jueves, 20 de abril de 2017

Analogía (Mujer enamorada)


Ventisca fuerte, vientos fríos, 
nubes grises, el calor se aleja de mí.
Lluvia, agua fría, gotas que golpean
y que se sienten cómo balas que dan en el blanco.
Abro mi paraguas para protegerme, 
por un instante me siento segura.
La lluvia arrecia, a mi paraguas desarma.
Mi cuerpo se comienza a mojar, 
el agua invade mi piel, se cuela por los poros.
Mi cabellera, completamente mojada, 
me destila agua por mi cuerpo, 
se confunde con mi propia tormenta.
Estoy empapada, descontrolada, 
mi cuerpo tirita por el inclemente frío, 
mi abrigo ya no me cubre, 
ahora me da más frío, lo siento en mis huesos, 
mi corazón late de prisa, pero tambien se quiere detener, 
a consecuencia de lo que me ha dejado esta tempestad.
Solitaria estoy, nadie a mi alrededor, triste estoy, 
nada me consuela, mi tarde ahora ya no es gris, 
es negra; jamás hubo una más negra, 
no paro de temblar, mi cuerpo empapado, 
por mi rostro mil gotas que se confunden 
con las que brotan de mis nubes grises, 
que ahora tengo en medio del pecho, 
relámpagos que se confunden con mi taquicardia.

En la distancia, si alguien me puede ver, lo que vera 
es un cuerpo sin alma, mojado, desmejorado, preocupado, 
del cual, caen gotas de agua, aunque la tempestad ya pasó, 
pero aunque las nubes ahora ya son grises, 
para mí el sol no aparece, no llegará para secar mi piel, 
para dar calor. Quien sabe por cuanto tiempo. 

Quiero morir, ese es el pensamiento que ahora tengo, 
nada me da emoción alguna, en mí, ahora me acompañan
la depresión, la ansiedad, muero de miedo, 
con un vacío en mi estómago, que se me confunde 
con el dolor en mi corazón. 

Parece que me dará un infarto, un ataque al corazón, 
el que más sufrió en esta tempestad, 
él quedó solitario en medio de esta desolada tormenta. 

Así me ve, quien ahí sola me dejó, así me ve quien esté en la distancia, 
un despojo, un perro callejero, sin amo, ni correa, 
sin hogar, ni hueso para alimentarme.

Que triste, analogía, pero así ahora estoy.
No sé que hacer, ideas no vienen a mí, desorientada estoy, 
ni siquiera sé, adonde ahora parada estoy, mi brújula me abandonó, 
me traicionó, sin rumbo me dejó. 

Barco a la deriva, con la quilla quebrada, sobre un mar de desilusiones, 
en medio de la nada, aquí estoy, sin radio para pedir un SOS, 
no tengo timón, mi motor se averió, el combustible se derramó, 
barcaza a la deriva ahora estoy, dependo del vaivén de las olas. 

¿A dónde me llevarán? ¿A dónde me arrastrarán? ¿Hacia que isla me escupirán? 
Una que seguro no aparece en el mapa. 

Hasta que un día, si es que tengo suerte y pase por acá una embarcación 
para que me rescate. Sola estaré, soportando frío y hambre, enferma, 
enfermedad que radica en mi corazón.

Mujer con tremenda desilusión, mi amor me a terminado, 
sola y enamorada me ha dejado. ¿A cuanta mujer le habrá pasado?, 
me terminaron sin razón alguna, ¿confiaré alguna vez en otro que me prometa amor? 

Esa es la interrogante, pues con miedo he quedado, vacía en mis adentros, 
corazón quebrado, imágenes en mi mente, que me llevan a momentos inmemorables 
para de golpe traerme a mi maldito presente, horrenda realidad.

¿Quién me podrá consolar, me podrá guiar?, si en nadie puedo confiar.

Que maldad, enamorar para encontrar y poseer lo que quieren, 
una vez utilizada..., desechada, hasta cuando esto será así. 

Tendré el valor para encontrar en mí; la valía que poseo como persona, 
como ser humano, hasta donde habré madurado para no buscar venganza 
en otro que podría ser mi príncipe adorado o el hombre más malvado, 
otro igual al que me ha dejado cobardemente sin decir nada, más que: 
No eres tú, soy yo. 

Y después de esa frase tan trillada, dio la vuelta y me dejó 
sumergida entre tanta soledad, duda y dolor, demacrada por fuera; 
acabada y asesinada por adentro. 

Me han contado, que cada puntada que daré a mi corazón hecho añicos,
duele mucho más, de lo que me duele esta decepción. 

¡Dios mío! dame valor para encontrar en mí, la brújula que creí pertenecía a él 
y que sin él, no sé a donde ir, a quien acudir, en donde cubrir mi cuerpo desnudo, 
porque con sus mentiras, se llevó mi vestido, el que según yo él me compró, 
pero no fue así, sé que con el nací, pero se lo entregué o a lo mejor me lo robó.
Seguro eso fue, tonta de mí, entregar mi vestimenta sin antes haber conseguido 
de él otra para esta trágica ocasión. 

Esta podrá ser solamente una ocasión para demostrar de que estoy hecha, 
para demostrar, que en las cenizas puedo encontrar respuestas 
a estas dudas que hoy me atormentan, que hoy me matan, que hoy sin saberlo 
o sin querer entenderlo, me harán mucho más fuerte, pues el vestido que ahora usaré 
no será de seda, tela frágil. 

De hoy en adelante, usaré una armadura, con cinturón de castidad, aunque mi castidad tambien se fue con él. 

¡Maldición!, mi mente me decía no es él, pero mi corazón me traicionó 
y me engañó; me dijo, es el indicado para ser una mujer plena, una mujer completa, 
en pocas palabras, para ser: Una Mujer.

Pero lo que soy; un despojo, bisutería barata. ¿Quién querrá comprar mi fantasía? 
pues de mis joyas y de mi oro, de mi valiosa fortuna, fui saqueada por filibustero 
que hoy estará abordando otro barco, al que le invertirá parte de lo que de mí se llevó 
para luego dejarla con su quilla quebrada y a merced de un embravecido mar 
de soledad, esperando por alguien ser rescatada. 

Pero soy mujer, ser que puede dar vida, por qué no puedo darle vida a mi vida, 
nacer por mi vientre, amamántarme, hasta que pueda por mí misma valerme, 
aprender a caminar sola de nuevo, a vestirme y amarrar mis zapatos.

Me colocaré y vestiré mis vestiduras y saldré de nuevo a la vida, 
en busca de lo que hoy perdí, pues, perdí una batalla, más no la guerra, 
esa está por verse, por llegar, por ser peleada, pero ahora estoy armada, 
me acompañan el coraje, el valor y mucho, mucho amor..., para esta vez, salir vencedora.




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