lunes, 6 de febrero de 2017

Camino, temporal y soledad


Mis ojos lloran, mi cuerpo tiembla, mis oídos sordos son, mi alma se alejó de mí, veo al cielo y de él cae una copiosa lluvia, sus gotas se confunden con mis lágrimas saladas, si fuera nieve lo salado de mis lagrimas las derretiría. 
Sigo caminando, sigo buscando, pero no te encuentro, el viento que sopla violento contra hojas secas, me traen el sonido de tu adiós. Nada me detiene, busco tus brazos, pero solo encuentro ramas en los árboles, tétricas imagines que me dan las gotas de lluvia y mis saladas lágrimas. 
Mi ropa está mojada y mi cuerpo tambien, pero es diferente, antes también se mojaban, pero con tu calor, era el sudor, sudor de amor.
Mis ojos no se detienen, tampoco las lágrimas que se confunden con la lluvia que sigue cayendo, el cielo esta negro, como lo esta mi alma, mi corazón se congelará sino recibo pronto de ti una caricia. 
Moriré, aunque muerta ya estoy, cadáver voy por este largo camino que un día corto fue, cuando de tu mano lo paseábamos, el verde estaba a nuestro al rededor, habían flores de mil colores y sus fragancias con tu loción se confundían. 
La lluvia ya menguó, más no la mía, de mis nubes, ojos azules, sigue brotando agua salada, mi cuerpo no se seca, mi ropa está como si nada. 
Los cielos se abren y a mis pies, tambien se abre el suelo, siento desfallecer, las piernas ya no me sostienen, mis pies dan pasos, pero sin rumbo, ni sentido. 
A dónde voy, tú eras mi brújula, tú el capitán, yo el marinero, de esta nave, la que un día llamamos (bautizamos, nombramos) amor. 
Tú me ordenabas; levanta el ancla, zarparemos con rumbo desconocido en busca de nuevas tierras, lugares donde no hallamos dejado nuestro sudor regado y a la grama rendida. 
Hoy llegaremos a nuevo puerto, tomaremos el control de ese lugar y colocaremos nuestra bandera, esta ondeará mientras nos entregamos nuestro amor. 

Un día el barco encalló, atracado quedó, sobre las rocas y las olas del desengaño la quilla se destrozó, de aquella embarcación nada quedó, del lugar tú y yo logramos con vida salir, pero en ese mar de engaños, nuestro amor pereció. Se ahogó con tanto desamor y desilusión.
Este camino llegó a su final, no hay retorno, no podré virar ni en U, pero no quiero regresar al mismo lugar de donde inicié hoy mi andar, no quiero regresar para recordar lo que fue y hoy ya no será.
En mis ojos la lluvia sigue, no se detiene, temporal de soledad y sufrimiento, lloviendo aun está, en el horizonte no se vislumbra una esperanza de que pare y salga el sol, solo faltaría que ahora nieve, llueva sobre mojado, eso sería, tal cual es hoy mi vida, cuerpo sin vida, sin amor, sin ilusión, sin esperanza, solo nostalgias. 
Me hacen falta tus caricias, para tomar calor y así derretir toda esta nieve, secar la lluvia, permitir que en mis ojos azules aparezca un sol que irradie un calor que a mi cuerpo le permita dejar de tiritar, poder ser feliz un día más, solo eso quiero, pero el camino se terminó. Ahora a dónde voy, atrás me esperan tus recuerdos y no los quiero, porque me harían sufrir, más que reír.  

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