martes, 27 de junio de 2017

La vecina nueva


Ya habían pasado como seis meses de que una chica nueva se mudara a la casa de al lado, desde el día que la vi caminando por el vecindario, recuerdo que fue una mañana en la que me levantaba y lo primero que hice al  desesperezarme fue ver a través de la ventana y justo en ese instante ella pasó, iba muy de prisa, seguramente le cogió la tarde para el trabajo, me acerqué lo más que me lo permitió el vidrio de la ventana pero nada logré, solo alcance a ver, nada, jajaja, me pregunté; ¿quién será esa belleza; de dónde salió?, nunca la vi pasar por acá; bueno seguro porque casi nunca me levanto a estas horas de la madrugada, con ella en mi cabeza me recosté otro momento pero sucumbí en los brazos de Morfeo y me quedé profundo, dormí hasta eso de las 10:30, esa sí era una hora normal para despertar.

Un par de días después, esta vez al anochecer, creí verla de nuevo, ¿sería ella? la seguí pero ella iba muy adelantada de mí y lo que logré ver a la distancias fue que entró en la casa vecina, entonces concluí, no puede ser ella, pues en esa casa solo viven monstruitos. 

Otro día, llegó a casa mi novia, pues me encontraba indispuesto, con una buena gripe, mi novia me dijo algo que en su momento no le puse atención.

_Parece que tienes nueva vecina y por cierto es muy linda.
_¿Eh? ¿de qué me hablas? no hay ser más lindo que tú, además no tengo ojos para nadie que no seas tú.
_Por eso no te cambio.

Me dijo mi enamorada novia, me abrazó y tambien me besó; mientras esto sucedía yo pensaba, ¿será la chica que vi la otra vez?

Al correr del tiempo pasó lo que tarde que temprano pasaría, me la encontré y de frente, ella al verme bajó la mirada y yo me repetí con emoción; es ella, y sí, salió de al lado, me quede esperando para ver si volvía o solo era una mera casualidad, pero al rato ella regresaba con una bolsa y en ella tortillas, la vi fijamente con mi eterna y enigmática sonrisa, ella esbozó una mueca y de nuevo bajó la vista para no tener contacto visual conmigo.

_Hola, ¿eres nueva en el vecindario?
_Buena tarde.

Solo eso dijo, bueno por lo menos era educada, se veía que no era alguien con mucha malicia, ni escuela, era alguien humilde, pero muy linda. 

En otra oportunidad que la vi, ella pasó por mi lado, yo me pegué a ella y caminé a su lado.

_Hola, te puedo acompañar, da la casualidad que vas por donde yo voy, además, no sé tu nombre. ¡Ah! yo soy Sergio.
_Mucho gusto, me llamó Clara.
_Clarita, bonito nombre, es idóneo para ti, pues te llamas como el color de tus ojos.

Ella me vio con extrañeza, pues no hay ojos de color clarito, yo le sonreí y corregí.

_Lo que quiero decir es que tus ojos son bien claros, ya sabes claritos y tú eres Clarita, me entiendes ¿verdad?  

Ella se echó a reír y yo con ella, sin saber qué le había causado gracia, pues, lo que dije era muy claro y evidente. (Ahora que escribo esto, me doy cuenta de que mi buena fortuna con el sexo opuesto era que siempre las hacía reír, les era muy simpático y luego que me conocían mejor, ya era tarde para ellas). A partir de ese día, Clarita y yo nos hicimos amigos. Ella me preguntó en una oportunidad esto.

_¿La chava que a veces viene por acá es su novia?
_¿Eh? ¿me has visto con ella? Pues sí, es mi novia.
_Lo felicito, ella es muy linda.
_Sí, lo es. Pero tú lo eres tambien.
_Gracias.
_Aprovechando. ¿No te gustaría un día de estos salir conmigo a algún lugar, el que tú elijas?
_¡No! No salgo con alguien que tenga novia. 
_Entiendo y te felicito, solo era para conocerte mejor y has pasado el examen.  

