lunes, 6 de marzo de 2017

Nunca me volveré a enamorar... Dije.


Un día me sentí enamorado, sobre nubes mis pies caminaban 
mi cuerpo levitaba adentro de una bola hecha de jabón.
Ah, el amor es tan frágil. Pensé. 

Pero me arriesgaré, pues quien antes a caminado sobre nubes blancas, 
que en cualquier momento se volverán grises y hasta negras 
y quien te asegura que no podrías caer tambien. 
Ah, las cosas de una primera experiencia.

Mientras viajaba en aquella bola de jabón, que de tus deliciosos labios 
con aliento de amor soplaron y me elevaron, mientras que el viento 
me movía a su antojo, cerca de un rosal pasé, una espina su punta le brilló 
como si fuera un alfiler, yo casi muero. Pero desde donde estabas 
me enviaste otro aliento, delicioso soplido que me alejo de tan bella flor.
Ah, las envidias en el amor. 

Mientras me elevaba yo veía todo de un color rojizo y otros como de color lila, 
era una mágica experiencia ver todo desde el aire y muy cerca del cielo. 
Ah, magia que solo te da el amor. 

Desde esa altura la caída provocaría en mí una fractura y me asusté, 
pero al verte sonreírme y saludarme, y a la vez enviarme mil besos 
mis dudas despejaste y del viaje seguí disfrutando. 
Ah, los altibajos del amor. 

Perdido entre hojas secas mecidas por el viento y otras contaminaciones 
vi que hacia mí una abeja con el seño fruncido venía, seguro me vio 
cuando pase por de lado a su flor. Yo le grité: 
¡Oye detente yo ya tengo mi propia flor! 
Ah, las confusiones y los celos en pareja. 

Al ver a la abeja retornar ya convencida de su error, vi para donde estabas tú 
y que sorpresa me llevé, pues a tu lado otro chico te endulzaba el oído,
tú le sonreías, mientras que yo sin control me elevaba más y más, 
creí desaparecería y caería quien sabe donde. Por fin ya no te vi. 
Ah, cuando alguien ve que hay amor, tratará de separarte del ser amado.

Cuando me dije: Perdido estoy; tristemente también me repetí: 
¡No me volveré a enamorar jamás! 
Pero en eso la burbuja se reventó. 
Ah, la falta de confianza en la pareja hace que todo se rompa en una relación. 

Sin control, yo en caída libre, toda mi corta vida transcurría en technicolor, 
pero como era tan corta, luego me percate que abajo, justo donde caería 
seguías tú y estabas soplando otra de esas bolas de jabón, 
con premura la soplaste y esta hasta mí llegó y en ella entre, 
entonces inicie mi descenso con suavidad, hasta que en a tus manos llegué, 
tú me viste con cara de pocos amigos y me cuestionaste: 
¿Por qué dudaste de mi amor? Hasta aquí escuché cuando dijiste, que no volverías a enamorarte nunca más de nuevo. Debí dejarte caer al suelo por desconfiar 
de quien te entregó su corazón. 
Yo la abracé y luego la besé, entonces o los ojos la vi y le pedí mil perdones. 
Ah, que bueno que el amor todo lo perdona.

Ahora seguimos enamorados y volamos entre nubes blancas, grises y a veces negras. Protegiendo nuestro amor entre una frágil burbuja hecha de jabón. 
Pero lo importante es que, en ella estamos juntos y si esta se revienta, 
seguro caeremos al suelo pero juntos. 
Ah, las vicisitudes del amor. 

Todo se basa en la comprensión y la comunicación.
Pero eso de volverme a enamorar... ¡Jamás!
Porque enamorado estoy y muy bien correspondido.




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