sábado, 30 de diciembre de 2017

La Chaqueta 2

El joven con el dolor en el alma se quitó la hermosa chaqueta y la entregó al malandro quien le hundía el cañón del revolver en un costado del estómago.
Después de hacerlo el joven vio como el ladrón se alejó con su chaqueta de la manera más descarada, sin temor, como si estas le perteneciera legalmente.

Acudió a la administración del Mall para ver si se podía hacer algo, pero lo único que logró fue ver el video de cuando lo asaltaban.

_Lo sentimos mucho joven, pero esto pasa muy seguido y a este en especial no lo hemos podido capturar. Mejor que se olvide de su chaqueta.
_Gracias señor.
Dijo el joven con la angustia y tristeza en su rostro y salió de las oficinas con rumbo a su casa.
Mientras tanto el ladrón caminaba con rumbo a una bodega luciendo su linda chaqueta recién adquirida con el sudor de su malnacida existencia.
_¡Hola cabrones!
_Hola tu madre, ahí esta el jefe y pregunta por todos, solo faltabas vos, vamos que nos tiene unas indicaciones y esta como la gran puta.

Entraron en el cuarto contiguo y por detrás de un escritorio se encontraba el manda más, este al ver llegar a sus subalternos solo elevó la vista por encima de sus lentes oscuros y una vez todos en el lugar, el silencio se apoderó de la oficina esperando las indicaciones del jefe; pasaron unos minutos esperando que el jefe dijera algo, todos estaban acomodados en silencio, quien estrenaba su chaqueta no dejaba de disfrutarla deseando todo esto terminara para así poder presumirla, entonces el jefe se colocó de pié y se dirigió a sus secuaces. 

_Bueno cabrones, hoy llegará una mercadería muy importante la cual nos dejará buena plata.
_¿De qué se trata jefe? Dijo alguien, pero el jefe simplemente lo ignoró.
_Escuchen bien, necesito que uno de ustedes vaya a la bodega de la calle 52; ya sé que es muy peligrosa y que es una restringida para nosotros, por eso les preguntaré: ¿Quién tiene los huevos para ir?

El silencio de nuevo se hizo presente, pues todos sabían que aquel lugar de la entrega era sumamente peligrosa por ser madriguera de la pandilla enemiga de esta.

_Bueno mariquitas, ¿qué putas pasa nadie tiene huevos, tendré que ir personalmente o qué?

Nadie dijo nada. Mientras esto se llevaba a cabo aquel seguía con la emoción de la chaqueta, por tanto el jefe se le quedó viendo, esto llamó la atención del resto y entonces todos voltearon a ver al dichoso.

_Bonita chaqueta. Es una muy cara.
_¿Le gusta jefe?, yo creo que sí, la acabo de conseguir.
_Pues no se hable más, vos irás por la mercadería.
_¡Síiii! Gritaron sus compinches.

El elegido quien no escucho nada y por agradar a su jefe aceptó la misión.

_Claro jefe cuente con ese trabajito.
_Así me gusta, esto es lo que necesita la organización gente con huevos.
_¿Y qué tengo que hacer jefe?
_Lo que dije, irás a la bodega que está en la calle 52 y recogerás mi encargo, cuando lo tengas regresas de inmediato. Eso es todo.
_¡Qué, la 52 jefe! Pero...
_Nada de peros, vas o aquí te lleno de agujeros la linda chaqueta.
_¡No, mi chaqueta nueva no! Está bien iré. Dijo resignado.

Se levantó la sesión y este salió con rumbo hacia la calle 52, rogando a la Santa Muerte que evitar se encontrara con sus enemigos mortales.

_La próxima es la 52, creo que no hay nadie, debo aprovechar. Pensó.

Y caminó hasta la bodega indicada. -Mierda ¿por qué elegiría el jefe esta bodega que queda justo en este maldito barrio? Ojalá y no me vea uno solo de estos hijos de puta. 

Caminó con mucho miedo y al pendiente de no ser sorprendido por uno de los miembros de la otra pandilla. -Gracias Muertecita, ya estoy en la bodega indicada ¿y ahora qué?
Entonces se escuchó los sonidos de las viejas y oxidadas bisagras de una de las puertas de la vieja y abandonada bodega, por ello había sido elegida a pesar de que en la 51 era una de las calles que les pertenecía a la mara enemiga.

_¿Quién eres vos, qué estás haciendo aquí? se escuchó una misteriosa voz que provenía del otro lado de la puerta oxidada.
_Vengo de parte del Escorpión por un encargo.
_Entrá imbécil que no te vean los de la pandilla de la calle 51.
_Permiso, ¿por qué eligieron esta bodega?
_Por lo mismo estúpido, para que nadie sospeche, además, ya sabes que ni la policía entraría a este sector. 
_Sí, el que entra no sale con vida ¿verdad?
_Esas son culeradas. Ven, sígueme. Linda chaqueta, es de las caras ¿verdad?
_Sí, jejeje, lo sé, la acabo de conseguir.
_Aquí esta el enviado del escorpión jefe.
_Que entre.
_Entrá y suerte amigo.
_Permiso...
_Entrá cabrón.

Tímidamente entró, pues no sabía si quien estaba adentro era peor que los mismos de la mara de este sector, caminó y se colocó hasta donde le indicó quien lo esperaba, a los costados del jefe varios tipos tatuados con escopetas en las manos. El jefe ordenó con una mueca que lo revisaran.

_¿Vienes armado?
_No.
_Solo trae esta arma de juguete jefe.
_Una de juguete, acaso eres un completo imbécil.
_Yo creo que sí jefe, pues venir a este sector vedados para ellos, sin armas y con esta linda chaqueta, eso solo lo haría un completo idiota.
_Es cierto, jajajaja, muy buena estrategia la del Escorpión. A propósito, bonita esa chaqueta, quítatela.
_¡Cómo!, ¿mi chaqueta?, por supuesto que no.

Una vez dicho esto, se escuchó el sonido de las escopetas apuntándole.

_¡Woo, woo! Esta bien, solo fue un reflejo, no hay problema, ahora me la quito jefe. Aquí la tiene.

Le entregó la chaqueta al jefe con la misma expresión en el rostro de a quien se la robó.

_En verdad que es linda la chaqueta, es fina y a de costar una fortuna. Muy bien pensado escorpión, aquí nadie sospecharía que llevas la encomienda. Vos, dame tu navaja.
_¡Hey! navaja, ¿ha dicho navaja, para qué la quiere?

De nuevo se escuchó el sonido de las armas, el jefe no hizo caso a lo que dijo el enviado por el Escorpión y una vez con la filosa navaja le hizo una quirúrgica cortada por la franela afelpada de la chamarra, metió en ella el encargo y después dio la orden de que la cocieran.

_Ahí tienes tu chaqueta, ahora vale mucho más, jajaja. Pero si la pierdes la pagaras con tu vida, te despellejaré y después te deshuesaré y si aun sigues con vida te mato. En esta linda chaqueta llevas una fortuna. Ahora lárgate. 

Y se escuchó lo oxidado de la puerta mientras se cerraba por su espalda.

_Maldita sea me han jodido mi chaqueta, ¿qué meterían en ella que valga tanto? ¿Estará algón malparido de la otra mara de la 51. Mejor me voy. 



Continuará...






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