Me dije en mis adentros, esta chavita será algo dificil, pero no imposible, ya encontraré la manera de que acepte salir conmigo.

Por más que hice y deshice ella nunca aceptó nada de mí, solo me daba su amistad y era buena, lo bueno era que hasta ese día, por su trabajo y entre otras cosas no le conocía novio, creo que no eramos muchos sus amigos en el barrio. 
Pasaron muchos meses, largos meses y yo cuando me era posible la abordaba para platicar con ella, si algo era evidente era que yo no le era del todo desagradable, ella se la pasaba muy bien conmigo y yo con ella, pero seguía con su ideología de respetar lo ajeno y eso me sacaba de onda, de vez en cuando un apretón de brazo de su parte para mí, o un leve golpecito en mi barriga o mi brazo, en otras, se rejuntaba a mí mientras se reía de alguna ocurrencia mía, pero nada más. Hubo alguna vez que se nos acercó uno de esos silencios que siempre terminan con un inesperado beso, pero nada más y cuando el momento en silencio se estaba poniendo caliente ella se levantaba y se retiraba o simplemente me cambiaba el tema. Y cuando me veía con mi novia, ella ni me saludaba, si lo hacía con ella, pero nada más, mi novia me insistía que era linda y que le agradaba, yo me hacía el que no me interesaba y que además ni estaba enterado de su existencia, pero pensaba; sí, es muy linda y dificil además.

En una oportunidad mi novia me llegó con la novedad de que le habían dado una beca, pues su padre estaba muy bien conectado y que era una oportunidad de esas que solo se presentan una vez en la vida, yo lo entendí, ella, mi novia, sabía que era un riesgo dejarme solo, pues sabía que yo no podía estar solo por mucho tiempo, pero al escucharme ella confió en mí y decidió aceptar aquella oportunidad.

_Mi amor, como dices estas oportunidades solo llegan una vez en la vida, debes de aceptarla, además, esta separación de unos pocos meses nos darán la razón de nuestro noviazgo, sabremos si realmente somos el uno para el otro, así que ve sin pena, yo te esperaré, lo prometo. 

Ella me besó con mucho amor y gratitud por mi apoyo, mientras que yo por dentro ya tenía una fiesta, me repetía es mi oportunidad y no la voy a desperdiciar.
Mi novia se fue, yo regresé a casa luego de despedirla y me encerré en mi cuarto, ahí estuve por unos días sin salir, solo veía a mi vecina y amiga pasar al trabajo y luego regresar del mismo. 

Un día me dije, es hora de salir, así que lo hice, me dirigí al lugar de costumbre y da la casualidad de que en la esquina se encontraba ella con alguien, este estaba recostado sobre un lindo auto, eso no me gustó para nada, al parecer era un nuevo amigo de ella que la conoció por el trabajo y que la había llevado a casa ese día, yo muy discretamente me hice por un lado, justo en un lugar en donde ella se diera cuenta de que yo estaba presente y siendo testigo, me crucé de brazos y coloqué en mi cara una expresión de tristeza profunda, algo que no me fue dificil pues, asi me sentía, era mi oportunidad y aparecía otro fulano y en tremenda nave. 
Luego de esperar a que el fulano de subiera a su nave y se fuera al demonio, cuando lo hizo, ella se arregló la cabellera y se acercó hasta donde estaba, me saludó y yo le respondí el saludo, solo que esta vez no fue tan efusivo como en otras oportunidades; ella seguro pensó que mi actual estado era producto de un ataque de celos.

_No tienes porque ponerte así, él solo es un amigo que recien conozco, además tú tienes a una linda novia.
_¿De qué me hablas? ¡Ah!, supones que estoy en este estado por celos de ti, no para nada, esta claro que solo podemos ser amigos. 

A ella se le encendió el rostro de color rojo, era la primera vez que ella se lucía o presumía en algo  y yo la regresaba a su triste realidad, bajando su autoestima, pisoteando su dignidad de mujer. Y entonces le dejé ir el golpe del knockout.  

