mi mandíbula y el ruido cesó, vaya si soy yo, me dije; ahora con más valor de mi cama me levanté y hasta la ventana me asomé. ¡Maldición! que susto se llevo el negro gato y tambien yo, ¡jejeje! Huye cobarde, le grité, pero tambien me yo asusté. Ahora otro ruido a mi llegó, a acompañar el castañeteo de mis dientes y se trata del tambor que llevo en mi pecho, mi corazón que se inundó de adrenalina, esa que casi me orina. Qué claridad hay afuera, entre los árboles pelones la luna que se asoma, me sonríe la bandida, todos estos días me has tenido sudando bajo mis cómodas y fieles sábanas. 
Con mis codos apoyando mi mandíbula, que aun suena como calaca vieja y los tambores que agitan a mi pecho, sigo parado aquí y miro a lejos al gato negro lamiendo sus pelotas, las sombras que se mueven me invitan a salir, pero les digo; ¡por baboso si lo haré! en ellas logro ver que se asemejan a: Brujas, calaveras, siluetas fantasmagóricas. Creo, que aquella debe ser la llorona, qué bruto soy, pues si lo fuera ya no estaría aquí. 
Pero, sí tiene forma de mujer, esta con una tela que se mueve al ritmo del poco viento que ahora hay, tiene excelente figura. ¡Baboso soy! si es la sonámbula de mi prima. 
¡Qué buena está! me acercaré, la pobre se podría perder, alejarse mucho y llegar hasta la carretera y ahí la confundirán con una mujerzuela y si es virgen, ya no lo será; mejor que me lo de a mí y no a otro pendejo, quien sabe quien será y como siempre he dicho: Mejor que quede en familia. 
Por la ventana de un brinco afuera ya estoy; ¡ah gato desgraciado! creí que todos enterraban su mierda, pero claro, con el susto que le di y que me dio, ¿será cagada de él? o a  lo mejor es mía, pero si fuera mía estaría adentro, sí es del gato negro que sigue lamiéndose las bolas. 
¿A dónde cogió mi prima? ya no la veo, estaba por ahí, seguiré por el camino que me conducirá hasta el cuerpo perfecto de mi prima, el que varias veces me ha dado calor cuando la acecho mientras se baña; ella en agua y jabón y yo en los jugos que salen de mi cuerpo varonil, ¡jejejeje! 
¡Vaya cabrona! ¿para dónde se fue? no alcanzo a divisar aun nada y mis mandíbulas me quieren de nuevo temblar, si lo hacen ahora me pararé sobre mi propia mierda, pues de que me cago, me cago. 
Mi casa ya apenas se ve, las que no dejan de seguirme son las sombras de estos condenados árboles que calvos hoy están, los prefiero con estilo afro, pero para eso falta mucho. ¡Un momento!, ¿qué diantres fue eso?, creo es la buena de mi prima, estará desnuda con ese diminuto y transparente camisón, hoy si me rayo, pues la bruta pensará que es un sueño o ¿seré yo quien sueño? pronto lo averiguaré. 
Miren que linda, sentada esta ahí, sobre esa enorme raíz del viejo roble que sembró mi padre cuando era un niño junto a mi abuelo, árbol viejo, sin duda, no debo hacer ruido pues si despierta se podría morir y entonces me quedo sin la bella prima que me enseña sin ella saber sus tetas y sus respingadas nalgas. 
Ya se me paró, pues ya no escucho los tambores en mi pecho, ni las castañuelas de mis muelas; mi amiguito aquí abajo esta chiquilín, raro pues no hay frío, pero estará asustado, ahí está; linda se ve, se le ve la raja del culo, que barbaras nalgas las que tiene. 
La luna que bien que ayuda, pues a las telas hace traslucidas y parece como si desnuda está. ¿Qué putas fue eso? no vengan con huecadas, pues lejos de mi hogar estoy, esta vez no son mis muelas ni mi corazón, pero si que oigo ruidos o serán lamentos y ¿si esta cabrona no es mi prima y es la loca de la vieja llorona?, ya me cargo, su hijo seré y con ella me iré, mejor regreso a mi casa, pues ahora si que me ahuevé. 
Ya voy en busca de mi rica cama y mis protectoras sábanas; condenada luna te has apagado, pero que digo, seguro alguna nube que se poso entre nosotros. 
¿Qué es esto que me atrapa de mi pie? y no me deja caminar, si solamente es una sombra. ¿Sombra? para que haya sombra debe haber luz y la luna hace un rato se apagó, entonces ya estoy jodido, pues no es sombra, siento una mano que me toma de mi pie, fría y negra mano. Mira lo que vine a conseguir, pensé sería la rica de mi prima, pero me consigo una fría y negra sombra, solo espero que sea femenina y no sea una sombra de negro vigoroso y ansioso de tener algo conmigo. 
Por favor, quien quiera que seas, me sueltas mi patita, por favor, debo volver a mi caliente cama a mis sábanas que me esperan; se los advierto, me sueltan o se las verán con ellas, las escucho venir. 
¡Por la tremenda maldición! ahora me tomo el otro pie, es negra y fría como la otra, que jodida me lleve y todo por la pendeja de mi prima.
Lunita, regresa por favor, si regresas estas sombras desaparecerán, gracias mi Dios. 
La condenada nube desapareció y la luz a regresó, ahora sí, coman mucha mierda manos negras y frías, libre seré, ya veo el camino de nuevo y las lúgubres sombras de estos árboles pelones. 
Pero sigo sintiendo las frías manos que me sujetan los tobillos, ¿será que miro? ¡ay! que miedo, lo que escucho no fue un quejido; pero, sí se sigue quejando y mis tobillos aprieta tan fuerte, qué si siguen apretando así, la sangre a mis pies ya no llegarán y cojo quedaré. 
Suelta mis pies, quien quiera que seas... ¡Por Dios te lo suplico...!

