martes, 6 de diciembre de 2016

Ayúdate que Yo te ayudaré


Hubo una vez, hace ya 37 años, que mi vecina parió a su último hijo, un varón a quien llamó Rony. Lamentablemente Rony nació con un problema, por el cual se llevan a cabo hoy día las teletones, para no entrar en detalles de la enfermedad. 
Mi madre atendió a la parturienta por los cuarenta días postparto, ella se lo agradeció hasta el día en que mi madre falleció. Mi vecina, quien había nacido en una familia muy religiosa (omitiré la religión por cuestiones obvias) llevó a su pequeño al médico, quien le confirmó que su bebe tenía dicha enfermedad y que era irreversible, por lo que le aconsejó que al tener oportunidad lo llevara a terapias, para que pudiera llevar una mejor calidad de vida, si no lo hacía, Rony sufriría mucho. 
Mi vecina, tambien llevó a su bebe con su pastor y guía religioso, amigo de su padre y hermano quienes tambien lo eran, ellos llegaron a la conclusión, de que no había necesidad de médico y mucho menos de una terapia alternativa para sanar en parte las extremidades de Rony y la madre, quien confiaba en ellos. los obedeció y dejó que las oraciones, tanto de ella como de sus parientes y de su lider espiritual, llegaran a cumplir con el anhelado milagro de sanar a su hijo por completo (algo que admiro, la fe de estas personas y de lo cual, no dudo que puede suceder). 
Pasaron los años y Rony llegó a un edad, en la cual había que tomar una decisión, una que podría definir el futuro de Rony. Mi madre, quien conocía de esto, se acercó con nuestra vecina y le llamó la atención a su amiga, quien dijo; que aun esperaba el milagro que sanaría a Rony. Mi madre le tomo del brazo y con amor fraternal o de madre, le dijo.

__ Vea Pepa, Dios dice: Ayúdate que Yo te ayudaré... 
Algo que a Pepa no le vino en gracia y cuestionó la frase de mi madre.

__ Yo he leído la Biblia y en ningún pasaje, he leído eso que usted dice. 
Mi madre, algo molesta le contestó.
__ No todo esta escrito en la Biblia o a lo mejor usted no la ha leído como se debe. Pregunte a su Pastor, él le dirá si tengo o no la razón.

Mi madre se retiró, observando a Rony sobre una toalla en el piso y con otra mirada, una de decepción, vio a su apreciada vecina Pepa, quien seguía con esa burlona risa en sus labios. Mi madre, con el amor que le tenía a todos sus vecinos, antes de cerrar la puerta le dijo.

__ No olvide lo que le dije, pues si espera otro tiempo más, será demasiado tarde y usted será la única responsable del futuro de su hijo... No Dios. Él ya obró en usted y su hijo y usted ni enterada.

Mi madre cerró la puerta y regresó a la casa, lugar en donde se abrió a debate el cuestionamiento de nuestra vecina. Recuerdo que mi hermano(+) quien era Ateo (convertido a su fe, en Dios, sin intermediarios, cuando se le diagnostico de deficiencia renal). Mi hermano le dijo a mi madre, que no se metiera más con ella, pues por su religión y fanatismo no haría nada sin la autorización o beneplácito de sus lideres religiosos (Pastor, papá y hermano) algo que así fue.
Mi madre ya no dijo nada a nuestra vecina, quien con devoción y mucha fe, religiosamente llevaba prácticamente en tuto (en la espalda) a su hijo, a la iglesia para que orarán por la pronta recuperación de su pequeño Rony.

El tiempo pasó, y Rony lamentablemente no mejoró, tampoco empeoró, pero pudo tener una mejor calidad de vida si Pepa hubiera hecho caso del médico y posteriormente de lo que mi madre sabiamente le dijo, pero ella ignoró a todos.
Al paso del tiempo, Pepa un día llegó a la casa y casualmente yo atendí el llamado de la puerta, era ella, quien al verme preguntó por mi madre, yo la invité a entrar y ella entró, se dirigió hasta el lugar en donde mi madre se encontraba, la cocina. Y yo, de metido, como todo niño detrás de ella. 
Recuerdo que Pepa entró en la cocina y con mucha humildad y su rostro colorado, a mi madre, quien la atendió con mucho cariño sin recordar ya el incidente de lo que Dios mandaba: Ayúdate que yo te ayudaré. La recibió muy amablemente.

__ Hola Pepa, ¿cómo está?, ¿en qué le puedo ayudar?, ¿no me diga que le pasó algo a Rony?
Ella sonrió, con esa particular sonrisa de siempre y dio gracias al Creador.
__ No doña Blanky, gracias a Dios estamos bien. Vengo para que me de la dirección del lugar a donde me dijo que podrían ayudar a mi Rony, pero por favor, que de esto no se enteren; mi padre, hermano y pastor, por favor.
__ Claro que no Pepa, no se preocupe, hará bien en llevar a Rony, ya vera, como Dios los ayudará, pues como le dije un día: Ayúdate que Yo te ayudaré. ¿Sí lo recuerda? ¿Lo busco en la Biblia?
__ En la Biblia no esta doña Blanky, lo consulté y solo se rieron. jejeje. Sonrió de nuevo ella. Mi madre dijo.
__ Pues, esos pastores suyos no saben nada y en cuanto a usted, espero no sea tarde su decisión de llevar a Rony a ese lugar, para que lo ayuden, además, las terapias son gratuitas. Buena suerte y me cuenta por favor.

