martes, 3 de octubre de 2017

Sucedió en la disco


Disco, en la disco bailabas y yo te miraba, te veías encantadora, con tus colores fosforescentes, fluorescentes e incandescentes que me incendiabas la piel, invadías mi mente, lujurioso momento, mientras ondeabas todo tu cuerpo, del cielo luces caían sobre tu cabeza, te veías bella, te confundí con algo celeste, como si pertenecieras a otros cielos, a otros lugares jamás imaginados, eras incansable, sin importar la mezcla eras la reina, reina danzarina y yo seducido como insecto por luz incandescente de color lila, así era el color de tu pantalón ajustado, nada para la imaginación, más bien te imaginaba en mi lecho, ya me daba por hecho, los que pasaban a mi lado solo murmuraban, mientras yo te apreciaba, no me sentaba, si tu no te cansabas porque yo habría de estarlo, por el contrario, mis pupilas bailaban a tu ritmo, al ritmo de la disco; en la disco, bailabas rock, pop y música disco, quien a tu lado contigo danzaba este no era nada, solo supe que contigo alguien estaba porque se coloco entre tú y yo, por un breve segundo, que si dura más, era capaz de sacarlo de las greñas, eran demasiado largas, este se había quedado en otra época, la del rock metálico, no sabía o desconocía que Travolta había modificado la manera de bailar y de peinar, ahora era otro look, pero tú seguías sin detenerte y yo deseando tenerte, me transportabas, me ilusionabas, yo pensaba pedirte una pieza, aunque tengo dos pies izquierdos, pero a quien le importaría si solo a ti te veían, eras tan linda, y esos colores, que reflejaban los reflectores, y la bola de espejos sobre en ella tu reflejo destellaba el color de neón, bailarina o reina danzarina, para mí eras la princesa del lugar, no tenías edad para ser aun una reina. 
Te vi y lo que vi era divino, aquella figura, delgada y alargada o sería que ya me encontraba drogado, eso no lo sé, pues no he fumado nada, pero en el ambiente si se sentía ese clásico olor a hierba, a marihuana y a pachuli, seguro era el mechudo con quien seguías bailando, el sudor le dejó salir de su cuerpo las porquerías; a qué hora se cansará y se sentará para darle la oportunidad a otro de sentir su vibra de cerca, yo lo estoy, si se descuida me uno a la pista y de un caderaso lo expulso y luego le digo disculpe, que lo siento y de una lo siento. 

Disco, en la disco bailabas y yo te miraba y no me cansaba solo me asustaba, pensar que otro te podría interesar y que no fuera yo, mi imaginación era amplia y contigo soñaba saliendo del lugar, caminando por las calles con rumbo, sin rumbo, solamente observando a lindo ejemplar femenino; qué digo, me estoy desviando y me pierdo de ese paso de nombre; caminando sobre la luna una. Una vez lo intenté y sentado caí, pero no fue sobre la luna, fue sobre una tuna, aún estaba en el pueblo, eso fue hace tiempo, vaya mula, escuché que alguien dijo, pero no pude ver quien fue, me dije; mejor me paro y me voy con mi ma´, para que me extraiga una a una las púas que traigo en el..., espero no haber dicho esto en voz alta, pues de eso ya hace un buen rato y ahora soy capitalino, el hablado de pueblerino se me ha quitado u olvidado, ahora hablo todo raro, como si aquí nací. 

Pero mírala, ella sigue allí, tan linda, como contonea las caderas, eso me fascina y me domina, ademas, me hace soñar despierto con su lindas piernas, ahora ese otro nuevo paso, si que sabe bailar la ingrata, nadie le gana, es una Micaela Jackson, solo que ya en edición blanca porque parece una porcelana, como una de esas muñequitas gitanas o más bien Rusas y como le queda de bien esa blusa, se le notan las tetas, se le ven los pezones.