- ¿Eres tú primo? 

- ¡Jajaja! la pendeja de mi prima, que seguramente azotó hace ratos y cuando me sintió pasar por aquí de mí se agarró. 

- ¡Hola primita!... ¡Ah priimiitaaa! ¡qué buena estas condenada! Pero te veo desnuda, ¿qué paso con tu camisoncito rosado? 
- Míralo ahí esta, atrapado en la rama de este árbol ¡jejeje! ¿aun estas dormida? 
- Qué dormida voy a estar, adolorida estoy, pues duro fue el pijazo que me di, seguro sonámbula andaba por aquí. 
- Pobre de ti, suéltame, voy por tu ropita, pues mírate, estas desnudita. 
- No te dejaré, contigo iré, pues otro pijazo igual y no la cuento.
- Pero estas desnuda, ¿no te da pena qué te vea así? 
- Qué pena, si ya me conoces hasta la mas intima arruga que no tengo, ¿crees qué no te veo cuando te jalas el pito por mí?
- Que vergüenza prima, no me digas esas boberas, ven levántate y vamos por tu ropita, pues puedes agarrar un resfrío. 
- Eso es lo único que tú agarraras, ¡suéltame las nalgas abusivo, cabrón! te dejo me veas desnuda, pero de tocar, eso si no.
- Mira, aquí esta tu camisón, ponlo en tu cuerpecito y volvamos a casa. Mira quien esta allá. 
- Sí, el condenado gato que me tiene hedionda la pata y sigue lamiéndose las bolas. 
- ¡Ah! ese era el hediondo olor, yo dije; del pijazo me cagué, pero veo que el cagado eres tú.         - Bueno primo, gracias por ayudarme a regresar a casa. 
- No te preocupes prima, para eso es la familia. 
- Buen,o hasta mañana; yo en el baño y tú, por el agujero jalando tu pellejito. 

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