Mi madre le dio la dirección del lugar y al cabo de media hora, Pepa pasó frente a nuestra casa con Rony a tuto, ya Rony era un chico crecidito y pesado. Yo pensé: -Pobre doña Pepa, ojalá le curen a Rony.

Medio día más tarde, pasó ella con su hijo en la espalda, se le veía muy cansada, y cómo no, si Rony era un enorme muchachón. Yo corrí hacia donde mi madre, para contarle que ya habían regresado, mi madre no espero a que ella llegara a la casa a comentarle como le había ido, mi madre salió de la casa con el Dios Santo en los labios y en sus ojos se le veía un brillo especial por escuchar la buena noticia, a su lado, yo, el niño metido. 
Llegamos a la casa de nuestra vecina, tocamos y luego de unos segundos, Pepa abrió la puerta y nos invitó a entrar, mi madre como adolescente enamorada y deseosa de saber que dijo el chico que le gustaba, preguntó a Pepa.

__ ¿Cómo les fue?... ¿Qué le dijeron?... ¿Lo curarán?... ¿Verdad qué sí?...

Pero el rostro decepcionado de Pepa, fue quien le respondió a mi madre, Pepa se sentó y empezó a llorar, mi madre me dijo que fuera por un vaso con agua, a lo que de inmediato obedecí, para cuando regresé con el vaso con agua, Pepa se lo bebió todo y después entre sollozos escuchamos lo que había pasado en el lugar especializado en estos casos.

__ Me recibieron muy bien, fueron muy atentos y muy buenos, lo evaluó el médico; pero cuando le dije la edad de Rony, el médico se quitó los lentes y me vio muy seriamente y con pena en su rostro me dio la mala noticia, algo que no quise nunca escuchar. Me dijo.

__ Señora, ¿por qué espero tanto tiempo, debió haberlo traído hace mucho, para este tiempo su hijo tendría una mejoría muy notoria. Lamentablemente, su hijo tendrá una vida dificil, tendrá que movilizarse en una silla de ruedas o un andador en el mejor de los casos, sus manos no le serán de mucha utilidad y todo esto tendrá otras consecuencias que se darán con el paso del tiempo... Ella quedó en silencio por un buen rato, tambien nosotros lo hicimos por respeto y porque teníamos un nudo en la garganta, sobre la toalla en el suelo, el pequeño Rony, quien no entendía que pasaba, para él, todo estaba normal, para él, la vida era como él la vivía.
Por fin, ella siguió con su  historia.

__ Y después me dijo, muy molesto. ¿Por qué no lo trajo antes? Yo le comenté lo que usted ya sabe, lo de mi fe, entonces me dijo algo que me dolió mucho más que el saber que mi Rony ya no tendría oportunidad...
__ ¿Qué le dijo? 
Preguntó mi madre con el Dios Santo en los labios, y yo, con la duda en mi pequeña mente. Ella lloró de nuevo y tuvimos que esperar a que se tranquilizará, para cuando lo logró, ella dijo.

__ Él me dijo: Señora usted no ha escuchado aquello de... Ayúdate que Yo te ayudaré. Es de esa manera que Dios trabaja. La única culpable de que su hijo no tenga la oportunidad de poder tener una mejor calidad de vida, es solo usted. Yo, doña Blnaky, me recordé de usted, usted me lo advirtió, ahora nada se puede hacer.

Mi madre para consolarla le dijo.
__ Usted es una mujer de fe, no la pierda, y verá como Dios le hace el milagro.

Ese milagro no llegó como ella lo deseó, pero sí, de una manera diferente, Rony creció y con la ayuda de su madre y la mía, ellas le dieron sus terapias a Rony y en algo muy leve Rony mejoró. Rony, un chico muy inteligente, se logró graduar por correspondencia y ahora estudia en la universidad de la misma manera y actualmente, acuden religiosamente a su iglesia cada domingo. 
Aunque ella, mi vecina no lo diga, seguro estoy que aun hoy que mi madre ya no está, ella recuerda cuando mi madre le dijo muy entusiasmada, aquella frase que seguro aun recuerda en silencio...
Ayúdate que Yo te ayudaré.

Algo que mi madre nunca supo, mucho menos Pepa y yo tampoco, por tener una corta edad, es qué, Dios, sí respondió a sus oraciones, a las de su pastor y a las de sus parientes pastores tambien. Lamentablemente, por la confusión que hay en muchos religiosos, ella no entendió cuando Dios le respondió por medio de mi madre y seguro hoy estoy, que Dios le dijo a Pepa, por medio de mi madre: "Ayúdate que Yo te ayudaré". 
Pero ella no entendió que lo que mi madre le dijo y ella nunca encontró en la biblia, era esa la respuesta a sus plegarias. Y es qué, Dios obra de maneras que muchos de nosotros no entendemos. 
La única victima de esta historia, es Rony, quien a pesar de sus limitaciones, hoy lleva una vida feliz junto a su su anciana madre.
   



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