lunes, 3 de octubre de 2016

Un lugar de nombre: Utopía


Soy, de un mundo, dónde nadie es mejor ni peor, todos somos iguales, de un mundo sin clases sociales, sin divisiones, sin partidos políticos, ni religiones, un lugar donde el viento siempre sopla suave y acaricia la piel, un mundo, donde nadie presume, ni asume, donde hay libertad y nunca hubo esclavitud ni la habrá...

De un lugar, dónde hay libertad, dónde no cabe ni cabrá la enfermiza esclavitud entre hermanos. 
De un lugar, dónde un caballero a la dama le sede el lugar.
De un lugar, dónde no hay maltrato infantil, ni a la bella mujer, mucho menos familiar.
De un lugar, dónde el niño juega, estudia, es sano y disfruta de su mejor edad.
De un lugar, dónde el político nunca miente y cumple sus promesas de campaña
y el que pierde, lo hace con dignidad, respeto y tiene la capacidad de aceptar su derrota.
De un lugar, dónde el anciano es querido y cuidado, es amado y tambien escuchado.
De un lugar, dónde hay más escuelas y hospitales que bares y burdeles,
cantinas y centros de perdición y drogadicción.
De un lugar, dónde reina el amor y la paz, nunca el odio ni las guerras y mucho menos hay armas mortales; solo utensilios necesarios para el uso y sustento diario.
De un lugar, dónde nadie insulta y maltrata, pero acepta y perdona sin preguntar, se respeta lo ajeno, pues eso es el amor y la paz.
De un lugar, dónde la mujer no es maltratada, mucho menos violada y nunca será asesinada, por el contrario, es admirada y respetada y por su hombre siempre amada.
De un lugar, dónde no hay religión, solo un Dios y su palabra es ley; dónde todos respetan sus mandamientos y nadie comercia y se hace rico con la fe; mejor, vende sus riquezas y lo sigue por su senda de paz y de amor.
De un lugar, dónde nunca un niño se enferma y vive su niñez normal, disfruta de los juegos con amigos de su misma edad, crece sin prisas, ni mañas; viven y disfrutan de su inocencia, la que perdura hasta llegada su vejez y luego muere en paz.
De un lugar, dónde el hombre respeta a su mujer, jamás la ha golpeado físicamente, tampoco psicológicamente, solo la ama, no tiene ojos para otra que no sea ella; madre de sus hijos, su amiga, su esposa y su amante y ambos disfrutan de su hogar.
De un lugar, dónde las mascotas son parte de la familia, no se ven por las calles buscando alimento, abrigo y una mano que les regale una caricia; de un lugar, dónde no hay maltrato animal.
De un lugar, con cielos azules y despejados, con sus estaciones muy bien marcadas, dónde nunca hubo una catástrofe por el cambio climático; de un lugar, sin esmog, ni contaminación ambiental, auditiva, ni visual.
De un lugar, con extensos bosques y los árboles son admirados, venerados y cuidados por su labor natural; un lugar, con abundante agua potable y aire puro, para los pulmones de quienes lo habitan jamás enfermar.
De un lugar, dónde los animales silvestres y salvajes no temen ser extinguidos, pues son respetados y sus hábitats son protegidos y conservados, jamás hombre puso un pie en ese sagrado lugar; pues Dios puso a cada quien en su lugar y hasta ahora ahí están.
De un lugar, dónde no hay tecnología para a las personas enajenar, todo ahí pasa como las aguas del río, en su momento y en su lugar; la tecnología es exclusiva para la economía, la educación, la salud y, la imaginación para construir, nunca destruir, para crear, para disfrutar.
De un lugar, dónde se disfruta del sexo pero con amor; de un lugar, dónde cada quien nace con su media naranja y una espera por el otro para entregar toda la miel que solo le pertenece a quien le corresponde, pues el amor entre pareja no se hizo para un tercero, ni para compartir, es para dos nada más y nadie trata de tener más que una mujer, para poder demostrar que es un hombre digno de admirar.
De un lugar, dónde nunca importó el color de la piel, dónde no importa si eres bajo o alto, si eres gordo o flaco, solo importa lo que traes adentro y bajo tu piel, lo que habita en el corazón y que muchos llaman alma o espíritu, total es igual.
De un lugar, dónde los vientos no son violentos, las aguas son tranquilas y  solo existe un único océano, que se llama: Océano Pacifico; de un lugar, que no sabe el significado de la palabra catástrofe; de un lugar, que únicamente sienten odio, un único odio, y es que odian las guerras; por ello nadie habla de ellas; un lugar, en dónde no hay armas, solo plumas para escribir las más bellas canciones, los mas bellos poemas, dibujar y pintar las mejores obras de arte.
De un lugar, dónde no hay moneda que valga más, pues es una sola; de un lugar, dónde el sueldo minimo es el mismo para toda la humanidad; de un lugar, dónde no hay ricos, no hay pobres, no hay hambre, no hay enfermedades, no hay frío, no hay calor, el lugar es templado y despejado, siempre hay luna llena y cielo estrellado; de un lugar, dónde el sol no causa cáncer en la piel, solo da vitamina D; de un lugar, dónde no hay sequías, ni inundaciones; de un lugar, dónde la siembra siempre es buena y la cosecha es abundante y sus frutos no se venden, solo se intercambian con el vecino y los de más allá, al norte o al sur , al este o al oeste.
De un lugar, dónde no hay ansiedad, no hay depresión, nunca se supo de un suicidio, de un engaño, de una traición, de una maldad; de un lugar, sin importar que a uno le guste el rojo y al vecino le guste el verde, siempre encuentran un color neutral para poder conversar. 
De un lugar, sencillo, pero de un gran valor, dónde no conocen el oro, lo ven como otro metal más; lo que aquí tiene valor, es la vida, la cual es respetada y la viven con armonía y mucha alegría.
De un lugar, que valoran las cosas pequeñas y sencillas, esas que dejan mucho más al pasar, que dejan algo muy grande pues, el que lo es, es aquel que permite que el aire sople de afuera hacia adentro de su hogar, nunca de su hogar hacia afuera.
De un lugar, sin clases sociales, sin banderas, ni conquistadores, solo colonizadores que de dónde lleguen bienvenidos siempre serán y los que llegan, llevarán conocimientos para compartir y de los oriundos aprenderán lo que ignoran y lo respetarán, no querrán imponer sus costumbres, mejor las comparten y obtienen nuevas y mejores; de un lugar, dónde nadie se impone, más bien todo se consensúa y se elige lo mejor para todos o las mayorías, pues al fin todos somos iguales.   
De un lugar, dónde no hay país en vías de desarrollo o subdesarrollado, ni potencia mundial; de un lugar, dónde no hay fronteras, ni peajes, no existen las visas para poder con libertad transitar, ni hay nacionalidades, pues todos habitan en el mismo lugar, el mismo planeta, que no es más que su casa, el hogar de todos los habitantes de tan bello planeta, que lleva por nombre: Utopía.


Continuará: Pues aquí en este planeta, no habrá nunca un final... Nadie habló, ni escribió de La Apocalipsis...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario