martes, 25 de marzo de 2014

sucedió en mi juventud...

Cuando somos jóvenes no medimos las consecuencias de nada; sin darnos cuenta, en esos momentos de vida juvenil, que todo o casi todo lo que hagamos, puede algún día pasarnos una factura muy elevada a nuestras locuras e insensateces de tan temprana edad. Edad, en donde pensamos que todo es posible; edad, en donde creemos que no existe nada mas allá, que ese momento; edad, en la que vivimos a una velocidad, que si nos caemos, algunos ya no se levantarán, y aun así, seguimos llevando esa forma de vida tan vertiginosa.
             Esta, es la historia de dos jóvenes, que vivieron sin darse cuenta, que un día sufrirían cuatro, la locura vivida por dos...
Baje de mi vehículo y me dirigí a la casa de doña Gertrudis, una vieja clienta, a la cual no veía en los últimos dos años; ella, me llamo para pasar a recoger un su aparato electrónico, para que lo llevara a mi taller y se lo reparara. Ella confiaba en mi, por mi honradez en trabajos anteriores.
-Recuerdo que es por aquí! Me repetía mentalmente, mientras buscaba su dirección; pero claro, en dos años muchas cosas habían cambiado y lo que estaba a punto de suceder, era uno de esos cambios.
-Acá es, estoy seguro. Entre en su pequeño jardín y me dirigí hasta la puerta principal. Ahí, toque el timbre. Volví a tocar, pues nadie me atendía.
-Será que salio, pero fui claro que solo ha esta hora tendría tiempo y ella dijo que me esperaría. Pensaba mientras seguía tocando el timbre, al fin del otro lado de la puerta, se escucho una voz joven, era claro que no era doña Gertrudis; entonces pregunte.
-Disculpe, es la casa de doña Gertrudis?
-Si, si es, que quiere? Me respondió la voz joven, de una muchacha, adentro de la casa.
-ella se encuentra?
-No!
-Disculpe, mi insistencia pero, quede con ella de venir por un aparato; para repararlo.
-Si!, espere, ahora le abro. Espere unos minutos y entonces la puerta se abrió, apareciendo el rostro de una joven mujer, su cara era parcialmente tapada por su larga cabellera, pues ella estaba cubriéndose con la puerta.
-Entre, por favor! Entre, y ella me indico donde estaba el aparato, hasta ese momento no me habia percatado mas en la chica; por pura delicadeza y por la confianza que doña Gertrudis, tenia en mi. Cuando, me volteo para agradecerle y disculparme por la molestia, me topo con tremenda hembra, envuelta en una batita, ligeramente transparente, sus pechos, casi se salían de la bata, la cual la sostenían dos pequeños botones, que se les notaba que estaban por salir disparados, de la bata.
Ella, vio asombro en mi rostro y me explico, que era lo primero que habia encontrado para cubrirse, pues, cuando se encuentra sola -como era el caso- se mantenía completamente desnuda.
-y usted es?... Nieta de doña Gertrudis... pues, sabia que solo tenia un hijo.
-Soy su nuera!
-Mucho gusto, me llamo Romeo.
-Igual, yo soy Juliana.
-Tengo, dos años de casada con el hijo de doña Gertrudis y me la paso aquí, encerrada y aburrida. Me echo toda su historia, ambos sentados en la sala, ya ella habia perdido el pudor y me permitía ver un poco mas. 
-Bueno... me voy... dígale a doña Gertrudis, que le cuento por teléfono lo del presupuesto.
-Permítame, voy por un papel para apuntarlo.
-No tenga cuidado, pues ella ya lo tiene!
-Si, pero yo no!.. y me gustaría tenerlo; usted sabe por si algún aparato y así poder llamarlo... no se, de pronto nos cambiamos de casa. Era obvio que juliana quería mi numero telefónico, que se lo dí. Indicándole.
-Claro! llámeme cuando quiera y por lo que quiera... si solo quiere hablar un día que este aburrida.
Me fui, para mi taller con el aparato en mi carro y la chica en mi mente.
-Vaya!, si que es hermosa. 
     Al termino de un par de días, recibí la  primera llamada de juliana, y luego otra; hasta que un día salimos. Y sucedió lo inevitable. Por dos meses, fuimos amantes, nos amábamos apasionadamente, entregándonos todo. Cuando sentí que todo se estaba saliendo de control decidí terminar con aquella aventura para mi, pero no para ella. Y me desaparecí. Han pasado ya casi veinticinco años y el destino pensó, que era tiempo de cobrar esos meses increibles, que pasamos siendo un par de jóvenes, viviendo la vida loca.
           Mi hijo mayor, lleva saliendo con su novia todo un año y se ve que es una buena muchacha, aparte de ello, es muy bonita, se aman y han decidido casarse. Para la ocasión tan importante, decidimos con mi esposa, hacerles una cena para que llegaran sus padres y así conocernos. Fue cuando la novia de mi hijo nos contó, que su madre la habia criado sola, pues hacia años, que se habia separado de su padre, pero que ella tenia una relación excelente con su padre y la familia de él y que en otra oportunidad su papa nos invitaba a su casa, para conocernos. Entendimos. Y, el día de la cena, fue entonces que conocimos a la madre de mi nuera.
-Buena noche, con permiso... 
-Señora, como esta, mucho gusto. Beso en la mejía a mi esposa. Cuando extendió su mano para saludarnos, me di cuenta de que se trataba de Juliana, mi antigua amante, ambos quedamos paralizados; yo, por el echo de no verla durante tantos años y ella por darse cuenta de quien era el padre de su yerno. Cenamos, platicamos, y luego de un par de horas de incomoda situacion se despidieron, Juliana al despedirse de mi, me dijo de una forma, en la cual nadie la escucho ademas de mi.
-Necesitamos hablar, es urgente y delicado... llámame! Dejo en mi mano un papel con su numero de celular. Al tener la oportunidad, le llame; pues me habia dejado intrigado por lo que me habia dicho y al ver la angustia en su rostro. Nos encontramos en un café y allí me contó algo que jamas hubiera querido escuchar.
-Si Romeo..! ellos son hermanos!!
-Pero cómo?.. Estas segura?
-Mi esposo, se separo de mi cuando quede embarazada, porque en aquella época él tubo problemas; y en esos dos años de casados nunca me pudo embarazar, así que él no podía, fue hasta mucho tiempo después que él soluciono su problema, pero para entonces ya nos habíamos divorciado, él no me desamparó y le dio su apellido y amor a nuestra hija, en todo este tiempo. 
Yo quede, destrozado al saber que una descendiente mía, habia crecido sin mi a su lado y lo peor era, que ahora estaba de novia de su hermano y para colmo deseaban casarse, pues estaban profundamente enamorados.
      Así, pasa; cuando no mides tus consecuencias de joven y haces todo por impulso, sin importarte que salgan lastimados terceros, sin medir las consecuencias. La vida nos estaba cobrando y demasiado caro, a mi  y a juliana, llevándose por en medio a nuestros hijos, nuestras vidas ya no serian igual para ninguno de nosotros. Por nuestra insensatez de juventud, hoy nos tocaba pagar y con un precio tan alto lo que hicimos de jóvenes... 







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