Disco, en la disco ella sigue bailando y yo sigo con ella soñando, su ropa le queda muy pegada que no deja nada para que me la pueda imaginar, es como si ya estuviera desnuda, como si tuviera la ropa pintada o tatuada, es bella y espectacular, y ese ondular caminar, una cadera para un lado y luego para el otro, un pasito para adelante y otro para atrás y ahora un movimiento sensual, caderas que escupen fuego y yo que me quemo; y su pelo, parece echar fuego, pero solo es el reflejo de los espejos de la bola que pende del cielo y por el piso ese humo, sera hielo seco, o será que ya se quema la disco con cada candente paso de la bella chica que me tiene parado hace buen rato y no me canso de verla, no me canso de pensarla, no me canso de desearla, no me canso de nada, y es que por nada me quito de este magnifico lugar. 

La música suena a todo volumen, los parlantes si que son de buena calidad y el Dj no se queda atrás, también no deja a la chica de mirar, ya me dieron ganas de mear, pero me voy a aguantar quien quita y en lo que me voy al baño me ganan este magnifico lugar, ya las patas aprieto, pero todos creen que soy coreógrafo inventando un nuevo paso pero la verdad es que ya me hago del uno, siento que ya hasta estoy húmedo, serán los amarillos o los blanquillos.

Disco, en la disco ella sigue bailando y yo sigo que ya me hago en los pantalones y los chones, mejor me doy una vuelta por los baños al final de cuentas en este lugar o en cualquier otro, ella no dejará de brillar, siempre se verá sensacional; carajo esta fila es para entrar a otro parte más privada de la disco. 
Ya pregunté pero es la fila para el baño, está algo larga, mejor salgo y me busco un buen palo, a lo perrito. Ya regreso señor, vea bien para que me deje entrar y no me vaya otra vez a cobrar la entrada, voy para aquel palo, porque el baño esta lleno a reventar, y la fila para entrar esta más larga que la que esta acá afuera dispuesta para ingresar. 

¡Ah! que desahogo y con estás sequías le hacían falta a estas matas un poco de sagrado líquido. Un momento señor oficial que era una emergencia, ustedes no me puede por esto enchachar y a la delegación ante el juez llevar, mejor diga cuanto me podrá costar este mal momento, ah mi sombrero, me saldrá más barato el señor juez, pues vamos a la delegación. 
Señor juez, le cuento, yo estaba en la disco, en la disco estaba ella, se encontraba bailando y yo la seguía mirando, la seguía deseando y ella se mantenía en las suyas, bailando, era espectacular y muy sensual, en eso sentí que algo se humedeció entre mis piernas, yo me dije; será y sí era, pero me dirigí al baño y el lugar estaba a reventar, con decir que la fila era más grande que la de afuera, entonces me dije; ya qué, si este invierno estuvo seco, un favor le hice a la muni regando las matas, pero en eso me llegaron estás ratas, me pidieron una untada de mano pero era mucho y no traía tanta grasa; usted me comprende verdad su señora, perdón su señoría.
¡Ah! ¿qué? todo eso por una meada, mejor me hubiera meado los pantalones y los zapatos me hubiera salido más barato, pero ya que, ni modo, en donde pago su señorita, perdón su señoría, pero que sea rápido, pues debo regresar a la disco a ver a la bella que me llevaré esta noche a la cama. 

¿Cómo, queé esa maravilla es su hija y usted como lo sabe?, ¿por lo qué dije?, ¿qué por eso lo adujo?, que barbaridad, y ahora me detendrán toda la noche. Y ya me encuentro detrás de las rejas, aquí parece que estoy en otra disco, en la disco, ellas o ellos bailan y me seducen, no son más que unas locas, que las encontraron en una redada en otra disco, de esos que de lejos parecen y de cerca son. 

Aquí entre tantas locas terminé mi noche y la hermosa chica de la disco, la terminó castigada en su cuarto sin poder salir por un mes, el tiempo que tendré que esperar para volver a verla, pero valdrá la pena. 

Una inolvidable noche, que sucedió en la disco.


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