jueves, 8 de diciembre de 2016

Travel home of christmas


Cantando una vieja canción, conduzco con gran ilusión, quiero ver sus caritas llenas de ilusión, esperando esta ocasión, el día que por fin llegó, yo tambien lo esperaba con gran emoción, toda la temporada sumergido en la lectura, es mi trabajo y lo hago con devoción, para en una sola noche lograr encontrarme con mi recompensa, ese brillo en sus ojos y esa risa de emoción, la larga espera por fin, llegó a su fin. 

Cantando y entonando viejas melodías conduzco con alegría en mi corazón junto con mis amigos, los de siempre, con quienes una noche empecé esta linda tradición, la cual espero nunca tenga un final, creo que no, pues siempre habrá quien me guarde en su corazón. 

Hemos trabajado duro y con la misma devoción todo este año, la producción lista y revisada ya está, el control de calidad me dio el avalúo para lograr cumplir con la meta trazada, no dejar a nadie con un trago amargo y una desilusión, esa que me dolería en el corazón.

Cantando y sonriendo con mi risa tan particular, esa que con gran emoción al llegar como vieja canción soy para quien con gran ilusión en su hogar me espera al lado de una chimenea, la cual dará un extraño calor que no se encuentra ni en el más bello verano, a un costado, un enorme árbol muy bien iluminado será la única iluminación que necesitaré para movilizarme en mi hogar, pues lo conozco bien, es mi hogar, con nada tropezaré, no es que sea un ladrón, pues si lo fuera no llevaría, sino sustraería lo que no es mío. 
La verdad, lo que en mi bolsa llevó tampoco ya lo es, dueño tienen desde el siguiente mes de los que hoy entregue, empezaré a recibir lo que habría de conseguir durante el siguiente año de trabajo. 

Cantando por los cielos así viajo, mi vehículo es viejo, no tengo tiempo de comprar un nuevo modelo, para que lo quiero si este me ha funcionado muy bien por siglos y no le doy mantenimiento, seguro me aguantara otra centuria más, pero no debo distraerme porque me acerco a mi hogar, deseo y ansío ver los nuevos rostros de los que ya oyeron de mí y con alegría y una rara emoción en su corazón en esta noche me esperan, algunos me han dejado leche y tambien ricas galletas, esas golosinas me hicieron engordar, pues al inicio de mi carrera bien flaco fui y eso de retomar mi figura... ¡No! tiempo no hay para ello, debería de no comer lo que me han dejado, pero tampoco puedo desairarlos, lo han dejado con mucho amor y la verdad que estarán bien ricas. Premio para mi larga jornada de una sola noche.

Cantando y flotando, a la vez tocando esta vieja campana anunciando que estoy por llegar, en cada hogar, veré rostros familiares que una vez con la misma emoción e ilusión que hoy sus hijos me esperan, ellos ya lo hicieron, ellos me conocen muy bien, por eso apagan el fuego de las chimeneas para que mi ropa no arda. 
Una vez así lo hizo y por eso quedó de color rojo fuego, como el mismo fuego que en mis venas corre para con amor y pasión realizar bien mi trabajo, si es que a esto se le puede llamar trabajo. Para mí solo es un milagro de un niño, que hace más de dos mil años como ejemplo nos dejó, cuando a su cuna, un pesebre, regalos de reyes él sin pedirlos recibió, pero si que sonrió y a todos los bendijo y como un legado esta tradición se estableció y mucho tiempo más tarde, alguien hizo una audición y esa la gané yo, pues en mí, vivía desde el día que a este mundo llegué una entrega y enorme amor para mi prójimo en mi corazón, por eso no me fue dificil ganar aquella vieja audición, los que la perdieron pero cerca de mi estuvieron en la puntuación en mis colaboradores ese día se convirtieron, es que buscaban a jóvenes de baja estatura para que nadie los viera al entrar en cada hogar y yo, el único alto y flaco, pero con un enorme corazón, me vieron y dijeron: Este no tendrá problemas para caber en ese agujero que había en cada hogar y asi una noche mi trabajo empezó.

