jueves, 17 de agosto de 2017

Entre Aguas te veas


Aguas quietas y tranquilas, aguas inquietas y arrogantes.
Aguas turbias y mezquinas, aguas transparentes y sedientas.
Aguas que nunca paran hasta llegar a su destino.
Aguas que se estancan y mueren podridas.
Aguas que sacian la sed, aguas que ahogan y matan.
Aguas que caen del cielo, aguas que brotan del suelo.
Aguas que nacen en mis ojos, aguas que brotan por cada poro.
Aguas que se cristalizan y se adueñan de los colores.
Aguas ensangrentadas que alejan el dolor pero que nunca olvidan. 
Aguas que se agotan y otras que se desperdician con avaricia y por la desidia.
Aguas que no bebas, déjalas correr, sino te quieres corromper. 
Aguas que dejan mal sabor de boca, endulzaras con azúcar.
Aguas que han nacido cristalinas y se han convertido en aguas turbias.
Aguas contaminadas por el odio de esas no habrás de beber.
Aguas fuentes de vida y hogares de muchos seres vivos.
Aguas profundas, cementerios de los olvidados y desterrados.
Aguas que sacian la sed de amor, aguas que tienen el mejor sabor.
Aguas que conducen hacía nuevos mundos, en busca de oro y de esclavos.
Aguas que arrastran desilusiones, pero que también un día han traído ilusiones.
Aguas que arrastran flores en su caudal, alegran a quien las observa sin oírlas pidiendo auxilio.
Aguas cuya vida es un circulo vicioso, no son precisamente las que están alcoholizadas.
Aguas que matan sin piedad, venganza de la naturaleza por haberla traicionado y contaminado.




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