martes, 2 de mayo de 2017

La Reflexión que me entregó Waldo


Nos encontrábamos mi hijo y yo platicando y en eso, entró Waldo. Este se echó entre nosotros mientras nuestra platica continúo, pero al rato, alguien me habló y tuve que interrumpir mi entretenida charla; pedí un permiso y acudí con quien me necesitaba, al hacerlo, Waldo se percató de que yo salía del cuarto de mi hijo y él salió detrás de mí. 
Al tiempo, regresé para continuar nuestro momento con mi hijo; Waldo retornó tambien al cuarto conmigo, luego de que me senté para reanudar mi platica, Waldo se echó de nuevo entre nosotros. Entonces le digo a mi hijo.

_Sergio Jesús, ¿sabes por quien de los dos Waldo está aquí?

Una pregunta que sobraba, pues, era evidente por quién Waldo estaba echado entre nosotros, sin embargo, mi hijo me dijo.

_Está aquí por ti...

Yo sabía que esa sería la respuesta, pero deseaba que aquella pregunta obvia me llevaría a una reflexión, por eso le dije esto.

_Y, ¿por qué crees qué está siempre donde yo estoy?

Mi hijo me vio y luego de una breve reflexión en su interior, se atrevió a decir.

_¿Será por qué Waldo te ama mucho?

Yo, ahora soy quien me quedó meditabundo, pues, tambien sabía que eso diría mi hijo, pero preparaba mentalmente mi conclusión. Entonces le respondí.

_ ¡No!, Waldo está siempre donde yo estoy, porque él sabe que yo lo amo.

Al igual qué Waldo, cuando un hijo, tu pareja, un amigo, quien sea esté a tu lado, ellos lo estarán porque saben que tú los amas. 
Al igual, para aquellos que buscan a Dios, lo hacen porque están seguros de que ÉL los ama.
Más aquellos, que creen que Dios los ha abandonado, o los ha dejado de amar, se alejarán de ÉL.




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