miércoles, 22 de marzo de 2017

Contrato de amor


Pequeña de ojos grandes 
que me enseñó a amar,
flor de madrugada 
con rocío en cada pétalo 
con sabor a mar.

Eso fue lo que en ella vi 
cuando la conocí.

Hermosa noche, 
parada frente a mí, 
sin decir 
palabras para enamorar.

Hoy solo un recuerdo 
eres para mí.

En que lugar estarás, 
parada frente a otro 
que igual un día a mí.

Sonriendo e iluminando 
su noche fría y prometiendo 
que sería cálida entre sus brazos.

Lo mismo 
que me ofreciste a mí 
y yo que te creí.
¿Cómo podría imaginar? 

Detrás de esa carita angelical 
tanta maldad.

Por ello, 
en ella yo confié 
y en su cuerpo desnudo 
me refugié.

Olor a flor de noche, 
piel tersa y frágil 
cómo pétalos de rara flor,
que me entregaron en silencio
esa adictiva fragancia.

Cuando la aspiré 
ilusionaron a mi corazón 
y en adicto a ti me convertí.

Quién diría qué de eso hace tiempo ya.

Hoy que veo al cielo oscuro, 
lleno de titilantes estrellas,
me pregunto con ansiedad: 
¿Qué será esta noche de ti?

¿En brazos de quien hoy estarás, 
me recordarás, me extrañarás, 
aun me amarás?

Iluso. 
Si solo fue una luz 
que me alumbró por un instante 
y luego se extinguió.

Cómo sucede 
con la lejana estrella, 
que por ratos se ilumina 
y por otros se apaga 
y desaparece.

También me pregunto: 
¿Qué será mañana de mí?

Cuando quiera beber 
del rocío con sabor a mar, 
que amaneció 
sobre cada poro de tu piel.

Con tristeza. 
Recuerdo que te dije: 
¡Vete ya! 
ahora ya me puedes olvidar

Solo fui, 
regazo para descansar 
y luego ya descansada, 
seguir tu largo andar. (caminar).

Te llevas contigo mis recuerdos 
y todas las caricias 
que sin escatimar 
yo cada noche te entregué.

Se quedarán conmigo, 
aquel sabor salado 
que a tu partida 
en mis labios les has dejado.

Debí de haber comprendido 
que nuestra edad 
sería la que nos alejaría. (nos separaría).

Yo a tu lado, 
retrocedía en un tiempo 
que se me había escapado 
entre las manos.

Y tú, 
en ellos encontrabas, 
la experiencia, para nunca 
por alguien sufrir de amor.

Eso debió ser, la letra menuda 
del contrato 
que fue nuestro incierto amor.

Algo que nunca he logrado poder leer.
SergioRaga 
22/3/17

Contrato de amor.

Pequeña de ojos grandes que me enseñó a amar, flor de madrugada 
con rocío en cada pétalo con sabor a mar. Eso fue lo que en ella vi 
cuando la conocí. Hermosa noche, 
parada frente a mí, sin decir  palabras para enamorar. Hoy solo un recuerdo eres para mí. En que lugar estarás, parada frente a otro igual a mí un día sonriendo e iluminando su noche fría y prometiendo que sería cálida entre sus brazos. Lo mismo que me ofreciste a mí y yo que te creí ¿Cómo podría imaginar? que detrás de esa carita angelical tanta había maldad, por ello, en ella yo confié y en su cuerpo desnudo me refugié. Olor a flor de noche, piel tersa y frágil como pétalos de rara flor que me entregaron en silencio esa adictiva fragancia. Cuando la aspiré ilusionaron a mi corazón y en adicto a ti me convertí. Quién diría qué de eso hace tiempo ya. Hoy que veo al cielo oscuro, lleno de titilantes estrellas, me pregunto con ansiedad: ¿Qué será esta noche de ti? ¿En brazos de quién hoy estarás, me recordarás, me extrañarás, aún me amarás?
Iluso, si solo fue una luz que me alumbró por un instante y luego se extinguió. Como sucede con la lejana estrella que por ratos se ilumina y por otros se apaga y desaparece. También me pregunto: ¿Qué será mañana de mí? Cuando quiera beber del rocío con sabor a mar, que amaneció sobre cada poro de tu piel. Con tristeza recuerdo que te dije: ¡Vete ya! ahora ya me puedes olvidar; solo fui regazo para descansar y luego ya descansa seguir tu largo andar. Te llevas contigo mis recuerdos y todas las caricias que sin escatimar yo cada noche te entregué. Se quedarán conmigo, aquel sabor salado que a tu partida en mis labios les has dejado. Debí de haber comprendido que nuestra edad sería la qué nos separaría. Yo a tu lado retrocedía en un tiempo que se me había escapado entre las manos. Y tú, en ellos encontrabas, la experiencia para nunca por alguien sufrir de amor. Eso debió ser la letra menuda del contrato que fue nuestro incierto amor. Algo que nunca he logrado poder leer.

SergioRaga
8/7/23





              

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