martes, 17 de julio de 2018

La morena


Ver a esa morena batiendo sus caderas me enferma 
pero no puedo dejar de ver ese movimiento tan bueno.

Ver brillar sobre su piel las gotas de sudor 
que parecen estrellas sobre el manto oscuro 
y esa sonrisa me hace pensar que es la luna llena.

Ver a esa morena moverse al ritmo de los tambores, 
me provoca sentir temblores en las piernas 
y se me para el corazón cuando se inclina 
hacia donde yo estoy viendo el movimiento 
de esas ricas caderas, sentir en mi rostro el viento 
que provoca el movimiento de sus pezones, 
los que aparecen por entre la manta blanca, 
la que está pegada a su piel sudada.

Ver a esa morena bailar sin descansar, eso me va a matar, 
o me va a parar el corazón, con cada bum, bum, de los tambores, 
los temblores de mis piernas regresan 
y ese sudor que ya no deja nada a la imaginación, 
la manta la tiene pegada a la piel morena y el rosado de sus pezones, 
sus pies descalzos levanta la polvoreda, esta noche es de pura fiesta.

Ver sus largas piernas levantando su diminuta falda 
dejando a la vista un hilo atrapado entre sus nalgas, 
yo me pongo muy mal de ver ese movimiento 
de lindas y redondeadas caderas, 
ella sonríe porque sabe lo que la madre naturaleza le regaló
y es para lucirlo.

Ver bailar a esa morena hace que olvide mis problemas, 
aleja mis temores, pero me regresan los temblores, 
las pupilas se dilatan, no debo parpadear 
para no perder sus movimientos pelvicos tan sensuales.

Ver a esa mujer de piel morena, que se ve tan buena, 
nos trae el consuelo de un día largo de trabajo 
y larga noche de desvelo, mueve las caderas, 
sube y baja sus senos y su cabellera negra 
se agita como demonios que los arrebata el viento.

Ver a esa morena bailar al ritmo de los tambores es algo bueno, 
algo de buen gusto, algo que le da fortuna a mi pobreza, 
esta noche será hasta amanecer, hoy todos estamos prendidos, 
con esas caderas que se mueven como si llevaran fuego entre las piernas, 
hasta acá me llegó su calor y gotas de sudor, 
que sensación mas deliciosa, 
lo salado se vuelve dulce con cada movimiento de cadera, 
el movimiento de las caderas de la morena 
nos aleja los problemas y los temores, 
a mí me hace soñar con su piel sobre mi piel, 
noches de infierno en el cielo.

Ver bailar a la morena, gotas de sudor sobre su piel oscura
parecen estrellas titilantes y brillantes, y esa dulce sonrisa
que se me imagina la luna llena.

Ver a la cadera ir pa´la derecha y de pronto pa´la izquierda
ese movimiento de caderas y el ritmo de los tambores a mí me pone mal,
me invita a mover mis pies, me para el corazón con cada bum, bum, 
ritmo tropical, que trae en la cintura esa morena,
el fuego lo tiene entre sus largas piernas, ahí quiero quemar mi piel,
esa morena tiene ritmo, caderas, senos, pezones y cabellera lacia y negra
es el veneno que mata y sube la presión, así lo siento en mi corazón.

Ver bailar a la morena es como ver venir la muerte, 
te quieres hacer a un lado, pero valiente lo esperas 
para que de tajo te quite la respiración y detenga el corazón.

Ver bailar a esa morena, mamita que cosa tan buena, 
es una invitación pa´morir en esa hoguera que trae entre las piernas,
nada la detiene, yo creo que se le metió el demonio,
una cadera pa´la derecha y de una pa´la izquierda, 
mamita que cosa más rica, cosa buena, 
tienes electricidad, estas conectada, ven acercate y dame un corrientazo, 
quiero morir electrizado o cortocircuitado entre tus caderas, 
a traviesa mi pecho con tus pezones, agita el infierno con esos senos, 
ya se siente el calor y yo ya veo el vapor que sale por tus poros 
y ese sudor que no creo sea salado, para mí que será como la miel, 
miel que no empalaga, solo me pega a esa piel morena, 
en la que cada gota de sudor es como una brillante y titilante estrella
y esa sonrisa que para mí no es más que la luna llena.

SergioRaga 
17/7/18

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