jueves, 3 de noviembre de 2016

MICULAX 3


José veía muy atentamente como los niños mientras corrían con rumbo al río iban dejando sus prendas de vestir tiradas hasta llegar al río completamente desnudos y una vez ahí, los niños disfrutaban de un delicioso baño.

__ Ya estuvo bien José, nos vamos. 

Le dijo Mariano a su primo. Pero este seguía embelesado, observando la desnudez de los niños o las travesuras de ellos, solo José sabría que pasaba por su mente en aquellos momentos.

__ Pero, ¿qué tanto observas?, son ishtos bañándose desnudos y además, entre ellos está tu hijo. Mejor vamos a robar otra gallina, la cogemos y luego nos vamos al pueblo la vendemos y,  a chupar.

__ ¡Shhhhh! que te calles, nos van a oír estos patojos. 

Dijo José sin por un solo momento dejar de observarlos, sus pupilas estaban dilatadas y sus ojos sin pestañar. José se dió cuenta que su cuerpo y mente inició a fantasear con las criaturas, que se asustó al darse cuenta que tuvo una erección y se retiró del lugar dónde se encontraba escondido vigiando a los ishtos, asustado. Mientras este observaba, Mariano se encontraba echado, recostado sobre un árbol, masticando una hierba que del suelo cortó, esperando a que su primo terminara de vigiar a los patojos. Pero, al ver como José se retiró abruptamente del lugar elegido para ver a los niños comprendidos entre los seis y doce años. Preguntó a José.

__ ¿Qué te pasó vos, te vieron los cabroncitos?
__ No, nada pasó, busquemos a tu gallina.

Se largaron y en cosa de unos quince minutos se escuchaba la agitada respiración y los sonidos que se le escapaban al José cuando eyaculaba en el ano de la gallina de color blanco, la cual, mientras este disfrutaba de su orgasmo moría degollada en las las manos de José.

__ Puta primo, hoy si estabas bien caliente.
__ Come mierda cabrón y vamos al pueblo que quiero ponerme a verga. 

José no se veía del todo normal, se veía un poco confuso, su semblante no era el de siempre, pues recien se había dado cuenta de que algo no estaba bien con él. 

Por el camino, Mariano insistía por averiguar que llevaba su primo, pero este no le respondía, por el contrario, mejor le sacaba la madre.

__ Pero José, ¿por qué te enojas conmigo?, si no te he hecho nada, esta bien, olvídalo ya no te pregunto nada, mejor decime; ¿estaba bueno el culito de la gallina?, calientito y apretadito. ¡Jajajaja! y agregó con risa picara en sus labios; Alguien se almorzará tu acabada. 
__ ¡Jajajajajaja! 

Rieron los dos, a José le regresó su personalidad, la de antes, la de siempre, algo que alegró a Mariano.

Se pararon en el parque de Patzicía y con la gallina colgando del hombro de Mariano, se les acercó una señora y les preguntó.

__ ¿Cuánto por la gallina vos?
__ Cinco varas doñita.
__ Qué bárbaro, mucho pisto pedís, mira como le dejaron el pescuezo. No, tres te doy. 
__ Dasela a la vieja vos Mariano. Ordenó el José, quien aun estaba con algún pensamiento en su cabeza.
__ Vieja tu madre abusivo, tené tu pisto y dame mi gallina.

Dijo la señora muy molesta por el calificativo de vieja que le dio el José y mientras avanzaba, en lengua (indígena) les iba sacando la madre a los primos.

__ Vos cerote, por poco y te cagas en la venta, ¿qué putas te pasa hoy? Desde que viste a esos patojos cerotes bañándose en el río estas raro.
__ ¡Sho cerote! vamos a chupar que me quiero poner a verga.

Abrazados se dirigieron a la cantina de siempre, una que les quedaba cerca del parque. Entraron y pidieron un octavo de indita y dos vasos, con la pericia de un alcohólico dividieron la bebida alcohólica en dos, exactamente como si la hubieran medido y de un solo trago se lo metieron, sintieron lo caliente, cuando este les bajaba entre pecho y espalda, después cada uno chuparon la mitad de un limón con sal. 
Despues de un par de horas chupando, salieron de la cantina bien a verga, abrazados, dando de tumbos con rumbo a su lugar preferido, el campo, se metieron entre los bosques de Patzicía y cuando ya no pudieron más, cayeron al suelo y ahí se sentaron, se acomodaron sobre la grama o el pasto, y se recostaron sobre una raíz que sobresalía de la tierra, era de un enorme árbol que se alargaba hasta el cielo. Quedaron privados por un buen rato, hasta que se durmieron por unos minutos. El que despertó primero y sobresaltado, fue José y a su primo mariano lo despertó.

__ Vos Mariano, despertate. 
__ ¿Qué putas vos José. qué te pasa ahora?
__ Tuve un sueño extraño.
__ Y por esa mierda me despertaste. Y, ¿qué putas soñaste pues?

Ambos seguían bien socados (borrachos). Que a José no le importó contarle el sueño a su primo, quien era como su hermano, dos primos muy unidos que rondaban los 20 años, con hijos, José tenía un niño y una niña.

__ Rara esa mierda de sueño vos.
__ Contá pues cerote ya me tenes con duda.
__ Soñé que nos cogíamos a una gallina, otra de de doña Chofa. El Mariano rió, y agregó.
__ Esa vieja cerota se va a quedar sin gallinas, mejor busquemos en otro lado, pues en una de esas nos descubren y nos llevan al bote vos. ¡Jajajaja!
__ Oí mi sueño pues cerote.
__ Contá pues cabrón.
__ Nos cogíamos a la gallina y cuando estaba acabando y le apretaba el cuello para que su culo me apretara la verga, resultó que ya no era una gallina sino...

Por un breve momento se quedó callado el José, con pena de seguir contando su sueño a su hermano (primo).

__ Habla pues, ¿qué putas pasó después?, ¿en qué se convirtió la gallina en tu sueño?
__ La cerota gallina, ya no era una gallina, lo que era la gallina... ¡Era un ishto cerote, vos!
__ A puta, que raro tu sueño vos pisado, eso debió ser porque estabas viendo a los cabrones bañándose en el río. Eso fue.
__ Seguramente vos, pero lo más pisado fue que me gustó y mira, tengo la verga parada aún. Solo de recordar al patojo mierda se me paró la verga.
__ Ah puta vos José, esa mierda esta mal, recordá que esos patojos son amigos de tu hijo.
__ ¡Ah! qué putas como decís vos, solo fue un cerote sueño. 



Continuará...

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