martes, 10 de julio de 2018

Good times


Good times quedaron perdidos en el tiempo. Good times quiero repetir pero no puedo viajar en el tiempo, buenos tiempos fueron los de que viví a mi corta edad, nada me fastidió todo era buena onda.

Good times; pantalón sin planchar, camiseta sin mangas, parado en la esquina viendo a la gente pasar sin nada que esperar solo que llegara un buen tiempo para disfrutar de mi juventud y si por la calle pasaba una minifalda o ajustado jeans; era momento inmejorable, un good time para disfrutar y aprovechar ver torneadas piernas y nalgas levantadas, si esos no fueron buenos tiempos entonces me equivoque de época para vivir. 

Good times, escuelas públicas y maestros excelentes, mis compañeros los mejores y las compañeras nos hicieron los fines de semana un good time. 

Sigo parado en la esquina recostado sobre el poste buscando la mejor pose, el tiempo no existía, las horas eran eternas, el sol no quemaba la piel sólo le colocaba sexy bronceado, el que no vivió esa época no tuvo nunca unos good times. 

La música era alocada pero tenía sentido, las letras nos las entendía porque no sabía hablar inglés pero eso era lo de menos, si tenía buen bajo para mí estaba bien, si me aburría levantaba mi brazo y en el acto un autobús, en él, buena música y la gente era buena gente a nadie se le desconfiaba que te asaltaría, yo buscaba el asiento de hasta atrás, este estaba reservado para los adolescentes, bulliciosos y malcriados, si que eran good times. 

Además, desde aquel místico lugar tenía la mejor visual para ver quien abordaba el autobús y en cada parada se subía una chica mejor que la anterior, buenos tiempos sin dudar, a quién le debo hablar, esa era la pregunta en el momento y era de pensarlo bien, pues a la siguiente esquina podría subir otra y mucho mejor que la anterior, lo que había que hacer era quemar el físico y observar bien quien era la que te tiraba el balón, esa era la ocasión, el mejor momento, un good time. 

A abordar la chica que con insistentes miradas y acomodadas de cabello te invitaba a ser invitada a tomar un helado, en el reflejo del cristal veía mi cabellera, la acomodaba bien y limpiaba mis lentes Ray Ban, echaba el aliento a mis manos formando un caracol, que delicioso olor a mentol, y allá voy, solo bastaba un hola que tal.

Buenos tiempos, me acomodaba a su lado y yo pensaba; esta buena la niña, y ella dijo, pues me lo confesó después; no esta nada mal el chavo. 

Sin duda good times, los mejores tiempos, mi única preocupación era que no pidiera más que un helado de a diez céntimos, porque solo llevaba esa cantidad y la de mi pasaje de vuelta, ella considerada esta vez me invitó, esto era sensación para contar a mis amigos, y no es que fuera un mal caballero, era que para la chica yo era un caramelo. 

Buenos tiempos; nos bajamos aquí..., o para adonde vas..., yo voy para donde tú vayas. 

Good times, nos bajamos y llegamos al lugar para donde iban todos, allí, se mezclaban todas las clases sociales. 

Te tomó de la mano, lo digo para no parecer dos atarantados, era una pregunta capciosa, como también lo era esta otra al despedirte; puedo darte un beso, si dice que sí le beso la boca y si se molesta le digo en la mejilla, qué creías, que era un beso en la boca, eso lo dejamos para otro día, ella reía con las mejillas encendidas. 

Good times, me alegra tanto haber vivido en esa dorada época de música disco, de discotecas rodantes, esta era otra cosa buena, cada domingo en algún lugar había un toque, un repaso, un baile informal juvenil, los invitados eran limitados, pero los que alegraban el pachangón eran los que llegaron colados o invitados por otro que tampoco fue invitado, buenos tiempos.

Recuerdo que con mi pana salíamos a por las calles y ese tenia un olfato, nomas veía a unas chicas caminar aparentemente sin rumbo y me decía; sigámosles..., por qué..., porque seguro van a una fiesta, y era cierto, al llegar, a una cuadra se escuchaba el musicón y afuera un enorme grupo practicando los pasos de moda, la verdad era qué, se lucían para ser observados por las chicas y de una a bailar toda la tarde y entrada la noche porque al otro día había colegio, good times. 

Cómo hago para entender que los good times se quedaron perdidos en el tiempo y en mi mente, esos buenos tiempos ahora solo recuerdos son, los tiempos de hoy son para olvidar, nada que envidiar, las nuevas generaciones deberían envidiar mis good times, los mejores sin comparación y para muestra un botón; las películas actuales siguen tocando esas viejas canciones y las siguen remastizando, será por qué hoy no hay nada que valga la pena, en el futuro solo escucharan vulgaridades y seguro dirán, los míos fueron good times. 

Cada generación recordará con nostalgia sus good times. 

Pero acá entre nos, los mejores good tienes fueron los nuestros sin equivocación, no recuerdo haber visto a una niña embarazada, niñas cuidando niños, jóvenes matando a sus vecinos a cambio de droga o para ser aceptados en grupos criminales, todo porque sus padres fueron unos irresponsables y los echaron a las calles para evitarse enojarse con un adolescente que sólo deseaba tener un good time para recordar, los maestros de las escuelas tenían mando, hoy lo que tienen es miedo de perder su trabajo. 

Los míos, los nuestros, sin duda fueron los mejores good times de todos los tiempos y por Dios que quisiera viajar en el tiempo para pararme de nuevo recostado sobre aquel viejo poste, solo para ver pasar una minifalda y torneadas piernas, qué pantorrilla, o unos lindos jeans que dejaban ver tremendas nalgas, dar rienda suelta a la imaginación, no como hoy que ya no hay que imaginar, pues todo te lo enseñan o te lo entregan. 

Bueno, me quedo con mis good times, vaya que fueron buenos tiempos...



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