_Estoy como me vez, porque mi novia me cortó, me dejó por otro.
_¡No! Pero tan enamorada que se veía de ti. Aun no me lo puedo creer, no parecía ser una chica de esas. Pero no te preocupes me tienes a mí. Que tonta he sido y yo pensando que estabas celosa de mí.
_Así son ustedes las mujeres, no les puede entregar uno el corazón porque ustedes se lo rompen a uno en mil pedazos. ¿Me ayudaras amiga a sobrellevar este dolor? ¿No volverás a ver al tipo ese?
_Claro que te ayudaré, para eso somos amigos ¿no? Y en cuanto a ver al chico ese, le diré que me de un tiempo, que por ahora estoy con alguien, ¿te parece?

Y luego de decir aquello le tomé su mano, la cual temblaba, no de si de miedo, emoción o de algún otro sentimiento, ella aceptó mi mano y nuestros dedos se entrelazaron ambos sentimos algo rico cuando nos acariciamos nuestras manos. Estuve a punto de besarla, pues el momento era inmejorable, el mejor, pero si lo hacía, todo se vendría abajo, todo se echaría a perder, debía de parecer convincente y honesto. 

Al paso de una semana de duelo fingido y de aguantar las ganas de besar aquella ansiada boca, se dio la oportunidad y surgió la magia, nos dimos un eterno y deseado beso, tanto deseado por ella como por mí, asi estuvimos por los meses en que mi novia estuvo lejos, ella se ilusionó conmigo y yo feliz con ella. Hasta que un día mi novia apareció por mi casa, sin avisar ni nada, disque para darme la sorpresa y vaya si me la dio, para mi buena fortuna y vaya que si tenía una buena fortuna, ese día no estaba con ella, Clarita.

_¡Sorpresa!, volví, ¿me extrañaste?
_¡Hola! ¡wao! Vaya que si es una sorpresa... Y claro que te extrañé, no sabes cómo y cuanto. 

Nos besamos, fue un beso apasionado, me pregunto; ¿cómo podía repartir besos apasionados a diestra y sieniestra? ¿sería un don, o sería que era un descarado?, que importa, era una edad en la cual todo me venía del norte y había que disfrutarla al máximo posible, sin importar que terceros salieran heridos, cosas de una alocada adolescencia. 

_¿Me invitas a uno de los helados de doña Leja?
_Seguro, claro, (pensé en Clarita cuando dije esa expresión y mi cuerpo se arrugó, me sentí una porquería, pero la vida tenía que seguir su rumbo). 

Salimos con rumbo hacia donde doña Leja en busca de los helados que tanto nos gustaban, íbamos tomados de la mano y el condenado destino, como para burlarse de los tres, colocó a Clarita en nuestro camino, ella cuando nos vio, dirigió la mirada a nuestras manos, como era costumbre en ella, bajo la mirada al suelo y siguió su camino, en su rostro la desilusión de ver que los novios peleados se habían reconciliado. 

Al poco tiempo Clarita se mudó de casa y no supe más de ella.

Esta historia no me enorgullece mucho, pero Clarita era una chica tan linda que no pude evitar ser un canalla para conseguir estar con ella por un corto tiempo, el cual, aun recuerdo por haber sido tan especial, lastima que no se lo pude decir y no pude explicarle el por qué de mi actitud deshonesta con ellas, pero el fin justifica los medios, y yo me sentí muy bien con ella y seguro que ella conmigo mientras duró. 

Ah, al poco tiempo mi novia se enteró de boca de gente que se mete en lo que no le importa y ella terminó conmigo, era evidente que lo nuestro no era verdadero, mejor hubiera seguido con Clarita, quien quita y lo que tuve con ella si era verdadero, pero eso es tiempo pasado y una experiencia para mi matate. 



Tomado del libro: "Historias de un Adolescente Tímido 2" por Sergio Raga





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