sábado, 5 de noviembre de 2016

Eres toda una mujer


Eres todo para mi, junto a ti quiero vivir, jamás alejarme de tu lado, porque a tu lado encontré esa sensación que no sé comprender y que nunca encontré en otra mujer. 

Siento tu cuerpo estremecerse cuando estoy en ti, mi cuerpo tiembla y es de placer, eres la mujer, eres toda una una mujer, una que jamás creí podría existir y cuando pienso en ti, me respondo; que tengo a una gran mujer.

A mi amor voy a refugiar adentro de ti, en tu corazón lo colocaré y el resto por debajo de tu piel, para encontrarlo cuando te haga mi mujer. 

Para sentir todo lo que escondes para mí, lo disimulas bien, ante el mundo eres como cualquier otra mujer; pero a mi lado y en la intimidad, sé que soy poseedor de una gran mujer, se entrega por completo y a nada me dice que no.

Soy tan feliz por tenerte junto a mí, vivir en tu dulce corazón y disfrutar del calor que brota de esa tersa y blanca piel, la cual eriza a la mía; te estremeces, me estremezco y juntos estremecemos a nuestra alcoba. 

Supe cuando te vi, que toda la vida te guardaste para mí, yo que anduve por ahí, buscando el calor que solo lo tienes tú, el amor que solo habita en ti, la pasión que solo en tu mente existe, el erotismo que sin disimulo sacas al estar sola a mi lado. 

Beso tus labios, beso a tu oído, beso a tu cuello, beso a tus senos, beso a tu abdomen, beso lo prohibido para menores, beso a tus muslos y mientras lo hago, pienso, que tengo a toda una mujer. La mejor mujer que la tierra parió. 

Cuando por primera vez te vi, algo en ti me cautivó, me atrajo y por donde caminaste con mi mirada te seguí, te diste cuenta y cuando estuviste parada frente a mí sentí morir. 

Pero con misericordia al verme desfallecer, para evitar mi muerte con ternura te vi sonreír, la vida regreso a mí.

Luego caminamos juntos, simples miradas que decían más que mil palabras, pero nuestras almas, ellas si que conversaban y se comprendían, se entendían y a nuestros corazones los hacian como locos latir. 

Yo pensé, que eras tremenda mujer y tú pensabas de mí, que era el hombre que soñabas para ti. 

Eres toda una mujer y me alegro de tenerte junto a mí, que me ames como yo te amo a ti, eres toda una mujer, lo compruebo al hacerte el amor; eres toda una mujer y se lo escondes al resto del mundo. 

Pero me lo demuestras solo a mí, pierdes la timidez y en loba te conviertes y a mi cuerpo lo devoras; te alimentas de mi piel. 

Besas a mis labios, luego a mi oído, me acaricias el cuello con tus labios, luego besas todo mi dorso, para detenerte en lo censurado y después, por el mismo camino regresas, hasta besar de nuevo mi boca, esta vez lo haces con hambre y a mis labios los muerdes, pero sin hacerles daño, solo les entregas ese placer; que te hace... Toda una mujer. 





No hay comentarios.:

Publicar un comentario