miércoles, 23 de noviembre de 2016

Un Momento Especial


Mi momento especial... 
Es cuando me voy a dormir, me despido del mundo y espero encontrarme ahí con él, en ese lugar me siento fuerte, mujer que domina su espacio, que enamora a su macho, en esas tierras manda yo, la mujer. Soy quien engaña y él quien perdona; quien queda despechado es él y para cuando regreso, me perdona sin preguntar, ni reprochar, mucho menos reclamar. 
Él me hace sentir muy bien, recorre toda mi piel, me llena de miel, me llena de amor, el cual me niega cuando estoy en la realidad, cruel realidad, a la que no quiero retornar, no quiero retomar mi cotidianidad en la vida real, por eso cada noche le digo: Goodbye.

Mi momento especial... 
Es encontrarme con él, permitirle recorra toda mi piel, me escudriñe hasta la ultima arruga que habita ahora sobre mi piel, que para él sea como si fuera una quinceañera, sin protestas me toma y me ama, yo solamente lo disfruto, sin permitir a mi corazón que se enamore de él, luego como si fuera papel lo desecho, me busco otro mejor, para que me arrugue la piel y a mi corazón también, pero de puro placer.

Mi momento especial... 
Es cada noche, cuando le permito a mi mente se encuentre con mis deseos más profundos, los mas oscuros, los mas eróticos, los más sensuales, así me veo en ellos, como una mujer enamorada y deseosa de un hombre que no se fije en mis defectos, que simplemente se alimente de mi piel, de mi jugosa miel, la que brota por cada poro de mi piel. 
Mujer exótica, mujer erótica, mujer sensual, la más deseada mujer, la que solo aparece en revistas que inquietan al inexperto adolescente, haciéndole soñar que posee a la bella y sensual mujer. Así soy yo, en mi momento especial. 

Mi momento especial... 
Es cuando viajo a lugares que solo habitan en mi mente, lugares que un día en otra vida quizás visité o ahí viví, hoy los traigo hacia mí, pero en él, estas siempre tú hombre infiel, hombre que quema mi piel, con un breve roce de tus dedos, los cuales buscan con ansiedad a mi jugosa y abundante y candente y delicada piel. 
La diferencia es que aquí, las riendas las llevo yo, aquí quien manda soy yo y quien disfruta soy yo, quien se deshace de él, soy yo, quien disfruta de sus fantasías soy yo, soy la mujer deseada y buscada por él y desechado por mí. 
Cada noche le digo después de saciar mis instintos de mujer: Goodbye. 

Mi momento especial... 
Dura tan poco, que cada día quiero llegue la noche para iniciar otra nueva aventura, rasgar mis vestiduras y quedar completamente denuda, verlo desearme y que se lama sus babas y como fiera atada esperando ser soltada para devorar su alimento, el cual, yo decido si se lo doy o no; yo decido, que come y que no; yo decido, cuanto come, si lo dejo saciarse o lo dejo con hambre. La única que importa, esa soy yo, la que una vez complacida lo retiro de mi cuerpo y de nuevo lo ato y lo dejo a la intemperie, que sufra escuchando mis quejidos placenteros con otro que no sea él. Pues una vez satisfecha, le diré: Goodbye.

Mi momento especial... 
Es cuando soy mujer plena en toda mi piel, lo único que importa soy yo y nadie más, no tengo competencia, pues en mis sueños no cabe otra que no sea yo. 
La única diosa sensual, esa soy yo; la única que escoge a quien desea, esa soy yo; la que desecha y decide quien regresa a formarse a la fila, esa soy yo. 

Mi momento especial... Es cuando a todo y a todos, les digo: Goodbye.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario