jueves, 15 de diciembre de 2016

TORTUGA


Una tarde, mi hermana me entregó sobre mis manos, una pequeña y frágil tortuga, al verla me asombré y pregunté.

_¿Y esto qué es? 

Mi hermana sonrió cuando la tortuga dijo.

_Soy una tortuga ¿qué no ves? o ¿eres tonto?

Yo abrí mis manos sobresaltado y dejé caer a la pequeña y verde tortuga, pero mientra esta caía y gritaba: ¡Auxilio! mi hermana la cogió en el aire y acariciándola me dijo.

_Ten cuidado, pudo morir del golpe, ¿la quieres o no?

Yo dije, y tambien la tortuga, al mismo tiempo ambos dijimos.

_¡Si! y ella -¡No!

Mi hermana sonriendo la colocó de nuevo entre mis manos, yo nervioso la cogí de nuevo mientras la tortuga protestó.

_¡Nooo! ¡no me dejes en manos de este malvado que no conoce a una simple tortuga, seguro al irte me matará!

Mi hermana la vio con su rostro iluminado y esa paciencia que solo un ser especial puede tener y se alejó, ahí quedamos los dos, en silencio, solo viéndonos fijamente al rostro, las cejas de la tortuga formando una V, y yo, con mis ojos tan abiertos que parecían dos huevos estrellados, así pasamos un buen rato, yo asimilando que el animalito quien estaba muy enojado entre mis dedos me hablara y él, enojado, pues su vida dependía ahora de mí. 
Despues de unos minutos como jugando un serio, la tortuga me habló de nuevo.

_¿Qué, te quedarás ahí como un idiota? has algo, no sé, aliméntame o en que lugar me dejarás. ¡Muévete!

Yo seguí viendo al pequeño ser hablando como si se tratara de mi mujer, muy molesta.

_¡Cálmate! 

Le dije y la coloqué sobre la pila, en el lavadero, pues el lugar estaba húmedo, mientras encontraba algo que hacer con mi nuevo amigo. Quien seguía protestando.

_¡Genial! pon a la tortuga en un lugar húmedo, eres un genio, qué, ¿acaso no podría tener frío?

A mi no me importó lo que me dijo y saqué mi celular para buscar en internet que podría hacer con ella, ahí encontré algunas respuestas a mis dudas. La tortuga seguía hablando y hablando con la V entre sus ojos.

_¿Genio?, ¿encontró algo el genio en San Google?, algo cómo, qué comen las tortuguitas, en donde viven estos animalitos.
_¡Ya cállate! eres peor que una mujer celosa.  
_Genial, solo eso me faltaba, que me compararas con tu mal humorada mujer que aún no tienes.
_Bien, ya que lo sabes todo y además hablas de ti, ¿qué debo hacer?
_Bueno, yo empezaría por llevarme al veterinario más cercano y ahí comprar lo que necesito para sobrevivir, genio.
_¡Estás loco! le dije alarmado.
_¿Por qué? dijo la tortuga con la V como ceja.
_Pues, si te escuchan hablar te perdería y mi hermana se desilusionaría de mí. 
_Genial, tantos y me toco un idiota. A caso crees que sería un idiota como tú para hablar con desconocidos, solo hablo delante de personas geniales como tú hermana, quien es la única y enfrente de idiotas a la potencia un millón, como tú... bien me comprenderás.
_Oye, oye, ya bájale a tu ira, está bien, te pido perdón por haberte dejado caer, pero me asusté, no todos los días una verde y malhumorada tortuga me habla, ¿qué tal si empezamos de nuevo, eh?

La tortuguita verde dejó la V sobre sus dormilones ojos y en su lugar se colocó un guión como el de la letra Ñ. Quedó pensativa por unos segundos muy largos, de él salía un sonido como este: ¿mmmmm?
_Ya, perdóname. 
_Está bien, pero estaré observándote, ¿entiendes? 

Esta vez sus ojos se colocaron a media asta y la línea sobre sus ojos desapareció, pues después abrió más un ojo que el otro, cómo realmente observándome y dijo.

_Y ¿qué nombre me pondrás? 

Esto lo dijo con un gesto que me indicaba que esperaba lo peor. Yo lo vi o la vi y le di vuelta para verificar su sexo.

_Oye genio, ¿qué crees que haces? ¿a caso esperas ver un par de bolas como las tuyas, colgando? si que eres un idiota, ¿por qué a mí?, ¡soy macho! ¿está bien para ti?

Y de nuevo esa mirada que expresaba una total decepción, pero a la vez una conformidad, pues si mi hermana me había entregado esa maravillosa maravilla de la naturaleza, había sido por algo.

_¿Qué te parece si me dices un nombre que a ti te guste y así te llamaré?
_Vaya, al fin algo coherente de un retrógrada. Dijo la tortuguita. 

Elevó sus ojos al cielo y colocó una de sus patas sobre su quijada, quedó un rato pensativa, al rato, movía su cara cómo diciendo: No, ese no, mientras pensaba, yo le repetía nombres que pudieran gustarle, cómo: Nerón, Boby, Jack, en fin nombres. El me dijo con la V sobre sus ojos de nuevo.

_Hey, cállate, no me dejas pensar, ¿a caso me ves cara de perro? ¡Hello! ¡soy una tortuga! deja que piense mi nombre por favor. ¿No tienes nada importante que buscar en el internet? no sé, y si miras unas chicas, eso te hará bien, seguro eres virgen aun, eso explicaría tu torpeza. 

Yo me callé y con cara de asombro y admiración, seguí por otros pocos minutos solamente observándola y preguntándome, ¿de dónde mi hermana la habría sacado? en realidad era genial, mi vida ya no sería nunca igual con este compañero quien era muy temperamental, pero quien no, si al conocerte casi te mata, creo que mi rostro en esos momentos era el de un completo idiota, observando a la pequeña tortuguita con una pata deteniendo su rostro mientras que la otra, le sostenía la otra pata. Ella veía al cielo, medio cerraba sus babosos ojos, daba dos pasos y movía su cabeza como diciendo: Ese no y seguía pensando qué nombre se podría colocar para que yo le llamara así. Despues de un buen, pero buen rato, se detuvo ante mi rostro asombrado. Yo me encontraba recostado sobre el lavadero observándolo, entonces, por fin me dijo como deseaba que lo bautizará. Él me dijo.

_¡Tortuga!

Al escucharlo me coloqué firme y sobre mis ojos apareció la V, no de enojo, sino de extrañeza y le contesté.

_Mira quien es el genio ahora, todo este tiempo, para decirme que quieres llamarte: ¡Tortuga!
_¿Y qué tiene? ¿acaso no soy una? o ¿crees que soy un León?, vaya genio el que me cuidará.
_Ya cállate Tortuga tonta.
_Ves que se escucha genial, ya nos estamos entendiendo. 
_¡Tortuga! ¿es en serio? 
_¡Si! se escucha genial. 

Así nos dirigimos hasta la veterinaria más cercana, una rara pero genial amistad había iniciado, mientras la escuchaba hablar y hablar, me repetía para mis adentros, ¿cómo era posible aquello? si no hubiera sido, porque mi hermana sabía que la Tortuga hablaba, pensaría que estaba loco. 
Ella seguía hablando y hablando, pero esta vez, su rostro se iluminaba mientras lo hacía y es que, Tortuga iba haciendo planes futuros. Bla, bla, bla...



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