Cantando de aquel lugar salí y mientras para mi casa con emoción por mi nuevo trabajo me dirigía cantando esa vieja pero linda canción, cuando caí en cuenta al llegar a mi pequeño hogar a mi esposa con una tremenda expresión en su rostro me encontré, mientras en la puerta me esperaba para recibir la noticia, si tenía o no el trabajo, yo me pregunté: ¿Y esta mujer por qué me ve con esa cara de emoción y asombro si la noticia no se la he aun compartido? ella, al ver mi rara conmoción, me señaló a donde debería ver y ahí me encontré con lo que a ella la tenía con esa rara expresión de alteración en su mirada; se trataba de varios y enormes renos, pero lo más extraordinario fue, que a uno le brillo la nariz cuando nuestros ojos se cruzaron, era de color rojo, como presagio del color que tomaría mi vestuario esa primera noche buena. 

Sin miedo hasta mí él llegó, mientras los otros renos, detrás de un enorme árbol que se iluminaba con mil colores, adorno de mi esposa para que no me perdiera en helada y oscura pero blanca noche, al llegar a mí, yo lo acaricié y de mis labios su nombre sin yo saber salió y luego a cada uno por su nombre lo llamé y a mi lado todos se acurrucaron, mi esposa salió corriendo a mi lado como niño asombrado y tambien con amor ella los acarició, esa noche como pudimos nos acomodamos en la que sería años después una enorme industria con forme el tiempo pasó, pues mis ayudantes, aquí fabricarían las ilusiones de cada niño que bien se portaría y como premio, esa maravillosa noche yo y mis amigos los renos entregaríamos. 

¿Pero como lo haríamos? Ese era el pensamiento que no me dejó dormir aquella noche, pero un sonido en las afueras me levantó con gran temor y hacia la ventana me acerqué, se trataba de mis ayudantes, los que con gran ingenio mi problema supieron resolver, mi dilema, ellos me indicaron que ese sería mi vehículo, el cual como motor llevaría a mis nuevos inquilinos, quienes no se opusieron, por el contrario en fila frente al trineo se formaron, no usaba ruedas pues, para jalar y tomar vuelo de aquel viejo o nuevo trineo necesitaríamos sobre la nieve por unos metros viajar como una pista deslizarse y para soportar tanto peso era necesario ese vehículo pues, aun no se inventaba el motor de combustión. 

Todos, incluyendo a mi esposa, me dijeron: ¡Ven! vamos a dar una vuelta de prueba. Yo dije: ¿Una vuelta de prueba? No pensé que aquello fuera buena idea, pero sobre el viejo trineo ya todos encaramados y al frente, mi esposa, con esa cara de ilusión y hasta enfrente, uno de mis motores de propulsión; mi hermoso reno de la nariz colorada, la cual como estrella titilaba, parecía que estaba en standby, esperando por el que siempre sería su único conductor, pues nadie podría hacer esa magia realidad y ese era yo, solo yo. 

Me acomodé al lado de mi señora y pregunté: ¿Dónde esta la llave que enciende a esta máquina? Todos se asombraron y con ignorancia en su mirada me vieron, como diciéndome que eso debía de saberlo yo, pues nadie sabía la respuesta, allí estuvimos un rato sin saber como echar a andar esa maravillosa maquinaría, al pasar el tiempo y sin saber que hacer empecé por ordenar al reno de la nariz roja y parpadeante para que regresara a su nuevo hogar pero, al decir su nombre, por el cual recien lo había bautizado, sus patas empezó a mover y él se elevó, mi esposa con gran emoción me dijo: ¡Di el nombre del otro reno! y así lo hice y pasó lo mismo, luego el del siguiente, hasta que pronuncie el del último y al hacerlo nos encontrábamos por los cielos. 

Eso fue maravilloso, todos gritábamos como si en montaña rusa anduviéramos y como si  fuéramos turistas, esa noche nadie durmió, nos la pasamos conociendo el mundo entero. ¡Qué maravilloso fue aquel nuestro primer viaje!, el de prueba.  Entonces entendimos y comprendimos cual sería nuestro destino. 

Yo, cuando regresamos esa misma noche, luego de viajar por todo el mundo, aun recuerdo la emoción que a mi cuerpo lo invadió y para liberar toda esa deliciosa sensación de mi boca salió esa rara, pero sensacional sonrisa, una que jamás antes sentí, ni de mis oídos oí. 
Todos junto a mi rieron, cuando de mis labios escucharon: ¡JOJOJOJO!


Si usamos nuestra imaginación de niño, la que todos aun adentro nuestro llevamos, quien sabe y a lo mejor todo así sucedió. ¿Usted que piensa?  



SergioRaga 08.12.16




No hay comentarios.:

Publicar un comentario